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Isidoro García del Postigo y del Poyo

Biografía

García del Postigo y del Poyo, Isidoro. Cartagena (Murcia), 6.IV.1752 – 7.III.1807. Brigadier de la Real Armada, caballero de la Orden Militar de Santiago.

Hijo legítimo de Ana Luisa del Poyo y Maya y del jefe de escuadra Isidoro García del Postigo y del Prado. Ingresó, junto a su hermano Antonio, en la Real Compañía de Guardias Marinas, formándosele asiento en Cádiz, el 19 de abril de 1760. Tuvo su primer destino en el navío Triunfante, de setenta cañones, el 15 de noviembre de 1766, en incursión corsaria en el Mediterráneo. Trasbordó al navío de igual porte Santa Isabel, que en viaje de prueba condujo jesuitas expulsos a la isla de Córcega. Pasó a servir en la fragata Garzota a vigilar el estrecho de Gibraltar, corso del Mediterráneo y muda de matrículas de Mallorca a Barcelona. Trasbordó al jabeque Vigilante, de veintidós cañones, destinado al corso y escolta de barcos mercantes, hallándose con él, el 20 de agosto de 1768, en la represa de una urca catalana que habían tomado los moros, que sacaron de las costas de Berbería, haciendo once esclavos musulmanes. El último día del mes tomó parte en el combate y rendición de un jabeque argelino de veinte cañones, que se defendió valerosamente durante siete horas, a tres leguas de la dragonera de Mallorca, pereciendo cincuenta y ocho enemigos y quedando ciento catorce esclavos. Se embarcó en el jabeque Ibicenco, de veintidós cañones, el 1 de enero de 1769, con destino al corso. Participó el 16 de mayo en la rendición de dos escampavías argelinas, haciendo en ambas noventa y siete esclavos, treinta leguas al sudeste de Barcelona.

El 11 de octubre represó un paquebot dinamarqués con trece esclavos argelinos, diez leguas al sudeste de Ceuta; el 12 combatió y sacó de la costa de Berbería, dos leguas al oeste del Peñón de Vélez, un jabeque de la regencia argelina de ventidós cañones de porte, que atracó en dicha costa huyendo su gente antes de que pudiese ser abordado. El 31 se halló en el combate y rendición de otro jabeque argelino de treinta y dos cañones de porte, donde se hicieron doscientos veintiocho esclavos y murieron setenta y dos moros, recobrando algunos cautivos que tenía. Ascendió a alférez de fragata. En abril de 1770 pasó al navío Triunfante, dedicado a varias comisiones de corso y en el traslado desde Cartagena a Nápoles del príncipe de la católica, que regresaba de embajador de las Dos Sicilias en Madrid. En los años 1771 y 1772 estuvo de servicio en el Mediterráneo y ultramar. Fue destinado a mandar la bandera de batallones de marina del departamento de Cartagena establecido en Granada, el 1 de diciembre de 1772. Ascendió a alférez de navío el 13 de enero de 1773. En mayo se le confió la galeota Golondrina, que antes había sido comandada por su primo hermano Diego García del Postigo y Manrique de Lara, III marqués de García del Postigo, muerto en ella combatiendo un jabeque argelino en 1765. Continuó al corso en su nave al oeste de Cartagena y presidios menores de la costa africana, que abandonó por el desarme de la Golondrina, pasando en octubre de 1774 al jabeque Lebrel, del servicio de corso, con el que el 14 se halló en la quema de una urca catalana que habían apresado los moros cuatro días antes al oeste del puerto de Cartagena, y, dándole caza varó en la playa de las Aguadas, dos leguas al norte de Orán.

