Ayuda

José Luis Díez y Pérez Muñoz

Biografía

Díez y Pérez Muñoz, José Luis. Jerez de la Frontera (Cádiz), 28.IX.1851 – Puerto Real (Cádiz), 4.XI.1887. Teniente de navío, inventor.

Nació en el seno de una distinguida familia de Jerez de la Frontera. En 1859, cuando aún no había cumplido ocho años, su padre solicitó la gracia de guardia marina con uso de uniforme y opción a una plaza en el Colegio Naval Militar. Sin embargo, no hizo uso de dicha opción y, en 1866, se presentó al examen para la obtención de la plaza de aspirante en oposición pública. Obtenida la plaza, ingresó como aspirante en el Colegio Naval el 1 de julio y, una vez concluidos sus estudios, fue declarado guardiamarina de 2.ª clase por Real Orden de 12 de diciembre de 1867, sentando plaza de tal el 7 de enero de 1868.

Salió a navegar, por primera vez, como guardiamarina el 27 de enero de 1868 a bordo de la corbeta Villa de Bilbao con la que hizo un crucero por diversos puertos españoles del Mediterráneo, regresando a Cádiz el 16 de mayo. Durante el mes de junio de 1868 estuvo embarcado en el vapor Farol y, en julio y agosto del mismo año, en el San Francisco de Borja.

El 14 de agosto, finalizado este período de instrucción, embarcó en la fragata Zaragoza, con la que fue comisionado al Cantábrico a las órdenes de la reina Isabel II, que se encontraba veraneando en San Sebastián.

La Zaragoza salió para Lequeitio el mismo día 14 y allí permaneció hasta el 23, en que finalizó dicha comisión y regresó a Ferrol y Cádiz, donde el 18 de septiembre de 1868 estallaría la revolución que derrocó a Isabel II. En efecto, ese día, el brigadier Topete, a la sazón jefe del puerto de Cádiz, y dotado de un innegable prestigio, arenga a las dotaciones de la heterogénea agrupación de buques surtos en la bahía de Cádiz y anuncia con veintiún cañonazos la sublevación de la escuadra. La revolución estaba dirigida por Serrano, que, procedente de Canarias, donde había sido desterrado, llegó a Rota a bordo del mercante Buenaventura, y por Prim, que, procedente de Inglaterra, había llegado a Gibraltar con Sagasta y se trasladó en el remolcador Adelia a la fragata Zaragoza, donde embarcó en la noche del 17.

El día 18, mientras Topete permaneció en Cádiz al frente de la Junta Revolucionaria allí constituida, Prim, acompañado por Ruiz Zorrilla y Sagasta, salió a la mar en la fragata Zaragoza, acompañada por otras dos fragatas y se dirigió a propagar la revolución por todo el litoral mediterráneo desde Cartagena hasta Barcelona. Finalizado este periplo, la Zaragoza, con Díez a bordo, regresó a Cádiz, donde atracó el 30 del mismo mes. Mientras tanto Serrano extendía la revolución por Andalucía y, tras la batalla de Alcolea (28 de septiembre), se dirigió a Madrid, donde fue recibido el 3 de octubre por la Junta Revolucionaria presidida por Madoz.

El 17 de abril de 1869, Díez transbordó a la fragata Almansa con la que salió a la mar con la escuadra el 1 de julio en comisión por el Mediterráneo, regresando a Cádiz el 8 de agosto. El 21 de septiembre del mismo año salió para Cuba, en cuyo apostadero de La Habana tenía su base una numerosa y todavía respetada escuadra. Llegó a La Habana el 1 de noviembre. El 16 de diciembre embarcó en el vapor Isabel la Católica, saliendo el 17 para Nueva York, donde llegó el 24; ese mismo día embarcó en el cañonero Telegrama, uno de los treinta cañoneros que se construyeron en diversos astilleros de la costa Este de los Estados Unidos.

