Pedro. ?, f. s. X – Astorga (León), 1034. Obispo de Astorga (1029-1034).
Corto y oscuro fue el pontificado de este obispo astorgano. Nada se sabe de su filiación. En la década anterior a su elección aparece en numerosos documentos diocesanos un presbítero Pedro, siempre al lado del obispo; nombre que no vuelve a figurar cuando Pedro sube a la sede, por lo que se puede colegir que sea la misma persona.
Figura como obispo, por primera vez, en junio de 1029 y finaliza su memoria documental el 18 de abril de 1034. Fueron años difíciles para este obispo, pues el reino leonés vivía una delicada situación política con las permanentes aspiraciones del navarro Sancho III el Mayor que se intitulaba “rey desde Ribagorza hasta Astorga”. A ello hay que añadir el desbarajuste existente en el ámbito diocesano, sufriendo el obispado las rapiñas y ambiciones de seglares que se apropiaban de los bienes eclesiásticos sin pudor.
Conviene recordar que en este contexto hay que centrar el asesinato de su antecesor en la sede, el obispo Jimeno. Los expolios sufridos en estos años fueron motivo de reivindicación por los obispos sucesivos.
Don Pedro y el obispo de León Servando —lo cual hace sospechar cierta connivencia de ambos con Sancho—, mientras Vermudo se retiró al Bierzo y Galicia, se pusieron al lado del navarro; esto ocurría en las primeras semanas de 1034. Finalizada la primavera Sancho III ocupó Astorga y a principios de otoño se adueñó del Bierzo.
Este obispo, que sufrió los avatares políticos sirviendo a dos monarcas enemigos declarados entre sí, que sufrió serias depredaciones en las heredades y posesiones diocesanas, aparece por última vez en la primavera de 1034 al lado del Rey intruso.
En el mes de septiembre, quizás para acallar las protestas de algunos astorganos, Sancho, que ya podía intitularse “Rey de Astorga”, designó para ocupar la sede asturicense al viejo Sampiro, el personaje más respetado del reino leonés, que había sido sayón, notario y cronista del mismo.
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Martín Martínez Martínez