Bustamante Rivero, Francisco. Buelna (Asturias), 13.X.1775 – Valladolid, 1836. Brigadier de Ingenieros y escritor.
Ingresó en el Ejército el 9 de mayo de 1795 como cadete del Regimiento de Infantería de “Órdenes Militares”, donde permaneció hasta su ingreso en el Cuerpo de Ingenieros con fecha 2 de octubre de ese mismo año, tras estudiar las matemáticas en la Academia del Cuerpo, en San Fernando (Cádiz). Promovido a subteniente en octubre del mismo año, era destinado a la Comandancia de Ingenieros de Madrid.
En agosto de 1800 fue destinado a la Dirección de Extremadura, ascendiendo a teniente el 15 de octubre y, al año siguiente, una vez declarada la guerra a Portugal, pasó al Ejército de Operaciones donde permanecía hasta que, al producirse la paz, regresaba a su destino en Madrid. En el desarrollo de la campaña realizó un plano de la plaza de Alburquerque y su castillo, y participó en la construcción de una batería de seis cañones durante el sitio y rendición de la plaza de Campo Mayor, plaza de la que levantaba un plano de tres hojas.
Ascendía a capitán en junio de 1802, cuando, en cumplimiento del Real Decreto de 5 de septiembre, se creaba la primera unidad de Ingenieros, el Regimiento Real de Zapadores Minadores en Alcalá de Henares, al que era destinado. En diciembre de 1804 pasaba nuevamente a Madrid como secretario de la Junta Superior Facultativa del Cuerpo de Ingenieros, siendo capitán 1º. En 1807 se le destinaba a la Academia Específica de Ingenieros en Alcalá de Henares, con la finalidad de reforzar a los oficiales destinados en ella en la tarea de redactar los libros de texto para la enseñanza, correspondiéndole escribir sobre matemáticas puras, mixtas y aplicadas.
Al producirse los acontecimientos del 2 de mayo de 1808, se encontraba redactando un Tratado de Cosmografía. Como consecuencia de la disolución de la Academia, se dirigía al reino de Aragón incorporándose al ejército que allí se formó, con el que tomaba parte en numerosas operaciones. A finales de mayo de 1808 el general Palafox se decidía a abandonar Zaragoza, cuya defensa le parecía imposible, y después de entregar el mando al coronel graduado Bustamante, cruzó el puente de piedra hacia el arrabal, para trasladarse a Belchite, donde pensaba organizar un nuevo ejército que le permitiera continuar la resistencia contra el invasor.
Mientras tanto, Bustamante y el intendente Calvo de Rozas tomaban las medidas más urgentes para renovar armamento, organizar talleres para la elaboración de cartuchería, así como reforzar las defensas de las puertas y las calles, de acuerdo con las atinadas indicaciones del sargento mayor de Ingenieros Antonio Sangenís. Se colocaron baterías en las puertas, el muro del recinto se reforzó y se aspilleró, las torres de la Aljafería quedaron apuntaladas y bien provistas de artillería. Así mismo, se atendió a la defensa de Torrero, posición alejada del recinto, pero donde era peligroso que se instalase el enemigo. En ese lugar estaban los almacenes del Canal Imperial, donde se guardaba una gran cantidad de pólvora con destino a las obras del mismo, y que fue trasladada al Seminario de San Carlos en el interior de la ciudad.
Posteriormente, Bustamante participaba nuevamente en diversas operaciones, entre ellas, la acción y retirada de Épila en el mes de junio, el reconocimiento y acción de Alfaro en agosto o la segunda defensa de Zaragoza, donde, como encargado de las obras, defendió los puntos fuertes de San José, Pilar, Mónicas, San Agustín, Universidad y castillo de la Aljafería, hasta la rendición en febrero de 1809, ocasión en la que fue hecho prisionero por los franceses. Por todo ello se le concedió la Cruz de Distinción de los defensores y le fue reconocido posteriormente el grado de coronel del Ejército, con antigüedad de 9 de marzo de 1809.
Habiendo conseguido evadirse del depósito francés donde estaba retenido, se presentó en mayo de 1809 (ascendido a teniente coronel de Ingenieros) al Ejército del Centro. Era destinado en julio a Granada para dirigir las obras a ejecutar en el Colegio de San Miguel, donde debía restablecerse la Academia de Ingenieros de la que debía ser profesor. Ante la oposición del arzobispo a la ocupación del citado colegio (seminario), se le encargaba que mediase en el litigio y reconociese el edificio que se designara nuevamente, proponiendo la casa de don Miguel José de Azanza, que había sido incautada por la Real Hacienda al encontrarse su propietario perseguido por afrancesado. Finalmente, la invasión de Andalucía por los franceses obligó a Bustamante a abandonar Granada en enero de 1810, dirigiéndose al reino de Murcia, donde se incorporó al Ejército del Centro, en el que permaneció hasta el 1 de marzo de 1811, fecha en la que pasó a la plaza de Cartagena como jefe de la Comandancia de Ingenieros, continuando no obstante su dependencia del Ejército de procedencia. Nada más incorporarse a su nuevo destino, proponía a la Junta Superior de Observación y Defensa las obras que consideraba necesarias para mejorar las fortificaciones de la ciudad. Sin embargo, en el mes de junio de 1811 se le ordenaba la suspensión de todas las obras de fortificación, debiendo atender solamente a aquellos pequeños reparos que fuesen imprescindibles, debido a la falta de caudales en la plaza. Esta precaria situación llegó a afectar a su situación personal por lo que en agosto, siempre de 1811, manifestaba que “de los siete meses próximos anteriores sólo ha percibido la paga correspondiente a dos, que tampoco ha percibido raciones de cebada, sin embargo de corresponderme como destinado en el Ejército, que se halla en medio del campo huyendo de la epidemia, que es forastero sin más auxilio y recurso que su bolsillo, que se extenúa y va desapareciendo por momentos el fruto de su economía”.
