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Bernardo Rodríguez

Biografía

Rodríguez, Bernardo. ?, 1750 – ?, 29.XI.1819. Primer veterinario español, albéitar, mariscal.

Nació en 1750, en lugar desconocido. Albéitar culto y entusiasta, mariscal al servicio de las Reales Caballerizas y albéitar examinador del tribunal de examinadores del Protoalbeiterato. Fue enviado por el gobierno español como pensionado a la nueva Escuela de Veterinaria en Alfort (segunda en Francia después de la de Lyon) en la que se matriculó el 2 de enero de 1777 a los veintisiete años de edad, según el libro de registros de la Escuela. Esta escuela francesa no pasó desapercibida para ningún gobernante de Europa y fue punto de referencia para la nueva Veterinaria. Finalizó sus estudios en ella el 2 de julio de 1780 y cabe mencionar una observación escrita en el libro de control de alumnos según la cual era un excelente sujeto. Curiosamente, esta observación no se encontró en el expediente de ningún otro alumno pensionado, tal fue la consideración de este brillante e innovador veterinario.

Tras su regreso redactó una memoria y un proyecto acerca de la necesidad y conveniencia de crear una Escuela de Veterinaria en Madrid. En este sentido, publicó también un proyecto de Reglamento de la Escuela de Veterinaria en el Correo de Madrid, pero nada de esto se tuvo en cuenta, sobre todo por los trastornos políticos de la época que dieron al traste con su plan según palabras de Risueño, que le conoció personalmente. Finalmente, no fue él, sino Segismundo Malats e Hipólito Estévez, veterinarios militares, los encargados de organizar la primera Escuela de Veterinaria española en Madrid en el año 1792, obviamente por una omisión malintencionada y por un claro favoritismo de Godoy hacia la figura de Malats, que sería director de la Escuela.

A pesar de que toda la actividad profesional de su momento se dedicó a la clínica equina, Rodríguez fue iniciador de actividad clínica en otras especies y estimuló a los otros veterinarios al estudio de las enfermedades del ganado bovino, porcino, lanar y de los cánidos. En 1786 creó un premio de 600 reales, que debía conceder la Sociedad Económica de Amigos del País de Madrid, corporación de la que fue fundador y a la que pertenecía de forma activa desde el momento de su incorporación.

Fue un mecenas honesto siempre y generoso para el progreso de la Veterinaria española y su fecundidad le hubiera convertido en el Bourgelat español sin la labor negativa de Malats y Estévez, que le llevó al anonimato y a publicar obras sin firma o con la firma DBRM, siendo D (Don), B (Bernardo), R (Rodríguez) y M (Mariscal). Buena parte de sus obras quedaron inéditas por las razones que señala el protector duque de Alagón: “Si este profundo y honrado veterinario ha dejado sepultados en el olvido sus conocimientos fue debido a las persecuciones que toda su vida sufrió de S. Malats” y a su posición de proilustrado que vería agravada su situación por la guerra contra los franceses y, sobre todo, tras la Guerra de la Independencia.

 

Obras de ~: Causas, signos y curación de la Enterocèle ô Hernia Intestinal. Compuesta por Bernardo Rodríguez, Mariscal de la Real Cavalleriza de S. M., s. l., 1786 (inéd.); Catálogo de algunos autores españoles que han escrito de Veterinaria, de Equitación y Agricultura. Contiene por orden cronológico, el año y lugar de su impresión, las ediciones que se han hecho, y un juicio imparcial del mérito de cada obra, Madrid, Imprenta de Joseph Herrera, 1790.

 

Bibl.: C. Risueño, Diccionario de Veterinaria, vol. I, Madrid, 1829, pág. X; C. Sanz, “El primer veterinario español, D. Bernardo Rodríguez”, en Ciencia Veterinaria, I, n.os 5-6 (1940); C. Sanz, Historia de la Veterinaria española. Albeitería, mariscalería, veterinaria, Madrid, Espasa-Calpe, 1941; M. Cordero del Campillo, C. Ruiz Martínez y B. Madariaga de la Campa, Semblanzas veterinarias, León, 1973; A. Palau, Bibliografía hispánica de veterinaria y equitación, Madrid, Universidad Complutense de Madrid, 1973; Contrôle des elèves, Paris, École Royale Vétérinaire, s. f. (ms. en Archivos departamentales de Creteil).

 

Milagros Benito Hernández

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