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Diego Carlier Velázquez

Biografía

Carlier Velázquez, Diego. San Fernando (Cádiz), 23.V.1851 – 22.VI.1929. Contralmirante.

Hijo de Juan Carlier Lobé y de Carmen Velázquez Fernández. El 1 de agosto de 1867 ingresa como as­pirante en el Colegio Naval Militar de San Fernando, obteniendo el empleo de guardia marina de 2.ª clase el 17 de julio de 1868 y de 1.ª, el 27 de noviembre de 1871. Navegó en prácticas en las fragatas Esperanza y Villa de Madrid, urca Trinidad y otros.

Se le asciende a alférez de navío el 27 de julio de 1873, en cuyo empleo estuvo destinado en los vapo­res Vasco Núñez de Balboa y Guadalquivir, cañoneros Centinela y Dardo, aviso Jorge Juan, fragatas Lealtad, Numancia y Blanca y goletas Ligera y Prosperidad. En atención a los servicios prestados en la campaña de Cuba, se le confirió el 22 de febrero de 1878 el grado de capitán del Ejército.

Regresa a la Península a bordo del vapor correo Al­fonso XII, y llega a Santander en julio de 1878. Con­trajo matrimonio el 9 de agosto de este año con Inés Jiménez Franco.

En octubre de 1880 se le nombra alumno del curso de estudios de ampliación en el Observatorio As­tronómico de Marina, donde permaneció hasta di­ciembre de 1884 en que se le destina al apostadero de Filipinas. Había ascendido a teniente de navío con antigüedad de 18 de enero de 1883. En aquel apos­tadero desempeñó el mando del cañonero Mindoro, afecto a la Comisión Hidrográfica, ocupándose a con­tinuación como auxiliar del Centro de Meteorología en aquellas latitudes.

A finales de 1888 se le nombra auxiliar del Centro Meteorológico del Observatorio Astronómico de San Fernando, pasando más tarde a jefe del Centro. En el año 1893 pasa destinado a la Comisión Hidrográ­fica de las Antillas, tomando el mando del cañonero Criollo, afecto a la misma. Se le asciende a teniente de navío de primera clase (hoy capitán de corbeta) con antigüedad de 16 de agosto de 1894.

Al año siguiente se encuentra destinado como jefe de la Sección de Cronómetros del Observatorio de Marina, formando posteriormente parte de la comi­sión de Marina en Inglaterra con asignación a la ins­pección de los cazatorpederos Terror y Furor que allí se construían.

En diciembre de 1896 toma el mando del cazator­pederos Furor, con el que, a comienzos de 1898 forma parte de la primera división de torpederos mandada por el inventor del “destructor”, capitán de navío Fer­nando Villaamil y Fernández Cueto. La formaban, además del Furor, los cazatorpederos Terror, Plutón, Rayo, Azor y Ariete y el mercante Ciudad de Cádiz.

El 15 de febrero de 1898 tiene lugar la voladura del acorazado norteamericano Maine en el puerto de La Habana, achacándole a los españoles la autoría. En abril, los Estados Unidos declaran la guerra a Es­paña. El almirante Cervera, jefe de la escuadra, zarpa de Cabo Verde el 29 de abril con los cruceros María Teresa, Vizcaya, Oquendo y Cristóbal Colón y los caza­torpederos Terror, Furor y Plutón, fondeando en San­tiago de Cuba el 19 de mayo. Al Terror se le ordenó dirigirse a Puerto Rico.

El día 3 de julio de aquel año se enfrenta la escuadra española a la norteamericana en aguas de Santiago de Cuba, resultando totalmente destruida aquélla. En el combate fallece el jefe de la división, Villaamil, que enarbolaba su insignia en el Furor. El mismo día, hundido el buque de su mando, fue hecho prisionero Carlier, junto con los supervivientes de las dotacio­nes. Se le embarcó en el Gloucester, transbordando poco después al acorazado Iowa y de este último al crucero auxiliar San Luis. El 10 de julio llega a Porst­mouth y el 18 a la escuela naval de Annápolis, donde se le aloja junto con el almirante Cervera y los jefes y oficiales de la escuadra. Puesto en libertad, salió para España el 8 de septiembre a bordo del vapor City of Roma, llegando a Santander el 20 del mismo mes.

Ya en la Península, desempeñó los destinos de se­cretario de la jefatura de Armamentos del arsenal de La Carraca, ayudante del jefe del Estado Mayor del departamento marítimo de Cádiz y el de jefe del pri­mer negociado de la jefatura del Estado Mayor de di­cho departamento.

Por Real Orden de 9 de enero de 1903 se le con­cede la Cruz de segunda clase de la Real y Militar Or­den de San Fernando, pensionada con 2.500 pesetas anuales, transmisibles a sus herederos, por su actua­ción en el combate de Santiago de Cuba contra la es­cuadra norteamericana.

Ascendió a capitán de fragata el 24 de enero de 1905, embarcando en mayo como segundo coman­dante del crucero Numancia y al mes siguiente se le nombra comandante del crucero Río de la Plata, bu­que que formaba parte de la escuadra de Instrucción. En el verano de 1907 desembarca, tomando posesión del destino de segundo jefe del Estado Mayor del de­partamento marítimo de Cádiz.

El 27 de enero de 1910 obtiene el empleo de capi­tán de navío, por lo que cesa en su destino y pasa al de director de la Escuela de Aplicación, del cual tomó posesión el 18 de marzo, embarcando en el contrator­pedero Osado y torpederos Habana y Orión, afectos a la escuela. Al año siguiente se le nombra jefe del Es­tado Mayor de la escuadra de Instrucción, pasando al buque insignia Pelayo con el que participó en la cam­paña de Marruecos, bombardeando las costas de Kert y Alhucemas.

Como jefe de la Comisión Hidrográfica, tomó en marzo de 1912 el mando del Urania, trabajando en vistas fotográficas de las costas y entradas de las rías gallegas. Por Real Orden de 15 de noviembre de 1912, se le confiere el empleo de contralmirante, nombrándosele jefe del Estado Mayor de la Jurisdic­ción de Marina en la Corte, y al año siguiente, general jefe del arsenal de La Carraca, en cuyo destino perma­neció hasta el 23 de mayo de 1915, en que pasó a la situación de reserva.

Además de la Cruz de San Fernando, se hallaba en posesión, entre otras, de tres Cruces Rojas del Mérito Naval, una Cruz Roja del Merito Militar, Cruz de la Corona de Italia, comendador de la orden Victoria de Inglaterra y oficial de la Legión de Honor francesa.

 

Fuentes y bibl.: Archivo familiar (San Fernando), Hoja de Servicios; exp. personal.M. A. Serrano Monteavaro, Fernando Villamil, una vida entre la mar y el dolor. La Guerra de Cuba, Madrid, Asamblea Amistosa Literaria, 1988.

 

Jose Carlos Fernández Fernández