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Hilario Giral Laborda

Biografía

Giral Laborda, Hilario. Barbastro (Huesca), 21.X.1778 – Madrid, 13.II.1865. Militar, capitán de Infantería, brigada de ingenieros.

Ingresó en el Ejército como soldado de reclutamiento en 1803, siendo destinado al batallón de Infantería Ligero de Barbastro, con el que persiguió el bandolerismo en Sierra Morena, por un año. En 1804, con su compañía establecía un cordón sanitario alrededor de Antequera y Málaga, asoladas por la peste, interviniendo posteriormente en el bloqueo de Gibraltar.

En 1807, siempre con su batallón de infantería, tomó parte en la invasión de Portugal, integrado en el ejército hispano francés. El comienzo de la Guerra de la Independencia le situó en Oporto, plaza en la que entraba el 22 de diciembre de 1807 y de donde marchaba con dirección a Galicia, una vez conocidos el levantamiento del dos de mayo de 1808 en Madrid, tomando parte en la liberación de Lugo en 1809.

Durante el resto de la Guerra de la Independencia, perteneció Giral con su batallón a los ejércitos tercero y cuarto, asistiendo a las batallas y combates de Ríoseco, Villa-hermosa, Sodupe, Bilbao, Tercitas, Zornoza, Durango, Balmaseda, Espinosa de los Monteros, Puente de Pilines, Villafranca del Bierzo, Lugo, Tamames y Medina del Campo, Alba de Tormes, Canta el Gallo, Fuentes de Oñoro y al sitio de Olivenza, donde caía en poder de los franceses con la guarnición de esta última plaza. Después de permanecer prisionero en Francia, por espacio de nueve meses y ocho días, fue liberado, volviendo a España. Ingresaba en las tropas del Real Cuerpo de Zapadores, el 14 de noviembre de 1811, con las cuales formó parte de la guarnición de la isla de León (San Fernando, Cádiz), operando activamente en la defensa del último baluarte de la independencia española, como valiente soldado y como celoso zapador. Durante la citada defensa, Giral conoció y se hizo estimar por su valor, por el futuro capitán general regente, D. Baldomero Fernández Espartero, duque de la Victoria y de Morella, conde de Luchana y príncipe de Vergara, que era en aquella época alumno de la Academia de Ingenieros del Ejército, situada provisionalmente, con motivo de la Guerra, en Cádiz.

Con anterioridad, según las memorias escritas en 1851 por Giral Laborda, tituladas Recuerdos de los hechos militares durante la Guerra de la Independencia, entró en Badajoz con oficios dirigidos al gobernador, el mariscal Rafael Menacho, el 11 de febrero de 1810. Como sea que lo encontró convaleciente de la herida recibida el día 7 de febrero anterior, tuvo que ayudarle, literalmente, de apoyo, cuando, tras la toma del Fuerte de Pardaleras, aquel se vio obligado a tomar personalmente el mando y dirigir la artillería desde los parapetos. Hilario Giral abandonó Badajoz dos días más tarde para regresar a Elvas, mientras aún era franqueable el puente del Guadiana, gracias a que el Ejército de la Izquierda continuaba sobre Santa Engracia, llevando consigo a la sobrina del vicario general y portando una carta de Menacho dirigida a su mujer e hijas.

En 1812 ascendía, por méritos de guerra, a cabo 2º de infantería, terminando la contienda con el empleo de cabo 1º de tal Arma. Licenciado en 1814, sentaba plaza como voluntario en el Regimiento de Ingenieros, quedando de guarnición en Cádiz. Un año después, marchaba con su batallón a integrarse en el citado Regimiento, de guarnición en Alcalá de Henares.

En marzo de 1823 regresó a la ciudad de Alcalá de Henares y se incorporó después a las tropas del Cuerpo de Ingenieros en el ejército de Extremadura, por no poder reunirse a su compañía, que se hallaba en Cádiz. Cuando fue disuelto el ejército constitucional, como consecuencia de la entrada en España de los llamados “Cien mil Hijos de San Luís”, para reponer a Fernando VII en el absolutismo, y la consiguiente derrota de las citadas tropas constitucionalistas, Giral se retiraba a la mencionada ciudad de Alcalá de Henares. Obtenida la “purificación”, volvía al servicio militar en febrero de 1827, ascendiendo a sargento primero de Ingenieros el 1 de noviembre de 1829.

En la primera guerra carlista luchó en el Ejército de Norte, tomando parte en numerosas acciones. En recompensa a su valor, fue recompensado con la Cruz de San Fernando de 2ª clase, Laureada, por sus acciones en la defensa del Fuerte de Maeztu (Álava), del 30 de enero al 7 de abril de 1835, y sucesivamente con los grados de subteniente y teniente de Infantería, aunque seguía integrado en el Regimiento de Zapadores Minadores. En 1838, durante el sitio a que sometieron los carlistas a la pequeña localidad burgalesa de Bernedo, resistió, acompañado por un reducido grupo de soldados, las violentas acometidas del enemigo contra la posición que defendía.

Después de protagonizar numerosas proezas en los 27 combates en los que intervino, volvería a ser recompensado con otra Cruz de San Fernando de 1ª clase, cuando ya contaba 70 años, por su heroico comporta­miento al impedir un motín popular, en el que se batió a sabiendas de las escasas posibilidades de supervivencia que tenía. Además de las dos Cruces de San Fernando, lució en su pecho otras 23 condecoraciones, entre ellas la de Caballero de la Orden Americana de Isabel la Católica.

Asistió a todas las guerras que hubo en España desde la de la Independencia a los sucesos de Madrid de 1848, 1854 y 1856, y al separarse del servicio, poco antes de su muerte, contaba 76 años de servicios con abonos de campañas.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), exps. personales.

H. de Saleta y Cruxent, Glorias cívico-militares del Cuerpo de Ingenieros del ejército, para lectura y enseñanza de las clases y soldados de los regimientos del arma, Madrid, Imprenta del memorial de Ingenieros, 1890 (colección de Memorias, 3ª época, tomo VIL); “Necrología”, en Memorial de Ingenieros (Madrid) (1908); VV. AA., Estudio Histórico del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, Madrid, Est. Tipográfico Sucesores de Rivadeneyra, 1911; J. Carrillo de Albornoz y Galbeño, “Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando pertenecientes al Arma de Ingenieros”, en Memorial del Arma de Ingenieros (Madrid, Ministerio de Defensa), n.os 63- 66 (2001 y 2002); J. J. Marabel Matos, “Muerte y simonía del Gobernador de Badajoz, el Excmo. Mariscal de Campo D. Rafael Menacho y Tutlló (I)”, en Revista de Estudios Extremeños, 72, 3 (2016), págs. 1753-1784.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño

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