Cámara y Moreno, José de la. Laguna de Cameros (La Rioja), 25.V.1798 – Madrid, 15.IX.1879. Comerciante y bienhechor.
Desde que este descendiente de los hidalgos de Tejada llegara a figurar entre los capitalistas de México hasta que falleció no cesó un momento de suspirar por el bien y la felicidad de sus paisanos, ni de volver los ojos hacia su idolatrada villa natal. Hizo su fortuna en México y en Madrid, pero él había padecido los rigores de la pobreza y deseando, si fuera posible, desterrarla de su pueblo, le donó un censo de veinticinco mil pesetas para, con sus réditos, atender a las necesidades de tres o más labradores pobres, honrados y virtuosos. Conocedor de los estragos terribles que en la sociedad causa la ignorancia, para alejarla de Laguna, fundó dos escuelas de instrucción primaria.
Era un cristiano fervoroso antes que un comerciante opulento, y deseando que los hijos de Laguna participaran de sus sentimientos, como participaron de sus riquezas, fundó las capellanías del Rosario y de Misa del Alba.
Pronto quedó huérfano de padre, cuando en 1802, a la edad de cuarenta años, Laureano de la Cámara murió ahogado y su cadáver fue hallado en el río.
Tras la muerte de su madre (1821), marchó a probar fortuna en México. Allí trabajó en el comercio, con tanta honradez, laboriosidad y esmero que el amo de la casa, pasados algunos años, lo nombró heredero de sus bienes, dándole la consigna de que, si se mantenía soltero, como así ocurrió, hiciera con el dinero las obras benéficas a las que se sintiera impulsado su talante y voluntad. Recogió la herencia y regresó a España fijando su residencia en la Corte.
Al igual que lo fueron sus padres, era extremadamente religioso, llevaba una vida muy ordenada, alternando la oración y el despacho de sus negocios.
Todos los días a mediodía recogía a cuatro o cinco mendigos invitándolos a sentarse a la mesa. El día de San José repartía generosas limosnas y regalaba vestidos entre familias pobres de Laguna.
Su generosidad no se limitó a su pueblo. En Madrid, restauró la iglesia de San José, ayudó a reedificar la parroquia de Santa Cruz y costeó la mayor parte del año el jubileo en la de San Martín. Asimismo, socorrió hospitales en Jerez, Cádiz o Sevilla.
Por lo que realmente se le recuerda en Laguna es por la fundación de las escuelas: en 1843, la de niños y en 1859, la de niñas, a las que dotó copiosamente, cediendo para su sostenimiento los réditos de ciento veinticinco mil pesetas.
En 1864 fundó la obra pía de pobres para repartir cada año el rédito de cien mil reales en limosna. También hizo grandes dotaciones a la iglesia de su pueblo.
Al morir se emplearon todos sus bienes, que cuadriplicaban en caudal al que tenía al regresar de América, en obras benéficas. Fue enterrado en un cementerio de Madrid y en la lápida de su sepulcro podía leerse: “Creo en la resurrección de la carne”.
Las obras de este insigne filántropo están compendiadas en el título de honor con el que le recuerdan sus paisanos: El Bienhechor.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Diocesano de Logroño, lib. 3.º de difuntos de Laguna de Cameros, fols. 73v. y 133, partidas de defunción de Laureano de la Cámara y de Águeda Moreno [padres de José].
Valgañón, “La sierra de Cameros: Laguna”, en La Rioja ilustrada 1907-1908 (Logroño, 8 de julio de 1907) (ed. facs., introd., índ. y notas de M. P. Martínez Latre, Logroño, Ayuntamiento-Instituto de Estudios Riojanos, 1993, vol. II); E. Oca y Merino, Recuerdos de Cameros, Logroño, Hijos de Merino, 1913, pág. 110; B. Allona y Cañas, Ensayo de Monografía Histórica de Laguna de Cameros, Logroño, Imprenta y Librería Moderna, 1925, págs. 103-109; A. Calvo, ¡Este es mi pueblo! [...] Laguna de Cameros (Logroño-España), Logroño, Talleres de El Najerilla, 1951, págs. 107-116; R. J. Maldonado y Cocat, Hidalguías Riojanas. El Solar de Tejada, Ciudad Real, La Solana, 1980, pág. 158; E. Reiner Muller, Viaje por el Camero Viejo: del Monte Laturce al Monte Real, Logroño, 1984, pág. 200; P. Madoz, Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar: Rioja, Logroño, Colegio Oficial de Aparejadores de La Rioja, 1985, pág. 113; M. Zapater Cornejo, Contribución de los emigrantes a la educación en La Rioja (las fundaciones escolares riojanas decimonónicas), Logroño, Instituto de Estudios Riojanos, 1991, págs. 119-121; R. Calvo y C. Redondo, Hijos Ilustres del Camero Viejo, Logroño, Asociación para la Recuperación Cultural y del Entorno de Soto en Cameros (ARCES), 2005, págs. 103-104.
Roberto Calvo Torre
