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Pedro de la Bastida y Yegros

Biografía

Bastida y Yegros, Pedro de la. Córdoba, c. 1645 – Madrid, 24.VIII.1699. Caballero de Santiago, fiscal y oidor en Guadalajara, fiscal y oidor en México, consejero de Indias.

Hijo de Bernabé Caballero de la Bastida, bautizado en Chillón (11 de marzo de 1599), familiar del Santo Oficio de la Inquisición, y de María de Yegros, bautizada en Agudo del Campo de Calatrava (20 de julio de 1608). Hermano suyo fue Alonso de la Bastida, bautizado en Chillón (19 de marzo de 1639), familiar y notario de la Inquisición de Córdoba, padre de Lorenzo Antonio de la Bastida, bautizado en Chillón (18 de noviembre de 1675), y muerto en Madrid (1717), caballero de la Orden de Santiago (1715), familiar del Colegio Mayor de Cuenca de Salamanca (1700) y luego su colegial jurista (1701), oidor en Granada (1706) y alcalde de casa y corte (1709).

Bastida y Yegros inició sus estudios mayores en la Universidad de Salamanca, y en ella se matriculó para su primer curso de cánones (14 de noviembre de 1665), época en la que solía firmar como Pedro Caballero. Una vez ganados los cuatro cursos restantes, por el mes de mayo de 1670, obtuvo el grado de bachiller en cánones. Al cabo de cuatro años fue recibido por colegial jurista del Colegio Mayor de Cuenca de la Universidad de Salamanca, y consta su primera matrícula como tal colegial entre los “extravagantes” del curso de 1673 en 1674 (28 de septiembre de 1674), de guisa que hay error en Rezábal y Ugarte que lo da por colegial desde el año de 1677, mas no se equivoca cuanto apunta que Bastida y Yegros “escribió varias alegaciones en materias de Indias, que ignoramos si se dieron a la prensa”.

Dejó su colegio después de seis años cuando, sobre consulta de la Cámara de Indias (21 de febrero de 1680), se le hizo merced de una plaza de oidor de la Real Audiencia de Guadalajara, de la que se le libró título unas semanas más tarde (6 de abril de 1680). Pasaron poco más de dos meses y se le concedió licencia para que embarcara a su destino (22 de junio de 1680), y lo hizo en compañía de tres criados.

Antes de que acabara aquel año de 1680 entró en la ciudad de Guadalajara, y tomó la posesión de su oficio de oidor (24 de noviembre de 1680). Aquí sirvió como superintendente de la aduana de Guadalajara, comisión que se le había confiado el mismo año de su nombramiento como oidor (30 de noviembre de 1680). Tuvo, además, a su cargo el juzgado general de bienes de difuntos, el de ventas y avaluaciones de oficios vendibles y renunciables, y el juzgado privativo de la media anata, naipes y papel sellado.

No había pasado un año desde su llegada a Guadalajara cuando, sobre consulta de la Cámara de Indias (9 de julio de 1681), se le despachó título de fiscal de lo civil de la Real Audiencia de México (24 de julio de 1681), oficio del que tomó la posesión en el año siguiente (26 de octubre de 1682) y, como también se hallaba vacante la fiscalía del crimen, se hizo cargo de su despacho hasta la llegada del titular.

Sobre nueva consulta de la Cámara de Indias (9 de noviembre de 1686) fue promovido a una plaza de oidor de la Real Audiencia de México, y se le despachó su título (21 de diciembre de 1686) en lugar del fallecido don Antonio de Rojas. Prestó juramento y tomó la posesión en el año siguiente (21 de agosto de 1687).

Al cabo de cuatro años desde su promoción a oidor se le concedió licencia para pasar a los reinos de España (23 de septiembre de 1690) por el término de tres años, con retención de su plaza, pero sin goce de salario. Sin embargo, no hizo inmediato uso de ella y, así, en 1695 permanecía como oidor en México y tenía a su cargo el juzgado privativo para la composición de tierras.

Dos años más tarde se le hizo merced de una plaza de oidor en la Audiencia y Chancillería Real de Granada (16 de abril de 1697). Dejó, así, la Nueva España, pero casi no llegó a despachar en su nuevo destino, porque en ese mismo año de 1697, habida cuenta de sus méritos y servicios y de lo que convenía que ministros con experiencias en los negocios de las Indias fueran provistos en su Consejo Real, se le hizo merced de una plaza supernumeraria de oidor del Consejo Real de las Indias, con el goce entero y ejercicio, según rezaba su título (16 de diciembre de 1697). Prestó juramento y tomó la posesión de esta plaza después de un año y meses (3 de marzo de 1699), y permaneció en el despacho de ella hasta su muerte.

Bastida y Yegros, junto a sus hermanos Alonso y Gonzalo, había obtenido ejecutoria de hidalguía, confirmada por el Consejo Real en su sala de las mil y quinientas (8 de octubre de 1682). Cuatro años después se le concedió un hábito de la Orden de Santiago (1686), que se puso en la iglesia de la Encarnación de la ciudad de México en el año siguiente (21 de agosto de 1687).