El 15 capturó un bajel que se le había escabullido, que condujo a remolque hasta Cartagena. Pasó luego a servir en la fragata Santa Clara, destinada a transportar tropas y pertrechos bélicos desde el puerto citado a Orán. Enseguida trasbordó a la Santa Lucía, comisionado para ir a Melilla a igual servicio, presidio que se encontraba sitiado por el emperador de Marruecos desde el 9 de diciembre y que duró así hasta el 20 de marzo de 1775. Fue relevado y destinado a la escuadra del marqués de González de Castejón, para la expedición que tuvo lugar el 8 de julio contra la plaza de Argel. Ascendió a teniente de fragata, el 16 de marzo de 1776. Durante 1776 sirvió en las escuadras comandadas por José Miguel Gastón, en la del marqués de Casa Tilly y en la expedición contra los dominios de Su Majestad Fidelísima en las costas de Brasil. Participó en el apresamiento de una sumaca mercante portuguesa, el 1 de febrero de 1777, a ciento cincuenta leguas de Río de Janeiro. El 1 de marzo fue en un bote a la isla de Santa Catalina, a reconocer el castillo de Santa Cruz en la costa firme de la bahía de ese nombre. En esta comisión tuvo que exponerse por más de media hora al fuego de las baterías de tal castillo y del de San José. Rendido al ejército español este baluarte, en cuyo precedente desembarco participó activamente, pasó a tomar posesión de las fortificaciones del sur de ella, apresando en sus cercanías dos sumacas portuguesas que conducían familias fugitivas de Santa Catalina. Se dirigió luego a Buenos Aires. Trasbordó al paquebot San Cristóbal, barco participante en el bloqueo y toma de Sacramento, posesión portuguesa, durante el cual ejerció el cargo de oficial de órdenes de la escuadra del comandante del Río de la Plata, a cuyas órdenes se mantuvo empleado durante el sitio de dicha colonia hasta su rendición.

Teniente de navío, el 19 de agosto de 1777, fecha en que trasbordó al navío San Dámaso, de setenta cañones, con destino en la escuadra del marqués de Casa Tilly, y desde marzo de 1778 a la de Adrián Caudrón de Cantín, para llevar tropas de regreso desde Santa Catalina a Cádiz, puerto en que trasbordó en agosto al navío San Rafael, del mando de su tío el brigadier Juan García del Postigo, en la escuadra de Luis de Córdoba. Trasbordó al Santiago la América, de la dirección del capitán de navío Antonio Vacaro, comandante de las fuerzas del Pacífico Sur, con objeto de llevar azogues y otros efectos a Lima, haciendo el corso con la escuadra que éste formó allí para transportar pertrechos de guerra a Chiloé, Valdivia, Juan Fernández y Concepción, en el reino de Chile. Esta labor lo ocupó casi cuatro años, hasta el 15 de junio de 1782 en que fue destinado al “corte de algunas piezas de construcción y arboladura, para reparar dicha escuadra, en las montañas de Concepción de Chile, y a reconocer en la cordillera de la Costa, entre ésta y los Andes, el saque de piezas de pino para la misma comisión”. Entonces tenía el grado de capitán de fragata.

La madera de pino descubierta en la cordillera de Curamávida, poblada por indios bravos, la sacó en mayo, quedando luego al cuidado de los almacenes de Talcahuano, hasta su envío a Perú. Entregó lo que estaba a su cargo, el 2 de enero de 1785, y por tierra fue al puerto de Valparaíso, en donde se embarcó rumbo a El Callao. En marzo se le encomendó la carena del navío América, pasando en agosto de Lima a Valparaíso y desde allí por tierra a Concepción, a tomar de nuevo el cargo de lo que había entregado y existía para la escuadra del sur, haciendo entrega de todo a los ministros de Real Hacienda de Concepción, el 30 de abril de 1788. En 1789 regresó a Europa con su familia en el navío del comercio El Aquiles, que conducía caudales y frutos a Cádiz. Destinado al departamento de Cartagena, se hizo cargo de la primera ayudantía de la Subinspección del Arsenal, del 28 de septiembre de 1789 al 2 de abril de 1791. Ascendido a capitán de navío, se le encargó del depósito y carena del navío Vencedor, hasta que el 9 de diciembre el Rey le confirió la dirección del Real Arsenal, permaneciendo en ella hasta fines de 1793, en que se le dio el mando de dicho navío.

Formó parte, el 20 de enero de 1794, de la escuadra con que Juan de Lángara condujo desde Liorna hasta Cartagena al príncipe heredero de Parma. Agregóse después a la de Federico Gravina, con destino al crucero del Rosellón, transportando tropas a Rosas, desde donde salió para la evacuación de la plaza de Coliubre.

