Quintana, Hilarión de la. San Fernando de Maldonado (Uruguay), 21.X.1774 – Buenos Aires (Argentina), 1.VII.1841. Brigadier general.
Hijo del brigadier José Ignacio de la Quintana y Riglos y de Petronila de Aoiz y Larrazábal, ingresó en la carrera de armas en 1784 como cadete y en 1794 revistó como teniente en el Regimiento de Dragones de Buenos Aires, unidad en la que prestó servicios en la frontera.
En 1805 fue ayudante mayor del Regimiento Fijo de Infantería de Buenos Aires y al año siguiente estuvo en Montevideo cuando los ingleses tomaron la ciudad. Desde allí regresó a Buenos Aires como ayudante de campo de Liniers. En 1807 participó en la defensa de Buenos Aires, siempre como ayudante de Liniers, puesto que mantuvo aún después de la rendición de los ingleses. En 1808 casó con María del Tránsito de Aoiz y Lajarrota.
Fue enviado a España para informar sobre la situación en el Río de la Plata. Al regresar en 1809 se le ofreció el cargo de ayudante del virrey Cisneros, que rehusó. En 1810 revistaba como capitán el Batallón Fijo de Buenos Aires. Fue partidario de la revolución de mayo, aun cuando su padre votó a favor de los españoles en el Cabildo Abierto del 22 de ese mes. Ese año solicitó su retiro, pero poco después se reintegró a las filas del ejército. Participó en la campaña de la Banda Oriental y pasó luego a Entre Ríos como comandante. Tuvo a su cargo la administración de esa provincia durante más de un año.
De regreso a Buenos Aires fue destinado en 1814 a operaciones en el norte, al frente del Batallón de Cazadores del Ejército Auxiliar del Perú. Ese año se le designó teniente gobernador de Tucumán y, más tarde, gobernador interino de Salta. Desde ambos cargos facilitó las operaciones del ejército en el Alto Perú, al que se incorporó más tarde. Tras el fracaso de éste, pasó en 1816 al de los Andes, donde fue edecán del general San Martín.
En 1817 fue designado comandante general de armas de Santiago de Chile y director supremo delegado mientras O’Higgins se encontraba en campaña. Por problemas internos presentó su dimisión a ese cargo y retornó al ejército de Los Andes, en el que fue designado mayor general. En 1819 solicitó licencia y pasó a Mendoza. Luego regresó a Buenos Aires, donde intervino en la política local, ocupó cargos políticos y militares y por dos veces estuvo exiliado en Montevideo.
Murió en la oscuridad y la pobreza en el Hospital de Hombres de Buenos Aires.
Bibl.: G. F. Tobal, Brigadier General don Hilarión de la Quintana, Buenos Aires, Talleres Ricardo Radaelli, 1918; "Relación de sus campañas y funciones de guerra en que se halló" Biblioteca de Mayo, t. II, Buenos Aires, Senado de la Nación, 1960, págs. 1335-1405.
Isabel Josefa Las Heras Zamorano