Había contraído primer matrimonio en Salamanca con doña Luisa de Ibarra y Cardona, muerta en 1687, viuda que era de don Bernardino Manrique de Lara y Barrientos, conde de las Amayuelas (I), señor de Amusco, Redecilla, Serranos y otros lugares, e hija de don Carlos de Ibarra y Barres, vizconde de Centenera (I), caballero de la Orden de Santiago en 1610 y su comendador de Villahermosa, menino de don Felipe II, almirante del Mar Océano, capitán general de los galeones de la carrera de Indias, y del Consejo de Guerra de don Felipe IV. Previa licencia que obtuvo para contraer matrimonio con natural del distrito de su audiencia, y que le fue comunicada por real cédula (16 de marzo de 1690), pasó a segundas nupcias en México (6 de julio de 1690) con doña María Agustina de Vergara, muerta en la misma ciudad de México tres años después (22 de mayo de 1693). Viudo, por segunda vez, y ya de regreso en los reinos de España, obtuvo en 1699 real licencia para contraer matrimonio con doña Aldonza Elvira de Cea y Córdoba, natural de la ciudad de Córdoba, hija legítima que era de don Fernando de Cea y Córdoba, caballero de la Orden de Calatrava (1668), gentilhombre de boca de su majestad, y corregidor de Murcia.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Contratación, 5443, n. 2, r. 67 y 163; Chile, 84; Guadalajara, 16, r. 1, n. 45 y 46; 231, l. 5, fol. 49v-52r, 59v-61v; 303; Indiferente General, 131, n. 116; 132, n. 142; 553A, l. 3; Méjico, 85, r. 3, n. 43; 277, 1639, 1640; Archivo Histórico Nacional (Madrid), Consejos, lib. 731, fol. 285v.; Consejos, leg. 32820, exp. 2; lib. 731, fol. 285v-286r, 347v-349r; lib. 732, fol. 421v-423r; Inquisición, leg. 1567, exp. 19; Archivo General de Simancas, Escribanía Mayor de Rentas, Quitaciones de Corte, leg. 36, fol. 436-437; Archivo de la Universidad de Salamanca, libro 373, fol. 30v; libro 374, fol. 30r; libro 375, fol. 30v; libro 376, fol. 40r; 381, fol. 22v; 382, fol. 15r; 383, fol. 11v; 384, fol. 9v; 385, fol. 14r; 386, fol. 10r; 387, fol. 16rlibro 665, fol. 118r; Órdenes-Caballeros-Santiago, exp. 900, 902; Órdenes-Casamiento-Santiago, Apéndice, exp. 639; Órdenes-Expedientillos, 5108; Biblioteca de la Real Academia de la Historia (Madrid), Colección Luis de Salazar y Castro, Ms. 9/294, fol. 100r; 9/307, fol. 115v; M-4, fol. 188v.

 

Gaceta de Madrid, 25 de agosto de 1699, n.º 34, pág. 136; J. Roxas y Contreras, Historia del Colegio Viejo de S. Bartholomé, Mayor de la Célebre Universidad de Salamanca. Segunda Parte. Tomo Primero. Que contiene las vidas de los cinco eminentísimos y excelentíssimos fundadores de los insignes colegios mayores de Santa Cruz de Valladolid, de Santiago el Zebedeo (llamado vulgarmente de Cuenca), de San Salvador de Oviedo, del nombrado del Arzobispo en la Universidad de Salamanca, y del de San Ildephonso de Alcalá; y un catalogo de los excelentes varones, que han vestido sus Becas. A que siguen las entradas de los que desde el año de 1640 hasta el de 1678 han sido elegidos en el Mayor de San Bartholomé, Madrid, Andrés de Ortega, 1768, fols. 119, 120; Memorial literario, instructivo y curioso de la corte de Madrid, XXX, Madrid, junio de 1786, fol. 160; J. de Rezábal y Ugarte, Biblioteca de los escritores que han sido individuos de los seis colegios mayores, Madrid, Imprenta Sancha, 1805, fol. 62; A. Robles, Diario de sucesos notables, escrito por el Licenciado D. Antonio de Robles, y comprende los años de 1665 a 1703, t. I, México, Imprenta de Juan Navarro, 1853, págs. 339, 483, 490-491; t. II, Méjico, Imprenta de Juan Navarro, 1853, págs. 42, 129-130; A. García Samos, La Audiencia de Granada desde su fundación hasta el último pasado siglo. Reseña histórico-descriptiva, Granada, Tip. de Calixto Álvarez Lozano, 1889, pág. 34; E. Schäfer, El Consejo Real y Supremo de las Indias. Su historia, organización y labor administrativa hasta la terminación de la Casa de Austria, I, Sevilla, Universidad, 1935, págs. 247, 366; E. Schäfer, El Consejo Real y Supremo de las Indias, II, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1947, págs. 458, 464, 496; J. A. Martínez Bara, Catálogo de informaciones genealógicas de la Inquisición de Córdoba conservadas en el Archivo Histórico Nacional, t. I, Madrid, Dirección General de Archivos, 1970, págs. 83-84; V. de Cadenas y Vicent, Caballeros de la Orden de Santiago. Siglo XVIII, t. II, Madrid, Ediciones Hidalguía, 1977, págs. 128-129; P. Gan Giménez, La Real Chancillería de Granada (1505- 1834), Granada, Centro de Estudios Históricos de Granada y de su Reino, 1988, pág. 196. F. Solano, Cedulario de tierras. Compilación de legislación agraria colonial (1497-1820), México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1991, págs. 380-382; J. Barrientos Grandon, Guía prosopográfica de la judicatura letrada Indiana (1503-1898), Madrid, Fundación Histórica Tavera, 2000, pág. 203; J. Enciso Contreras, “La Audiencia de la Nueva Galicia durante sus primeras etapas. Retrato institucional”, en Revista Mexicana de Historia del Derecho, XXXII (2015), págs. 19 y 21.

 

Javier Barrientos Grandon

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