Gravina le comisionó, seguidamente, que transportara a Ceuta los Regimientos Veterano y Provincial de Córdoba en la fragata Matilde. Condujo desde ese puerto a novecientos hombres del Regimiento de Irlanda y, después, en julio y agosto de 1795, se mantuvo en conserva de la fragata Venganza, en el crucero del cabo de Orens. Participó a continuación en el ataque de lanchas de fuerza que se dio a Bañuls el 13 de agosto, para contribuir al que con el ejército dio el conde de la Unión. Se dirigió a fines del mes a recoger pertrechos a Cartagena y al mismo tiempo entró en la dársena para recorrer su buque y “tomar un agua que hacía por la proa”. Listo, el 28 de septiembre, regresó a Rosas, desembarcando tropa de varios regimientos y pertrechos para los buques de aquel apostadero. El 12 de noviembre salió con los navíos Vencedor, Astuto y la fragata Matilde a cruzar sobre las costas africanas y luego pasó a Mahón a buscar prácticos y víveres, pero habiendo enfermado gran parte de su tripulación, no pudo salir hasta fines de diciembre, con ruta distinta, ya que al perderse la línea de Figueras, caída en poder de los franceses, regresó a Rosas para protegerla con el Vencedor y la Matilde. Haciendo nuevamente agua por la proa el navío de su mando, arribó a Cartagena el 7 de enero de 1795, entrando en la dársena; allí trasbordó su tripulación al Terrible y fragata Esmeralda. Pasó al mando del San Ildefonso, destinado a unirse en Mahón a la escuadra de Juan de Lángara, que junto a la de Francisco Gravina, se dirigió al cabo Creus, donde supieron haberse firmado la paz con Francia. Continuó a las órdenes de José de Mazarredo, dirigiéndose una vez más a Cartagena el 30 de agosto, donde entregó el navío. Desde Cádiz en octubre tomó el mando del navío Europa, de la Escuadra del Sur, que dio la vela para Lima. Después de hacer escala en Puerto Egdmon, islas Malvinas, en Concepción y Valparaíso, fondeó en Lima el 3 de mayo de 1796. Una vez restaurado, salió para las islas Filipinas el 6 de octubre del mismo año, tocando en las islas Marianas. Ancló la escuadra en la bahía de Manila el 25 de diciembre. Después que un temporal sufrido por su navío sobre el cabo del Espíritu Santo, tuvo que carenarlo en el puerto de Cavite entre enero y marzo de 1797, trabajo que se suspendió al conocerse la noticia de la guerra con Inglaterra. Empleó su artillería y gente en los fuertes de Manila y Cavite como en el armamento de todas las lanchas cuyo mando, en número de veinticuatro, se le confió para defender ese último puerto. Durante 1799, al mando del navío Montañés, hizo con la escuadra dos incursiones a los mares de China, reconociendo todas las islas desde la de Sansian hasta la de Granteme, cercanas a Macao. En la estación de los vendavales volvió a encargase del mando de las lanchas citadas. Durante 1800 y 1801 se pasó fondeado en Cavite, donde tuvo la grata sorpresa de reunirse con su hijo Carlos, que pasó con ese objeto desde Callao, para continuar en compañía de su padre a Europa. Después de llegar a Manila la noticia de la paz con Gran Bretaña, firmada en Madrid el 5 de octubre de 1801, fecha en que ascendió a brigadier, pasó con la escuadra de Álava a España, el 7 de enero de 1803. Pronto se le confió la dirección del navío Reina Luisa, de ciento doce cañones, encargándose de forrarlo en cobre. Salió de la dársena en marzo de 1805 arbolando la insignia del jefe de escuadra José Justo Salcedo. Fue nombrado mayor general de ella, con setecientos treinta cañones a su mando.

Entre sus honores se contaba el preciadísimo de la Orden Militar de Santiago, que le concedió el Rey en 1805. También pertenecía a la Cofradía Noble del Santo Cristo del Socorro de Cartagena, donde había sido electo el 30 de enero de 1781, contándose entre sus hermanos grandes figuras de la Armada.

Falleció a los cincuenta y cinco años de edad, dejando a sus siete hijos menores al cargo de su mujer Manuela de Bulnes y Quevedo. De ellos, los cuatro varones fueron oficiales de Marina e Isidoro y Carlos poseyeron respectivamente el título nobiliario de la familia.

 

Bibl.: D. de la Válgoma y J. L. de la Guardia y Pasqual del Pobil, barón de Finestrat, Real Compañía de Guardias Marinas y Colegio Naval, t. II, Madrid, Instituto Histórico de Marina, 1944, pág. 157, n.º 1335; J. F. Guillén Tato, “Mando”, en Revista General de Marina (Madrid) (marzo de 1955), pág. 378; J. Llabrés Bernal, Apuntes para una historia marítima de Ibiza, Palma de Mallorca, Escuela Tipográfica Provincial, 1958, págs. 37-38; V. de Cadenas y Vicent, Caballeros de la Orden de Santiago que efectuaron sus pruebas de ingreso durante el siglo xix, Madrid, Hidalguía, 1958, págs. 83-84; I. Vázquez de Acuña, Historial de la Casa de Gálvez, 2.ª parte, cap. XII, 2005 (inéd.).

 

Isidoro Vázquez de Acuña y García del Postigo