Los cañoneros que estaban ya alistados constituyeron una escuadrilla al mando del capitán de fragata Huidobro y salieron de Nueva York el día 3 de enero de 1870, iniciando el regreso a La Habana. El día 5, la escuadrilla entró de arribada en la bahía de Delaware por avería de uno de los cañoneros, saliendo el día 7 y entrando el 9 en el Chesapeake donde aguardaban en Fort Monroe el vapor Isabel la Católica y otro cañonero.

El día 11 salieron a la mar, llegando ese mismo día a Charleston, de donde salieron el 17 y navegaron a lo largo de la península de la Florida, fondeando en la ensenada de Júpiter y en los Cayos, antes de llegar a La Habana el 30 del mismo mes.

El 1 de febrero volvió a embarcar en la fragata Almansa.

Por aquellas fechas ya había surgido la insurrección separatista que se inició en la manigua. Debido al auge experimentado por la revolución y a la escasez de fuerzas pertenecientes al ejército, en octubre se formó, al mando de Emilio Catalá, una columna de marinería, en la que Díez, haciendo gala de un gran entusiasmo y soportando largas y penosas jornadas en los pantanosos terrenos de la manigua, prestó distinguidos servicios, hallándose en la inundación de Batabanó, recorriendo en varias direcciones la zona comprendida entre la playa y el interior.

También participó en las operaciones de la Ciénaga de Zapata, donde tuvo lugar su bautismo de fuego formando parte de una columna de desembarco compuesta por personal de las dotaciones de los buques.

Por esta actuación le fue concedida, el 30 de enero de 1872, la Cruz de 1.ª Clase del Mérito Militar con distintivo rojo.

El 17 de enero de 1871 fue examinado y aprobado para ascender a guardiamarina de 1.ª clase, siendo promovido por Real Orden de 17 de octubre de 1871. El 8 de marzo de 1871 salió de La Habana llegando a Cádiz el 6 de abril, siendo destinado a la fragata Villa de Madrid, perteneciente a la escuadra del Mediterráneo y que se encontraba en el puerto de Barcelona. El día 18 desembarcó y se trasladó a Barcelona para incorporarse a su nuevo destino, embarcando el 28 del citado mes y saliendo a la mar en diferentes ocasiones; el 4 de agosto, sin dejar de pertenecer a la dotación, comenzó el disfrute de una licencia por enfermo de tres meses de duración que le había sido concedida, presentándose en su destino el 5 de noviembre. Continuó en la Villa de Madrid hasta el 15 de octubre de 1872 en que desembarcó pasando a Ferrol con objeto de tomar parte en los exámenes para oficial en la Escuela Naval Flotante, instalada a bordo de la fragata Asturias, surta en Ferrol y sustituta del antiguo Colegio Naval Militar de San Carlos (San Fernando), regresando a Cádiz a la finalización de dichos exámenes. Por Real Orden de 31 de enero de 1873 ascendió a alférez de navío y, el 20 de marzo, embarcó en la fragata Navas de Tolosa hasta el 20 de junio en que transbordó a la corbeta Villa de Bilbao.

Durante la revolución cantonal de Cádiz que estalló el 19 de julio de 1873, participó en la defensa del Arsenal de La Carraca, sitiado por los rebeldes que se habían apoderado de San Fernando. Sirvió en los puestos que le fueron confiados por el almirante capitán general del Departamento, mandando la lancha de vapor que rompió las hostilidades y llevando la expedición que cortó el puente de ferrocarril, haciendo gala de un gran arrojo debido a lo arriesgado de la maniobra frente al enemigo, evitando con ello la captura del Arsenal por las hordas que lo amenazaban.

Por Decreto de las Constituyentes de 12 de agosto fue declarado, en unión de los demás defensores del Arsenal, benemérito de la Patria y, por otro del gobierno de la ciudad, digno de premio, aceptándose la renuncia que, junto con el resto de los defensores, hizo de las gracias que pudieran corresponderle.

El 15 de noviembre del mismo año embarcó en el vapor San Antonio, efectuando diversas comisiones por el Mediterráneo en misión de guardacostas y de transporte de tropas, caudales y material entre distintos puertos del levante peninsular, así como de prisioneros cantonalistas de Cartagena a Cádiz. También efectuó una comisión a los puertos argelinos de Mers el Kebir, Arsen y Orán para recoger presidiarios y trasladarlos a Ceuta, regresando posteriormente a Cartagena, donde entró el 14 de junio de 1874.

Continuó realizando las anteriormente mencionadas misiones de transporte hasta el 11 de julio de 1875 en que desembarcó por haber sido destinado a Ultramar.

El 27 del mismo mes se presentó en Cádiz, donde se le concedió licencia por enfermo de dos meses para restablecerse de una pulmonía, hecho que realizó en Bornos, pueblo de la Sierra de Andalucía. El 30 de septiembre embarcó en la corbeta Villa de Bilbao hasta el 30 de octubre en que desembarcó para embarcar en el vapor transatlántico Guipúzcoa, en el que se trasladó a La Habana, donde llegó el 14 de noviembre del mismo año de 1875. Ese mismo día transbordó al vapor Moctezuma para trasladarse a Santiago de Cuba, donde embarcó en la corbeta Tornado, realizando varias navegaciones por aguas de las islas de Cuba, Caimán y Jamaica. En enero de 1877 regresó a España en el vapor correo Méndez Núñez para efectuar el curso de Estudios de Ampliación en el Real Observatorio Astronómico de San Fernando, dedicándose en especial a la Química y a la Electricidad.

En diciembre de 1880 terminó sus estudios y fue destinado como profesor a la Escuela Naval. El 13 de enero de 1881 salió de Cádiz en el vapor Julián, llegando a Ferrol el 21 y embarcando el 31 de enero en la fragata escuela Asturias; allí impartió clases de Trigonometría, Geometría analítica y Física. En julio de 1881 contrajo matrimonio en Jerez de la Frontera con María Victoria Lassaletta y Salazar, procedente de una distinguida familia de aquella localidad. El 1 de enero de 1882 ascendió a teniente de navío. En 1883 se aprobó la instalación del alumbrado eléctrico en los arsenales, ordenándose la redacción de los correspondientes proyectos, siendo asignado a Díez la del correspondiente al Arsenal de Ferrol. El proyecto preconizaba el sistema Brush, contemplando la instalación de 75 puntos de luz en sustitución de las 89 luces de aceite existentes, con un coste total de 1.797 libras. El sistema sería proporcionado por la empresa Anglo Spanish Electric Light and Power, y los esfuerzos de Díez fueron fundamentales para la realización de dicha instalación eléctrica. Por este trabajo y por su meritoria labor en la Escuela Naval, donde, además de las clases, dirigió multitud de trabajos, algunos de los cuales fueron realizados de su propia mano, fue recompensado con la Cruz blanca del Mérito Naval y con un sextante Fleuriais adecuado para observaciones astronómicas nocturnas.

Aunque el reglamento de la Escuela Naval disponía que las clases de Máquinas de Vapor fuesen impartidas por un ingeniero naval, en atención a sus méritos y conocimientos, se concedió a Díez la referida plaza y se ordenó se cambiase el artículo del reglamento de la Escuela para que no fuese exclusivamente ingeniero naval el profesor de la referida asignatura. En 1883 se trasladó a Cartagena para estudiar el material de torpedos y asistir a las experiencias del curso de oficiales.

Con motivo de la Exposición de Electricidad de Viena fue comisionado como representante de España, siendo elegido secretario del Comité Científico.

Debido a su brillantez, el presidente de la exposición solicitó del Gobierno español prolongase su estancia en Viena, accediendo éste a la solicitud. Por su trabajo, fue condecorado por el emperador de Austria con la Gran Cruz de Caballero de la Corona. Hay que tener en cuenta que ninguna empresa eléctrica española concurrió a la exposición, pero gracias al talento y buen hacer de Díez, se hizo un buen papel.

Díez se presentó en Ferrol el 6 de noviembre, disponiéndose quedase bajo su inspección y dirección la instalación del alumbrado eléctrico de dicho Departamento y allí continuó los trabajos hasta el 1 de julio de 1885 en que pasó al Departamento Marítimo de Cádiz para hacerse cargo de la clase de Química en la Academia de Ampliación de estudios de Marina, a propuesta de su director.

Además de sus servicios como profesor, le fueron conferidas por el capitán general del Departamento diferentes comisiones entre las que destacan las relativas al alumbrado eléctrico del Arsenal y al establecimiento de una red telefónica en el Departamento.

Además, en esta época, debido a los superiores conocimientos de electricidad adquiridos en Viena, colaboró en el diseño y construcción de la parte eléctrica del submarino que el también marino, Isaac Peral, empezó a construir en 1887 y que efectuó sus pruebas de mar en 1890, sumergiéndose hasta 10 metros de profundidad y llegando a navegar en inmersión durante una hora durante la que recorrió una distancia de diez millas sin ser detectado.

Poco tiempo después, en la mañana del 4 de noviembre de 1887, moría en su casa de Puerto Real, siendo enterrado en el panteón familiar del cementerio de Jerez de la Frontera. Por Real Decreto de 29 de diciembre de 1887 se dispuso el traslado de sus restos al Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando en atención, entre otros méritos, a su comportamiento en las campañas de Cuba, en la defensa del Arsenal de La Carraca, como profesor de Física en la Escuela Naval Flotante y de Química en la Escuela de Ampliación; el traslado se llevó a cabo el 27 de junio de 1897.

A Díez le tocó vivir uno de los períodos más turbulentos, variados e intensos de la historia de España en la Edad Contemporánea, el Sexenio Revolucionario (1868-1874), en el que se incluyen una revolución, un destronamiento, un régimen provisional, una regencia, una Monarquía democrática, una abdicación, una republica unitaria, una república federal, una insurrección en Cuba, dos guerras civiles simultáneas, un golpe de Estado, un segundo régimen provisional, un nuevo intento de regencia, para finalizar con la restauración de la Monarquía derribada al comienzo del período.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de la Marina Álvaro de Bazán (Viso del Marqués, Ciudad Real), leg. n.º 620/335, Hoja de servicios de D. José L. Díez y Pérez Muñoz.

L. Pérez de Vargas, “José Luis Díez y Pérez-Muñoz”, en Revista General de Marina (julio de 1897), págs. 120-176; L. Pérez de Vargas, “José Luis Díez y Pérez-Muñoz”, en El Mundo Naval Ilustrado, t. I, Madrid, 1898, pág. 129; R. Estrada y Catoira, Revista General de Marina (julio de 1926), págs. 5-12; E. Fedriani Fuentes, Jerezanos Insignes, Jerez de la Frontera, Gráficas San Luis, 1968, págs. 101-104; J. L. Comellas, Historia de España Contemporánea, Madrid, Rialp, 1989; F. Fernando de Bordejé y Morencos, Crónica de la Marina Española en el siglo xix, 1868-1898, Madrid, Ministerio de Defensa, 1995; J. Cervera Pery, Juan Bautista Topete, un Almirante para la revolución, Madrid, Ministerio de Defensa, 1995; A. Mariscal Trujillo, Jerezanos para la historia, Jerez de la Frontera, El Laberinto, 2006, págs. 71-72; J. L. Sampedro Escolar, “Memoria histórica de José Luis Díez y Pérez de Muñoz”, en ABC, 22 de diciembre de 2008, pág. 53.

 

José Manuel Palencia Luaces