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Diego (Gómez) de Ribera

Biografía

Ribera, Diego (Gómez) de. ?, c. 1400 – Álora (Málaga), V.1434. Notario mayor y adelantado mayor de Andalucía.

Diego Gómez de Ribera fue hijo de Per Afán de Ribera y de su segunda esposa, la toledana Aldonza de Ayala, señora de Malpica y Valdepusa. Per Afán había apoyado a Enrique II de Trastámara en la guerra civil contra Pedro I el Cruel, y por ello fue premiado con los cargos de caballero veinticuatro (regidor) de Sevilla, notario mayor y adelantado mayor de Andalucía, así como con el aumento de su patrimonio.

Nacido en los últimos años del siglo XIV, Diego se convirtió en el principal heredero de su padre debido a la muerte de su hermano mayor, Ruy López de Ribera (fruto de un matrimonio anterior), en guerra contra los musulmanes, y a que otro hermano que le antecedía había emprendido la carrera eclesiástica.

En 1411 se le designó como beneficiario del mayorazgo principal de la familia, que englobaba entre otros lugares Espera, Bornos y Las Aguzaderas, y también casas en Sevilla. Ese mismo año, en noviembre, Per Afán cedió a Diego el oficio de notario mayor de Andalucía, y consta que en 1416 ya había hecho lo mismo con el de adelantado mayor. Investido con este último cargo de la máxima autoridad judicial y ejecutiva en su jurisdicción, Diego Gómez delegó sus funciones en lugartenientes, el principal de los cuales fue Diego Fernández de Villarreal. En 1423 murió Per Afán, sucediéndole su hijo en la jefatura del linaje Ribera.

En 1419 casó Diego Gómez con Beatriz Portocarrero, hermana de Pedro Portocarrero, señor de Moguer, y cuñada de Álvaro de Luna, privado de Juan II de Castilla. Esta boda reportó rentas e influencia a los Ribera. Nacerían de este enlace Per Afán II, Martín Fernández Portocarrero, Payo de Ribera, y cuatro hijas llamadas Inés, Leonor, Aldonza y Francisca.

Gracias a la dote aportada por su esposa y a la remuneración de sus oficios públicos, Diego aumentó su hacienda comprando lugares, sobre todo en tierras fronterizas con el Reino nazarí: El Coronil, El Viso (que luego trocaría por Cañete la Real —Málaga— y Torre Alháquime —Cádiz—), Los Molares... Asimismo, adquirió diversas casas, tierras y las ferrerías de San Nicolás del Puerto (Sevilla).

Respecto a la trayectoria política de Diego Gómez, se sabe que a comienzo de la década de 1420 tomó partido por uno de los infantes de Aragón, Enrique, frente a Álvaro de Luna. Posteriormente, mudó su fidelidad en beneficio de este último, que según se ha señalado antes se había convertido en su cuñado. De este modo, en 1429 formó parte de la hueste que Juan II de Castilla movió contra Aragón, en el contexto de la vuelta del condestable Álvaro de Luna a la Corte y la expulsión del país de los hijos de Fernando de Antequera, líderes de la alta nobleza.

En julio de 1430, Castilla acordó una tregua con Aragón y Navarra. Se inició entonces la actividad más destacada de Diego Gómez: la guerra contra los musulmanes. Fue destinado como frontero al obispado de Jaén con 500 lanzas. Ese invierno efectuó desde allí una entrada en la Vega de Granada, donde consiguió una victoria frente a los nazaríes en Colomera. Al año siguiente participó a las órdenes de Juan II y de Álvaro de Luna en una nueva expedición contra Granada. Quedó luego como encargado de la defensa del sector de Écija. Junto al maestre de Calatrava Luis González de Guzmán, ayudó a Yñsuf IV, aliado de Juan II de Castilla, a desbancar del Trono nazarí a MuÊammad IX.

En mayo de 1434 murió Diego Gómez mientras cercaba la villa musulmana de Álora (Málaga). Conmemora la muerte de este adelantado el famoso romance que comienza “Álora, la bien cercada, / tú que estás en par del río [...]”. Cuenta el poema cómo mientras el adelantado alzaba la visera de su yelmo para atender una propuesta de rendición, una saeta le atravesó la cabeza. Según otros testimonios, el proyectil le entró por la boca.

Álvaro de Luna, que tomó bajo su protección a los hijos de Diego Gómez, los favoreció en los trámites de la herencia. El mayorazgo correspondió a Per Afán II de Ribera, entonces un niño. También le fueron confirmados por el Rey los cargos de notario mayor y adelantado mayor de Andalucía, que desempeñara su padre.

 

Bibl.: L. de Salazar y Castro, Historia genealógica de la Casa de Lara, Madrid, Imprenta Real, 1696; D. Ortiz de Zúñiga, Anales eclesiásticos y seculares de la muy noble y muy leal ciudad de Sevilla, metrópoli de la Andalucía, Madrid, Imprenta Real, 1795 (1.ª ed., Madrid, García Infanzón, 1677); G. Argote de Molina, Nobleza del Andalucía, Jaén, Manuel Muñoz y Garnica, 1866 (reed. facs., Jaén, 1957; 1.ª ed., Sevilla, Fernando Díaz, 1588); P. Carrillo de Huete, Crónica del halconero de Juan II, ed. de J. de M. Carriazo y Arroquia, Madrid, Espasa Calpe, 1946; F. Pérez de Guzmán, Generaciones y semblanzas, Buenos Aires-México, Espasa Calpe, 1947; R. Pérez-Bustamante, El gobierno y la administración de los reinos de la Corona de Castilla (1230-1474), t. I, Madrid, Universidad Autónoma, 1976, págs. 374-375; Á. García de Santa María, Crónica de Juan II de Castilla, ed. de J. de M. Carriazo y Arroquia, Madrid, Real Academia de la Historia, 1982; M. Á. Ladero Quesada, “De Per Afán a Catalina de Ribera. Siglo y medio en la historia de un linaje sevillano (1371-1514)”, en En la España Medieval, IV, t. I (1984), págs. 447-497; M. Díaz Roig (ed.), El Romancero Viejo, Madrid, Cátedra, 1985, pág. 62; M. Fernández Gómez, “Aproximación al Adelantamiento de Andalucía en el siglo XV”, en Archivo Hispalense, 221 (1989), págs. 33-52.

 

Braulio Vázquez Campos

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