En noviembre de 1812 pasaba destinado a la Dirección General del Cuerpo y, al ser promovido a coronel en febrero de 1813, era nombrado director de la Academia Provisional de Ingenieros establecida en Cádiz (la Academia de Alcalá había quedado disuelta como consecuencia de la guerra), cargo que ejerció hasta marzo de 1814 en que se le designaba vocal y secretario de la Junta Superior del Cuerpo.
En el año 1820 formaba parte, también como vocal, de la Junta designada para la reorganización del Cuerpo de Ingenieros, y en 1821 volvía nuevamente a la Dirección General como secretario. Permanecía en el citado cargo hasta diciembre, en que era nombrado jefe político de Navarra y en junio del año siguiente de Zaragoza.
En abril de 1823 regresaba a su destino en la Dirección General del Cuerpo y, con ocasión de la entrada de “Los Cien Mil Hijos de San Luís”, se retiraba sucesivamente a Sevilla, isla de León y Cádiz, hasta que el 1 de octubre, restituido el rey en la plena soberanía, se le daba licencia indefinida para Castilla la Nueva, al ser sometido a juicio de purificación, por “constitucionalista”.
Era Caballero de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo y Cruz del 2º Ejército.
Su hoja de servicios quedaba cerrada, inicialmente, a finales del año 1825, pero en una nota final de 1 de enero de 1826 se hace constar que, en caso de no salir purificado, debía descontársele sus servicios durante el periodo de Gobierno constitucional.
Purificado y readmitido en el Cuerpo, era promovido a brigadier el 7 de diciembre de 1829, siendo destinado desde mayo de 1834 como director subinspector de Castilla la Vieja.
Obras de ~: Camino mas derecho para determinar la defensa estable de nuestra Península, s.l., s.f.; Consideraciones sobre los medios que podrían emplearse para que, dejando toda la amplitud y libertad posible al comercio de la Habana, no sea embarazado ni entorpecido el de la Metrópoli, s.l., s.f.; Ideas para construir las fortificaciones permanentes, s.l., s.f.; Sobre el arreglo y organización del Ejército, s.l., s.f.; Sobre el modo de reemplazar el Cuerpo de Ingenieros, s.l., s.f.; Sobre la dirección que se deberá dar al camino proyectado desde la costa comprendida entre Santander y Asturias para salir a Castilla, s.l., s.f.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Segovia (AGMS), Exps. personales.
Estados (o Escalillas) del Cuerpo de Ingenieros, 1800-1836; J. Almirante, Bibliografía Militar de España, Madrid, Imprenta del Memorial de Ingenieros,1876; VV.AA., El Cuerpo de Ingenieros del Ejército. Resumen Histórico de su Organización y Servicios durante la Guerra de la Independencia, Madrid, Imprenta del Memorial de Ingenieros, 1908; H. Capel et al., Los Ingenieros Militares en España. Siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial, Barcelona, Publicaciones y Ediciones de la Universidad, 1983; H. Capel et al., De Palas a Minerva: la formación científica y la estructura institucional de los ingenieros militares en el siglo XVIII, Barcelona, Serbal-CSIC, 1988; L. M. de Diego Pareja, La Academia de Ingenieros y el Regimiento de Zapadores de Alcalá de Henares (1803-1823), Alcalá de Henares, Institución de Estudios Complutenses, 1999; J. Gómez Vizcaíno, “La Comandancia de Ingenieros Militares en la Base Naval de Cartagena durante la Guerra de la Independencia (1808-1814)”, en Memorial del Arma de Ingenieros, 72 (2004); F. de la Puente Sicre, “El Real Cuerpo de Ingenieros del Ejército en la Guerra de la Independencia: Andalucía” y A. Quesada Gómez, “El Real Cuerpo de Ingenieros del Ejército en la Guerra de la Independencia: Aragón y Navarra”, en A. Quesada Gómez (coord.), El Real Cuerpo de Ingenieros del Ejército en la Guerra de la Independencia, 1808-1814, Madrid Ministerio de Defensa, 2009; A. Martín-Lanuza Martínez, Diccionario Biográfico del Generalato Español. Reinados de Carlos IV y Fernando VII (1788-1833), Madrid, Foro para el Estudio de la Historia Militar de España, 2012.
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño