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Guillaume Anelier de Toulouse

Biografía

Anelier de Toulouse, Guillaume. Toulouse (Francia), c. 1250 – Pamplona (Navarra), 1291. Militar (ballestero), cronista y poeta provenzal.

Militar de profesión, fue testigo en 1270 del embarque en Aigues Mortes de la Octava Cruzada, dirigida por san Luis, y en la que intervino el rey Teobaldo II de Navarra. Es posible que participara en la misma como combatiente, en lo que pudo ser su primera aproximación a las gentes navarras. En cualquier caso, sus impresiones de esta campaña aparecieron luego reflejadas en su obra poética. En los últimos días de 1275 Eustaquio de Beaumarchais, hasta entonces senescal de Toulouse, hizo su entrada en Pamplona como gobernador del reino, nombrado por Felipe III de Francia, a la sazón regente de Juana, la Reina titular menor de edad. Anelier formaba parte del séquito del gobernador y en los meses siguientes fue testigo del enfrentamiento entre Beaumarchais, a quien apoyaban los burgueses de los núcleos de San Cernin y San Nicolás de Pamplona, con la ciudad de la Navarrería, el obispo y la mayor parte de la nobleza del reino, contraria a la alianza con Francia.

La contienda se prolongó entre los meses de mayo y septiembre de 1276 y terminó con la intervención de un ejército francés, mandado por Roberto de Artois que ocupó y saqueó la Navarrería y sometió los focos de resistencia de los rebeldes.

La mejor fuente para el conocimiento de los sucesos de la Guerra de la Navarrería, tanto bélicos como diplomáticos, es el relato puntual y minucioso del propio Anelier en un poema en lengua occitana de 5.118 versos. Posiblemente estaba dedicado a Eustaquio de Beaumarchais, por lo que se compondría antes de que el gobernador volviera a Francia a fines de 1277. El nombre del autor aparece en el incipit y en un verso, donde se presenta como zurdo al disparar. La llamada Guerra de Navarra, aunque con forma lírica, es un verdadero texto narrativo, con la información pormenorizada propia de un testigo presencial, que despliega todo lujo de detalles en la descripción de situaciones, lugares y referencias a personas concretas.

Antes de abordar los sucesos de 1276, se remonta al reinado de Sancho VII el Fuerte, prestando especial atención a dos importantes hechos de armas: la batalla de Las Navas de Tolosa (1212) y la intervención de Teobaldo II en la Cruzada de Túnez (1270). Ambos episodios le permiten mostrar sus simpatías por la valiente actuación de los reyes y de sus mesnaderos navarros.

Guillaume Anelier se quedó viviendo en Navarra.

En 1291 fue ajusticiado por falsificar moneda y su casa y bienes confiscados por la Corona. Los gastos generados por la condena quedaron registrados en las cuentas del baile de Pamplona de ese año.

El único manuscrito conservado de esta obra excepcional consta de ciento cuarenta y dos folios en cuarto y se encuentra hoy en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia, con la signatura 9.4923. La copia conservada, con cuidada grafía gótica libraria de finales del siglo XIII, parece próxima al autor.

Prácticamente íntegra, salvo los folios finales, lleva anotaciones marginales y letras iniciales al comienzo de cada verso, alternativamente rojas y azules. La encuadernación, en madera cubierta de cuero, se adorna con diez blasones, con las armas de Navarra, de Eustaquio de Beaumarchais y del condestable Imbert de Beaujeu, que comandaba con Roberto de Artois el ejército francés que puso fin a la guerra. En el interior hay además escudos del rey de Francia y de Pedro Sánchez de Monteagudo, antiguo gobernador del reino, que se pasó al bando francés y fue asesinado por los sublevados. El códice procede de la biblioteca del monasterio cisterciense de Fitero, donde lo encontró en 1844 el erudito Pablo Ilarregui, miembro de la Comisión de Monumentos de Navarra, encargada de inventariar los fondos desamortizados. El rastro del manuscrito puede remontarse hasta 1405, cuando el tesorero Garci López de Roncesvalles redactaba su Crónica. Este autor alude a unos manuscritos sobre la guerra civil, procedentes del archivo de los jurados de San Cernin de Pamplona, que le prestó un mercader de dicho burgo, Miguel Laceilla, y que finalmente no utilizó. Fue el Príncipe de Viana quien introdujo en su Crónica de los Reyes de Navarra un relato minucioso de los sucesos de 1276, que parece seguir el texto de Anelier. En el siglo XVII volvió a manejar el poema el historiador del reino José Moret que lo califica de “memoria antigua”. Otro manuscrito, hoy desaparecido, se hallaba a principios del siglo XV en la biblioteca del rey Martín I el Humano, de acuerdo con un índice registrado en el Archivo de la Corona de Aragón (n.º 2326). Entre 1846 y 1864 el códice estuvo depositado en la biblioteca del Instituto de Segunda Enseñanza de Pamplona, cuyo director era miembro de la Comisión de Monumentos.

En 1871 estaba ya inventariado entre los fondos de la Academia de la Historia. La obra fue publicada por primera vez en Pamplona por su descubridor, Pablo Ilarregui, en 1847. El año anterior, el francés Francisque Michel, patrocinado por el ministro de Instrucción Pública de Francia, visitó Navarra para transcribir el texto, y su edición de 1856 es muy superior a la de Ilarregui, por el aparato crítico filológico e histórico y la adecuada inserción en el contexto político de los documentos manejados, procedentes de los archivos navarros y franceses. El poema fue objeto de una novela histórica escrita por Arturo Campión y de diversos estudios y comentarios de historiadores navarros y franceses, aparecidos a lo largo del siglo XX. La última edición, con traducciones al castellano y al vasco, apareció en 1995, acompañada de la reproducción facsímil del códice.

 

Bibl.: P. Ilarregui La guerra civil de Pamplona. Poema escrito en versos provenzales por Guillermo Anelier, de Tolosa de Francia, Pamplona, Editorial Ilarregui, 1847; F. Michel, Histoire de la guerre de Navarre en 1276 et 1277 par Guillaume Anelier de Toulouse, Paris, Imprimerie Impériale, 1856; A. Campion, Don García Almorabid. Crónica del siglo XIII, Tolosa, Eusebio López, 1889 (ed. facs. San Sebastián, Auñamendi, 1970); J. Iturralde, “Las guerras civiles de Pamplona en el siglo XIII”, en Obras, II. Tradiciones y leyendas navarras, Pamplona, Minztoa, 1990, págs. 85-147 (reimp. de la ed. de 1912); E. Esparza, “A los cien años del descubrimiento del poema provenzal de Anelier sobre la guerra civil de Pamplona por don Pablo Ilarregui”, en Príncipe de Viana (PV), V (1944), págs. 209-282; J. M. Doussinague, “La guerra de la Navarrería”, en PV, VI (1945), págs. 209-282; Ch. Higounet, “Une relecture de Guillaume Anelier”, en Annales du Midi (Toulouse), 97 (1985), págs. 75-80; J. Santano, “Écrire l’histoire de la guerre entre Occitans et Navarrais (selon Guilhem Anelier, La guerre de Navarre, XIIIe siècle) au xve siècle (par le prince de Viana dans la Crónica de los reyes de Navarra)”, en Revue des Langues Romanes (Montpellier), XCVII, 1 (1993), págs. 93-114; G. Anelier de Tolosa, La Guerra de Navarra. Nafarroako Gudua, II, Estudio y edición del texto original occitano y de las traducciones al castellano y al euskera, a cargo de M. Berthe, R. Cierbide, X. Kintana y J. Santano, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1995; M. Berthe, “Relectura histórica de La Guerra de Navarra”, en La Guerra de Navarra. Nafarroako Gudua, II, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1995, págs. 57-81; F. J. Oroz Arizcuren, “Conjeturas sobre el manuscrito de La Guerra de Navarra de Guilhem Anelier de Tolosa, a propósito de una nueva edición”, en  Boletín de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona, 45, 1995-1996, págs. 205-222; D. Alegria, Archivo General de Navarra. Sección de Comptos. Registro n.º 5 (1291), San Sebastián, Eusko Ikaskuntza, 2000, págs. 92 y 94.

 

Raquel García Arancón

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