Larrarte Larrañaga, Luis Bernardo de. Andoain (Guipúzcoa), c. 1700 – Madrid, c. 1770. Directivo comercial.
Nada se sabe de los primeros años de vida de este guipuzcoano nacido del matrimonio entre Ignacio de Larrarte y Josefa Larrañaga, originarios de Albistur.
Su primera aparición histórica data de la década de 1740, cuando navegaba como maestre en las fragatas La Concordia, San Francisco Javier y La Galga, cubriendo el tráfico comercial entre la Península y los puertos de Cuba y Venezuela, lo que podría indicar que, siendo aún joven, buscó fortuna, como tantos de sus paisanos, en la marinería de los barcos que participaron en la aventura comercial americana.
Debió de ser entonces cuando se inició su vinculación con la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas, cuya dirección principal fue establecida en Madrid en el año 1751. Junto con Juan Bautista de Goizueta y José Agustín de Zuaznábar, formó parte de su terna directiva entre 1754 y 1758, hasta que este último fue trasladado a San Sebastián. Su vacante fue cubierta en 1761 por Vicente Rodríguez de Rivas. A partir de 1765 una enfermedad que le llevaría a la muerte obligó a Luis Bernardo de Larrarte a ausentarse de la dirección durante largas temporadas. Su firma desaparece de los documentos de la compañía durante los períodos de noviembre de 1765 a octubre de 1766, de julio de 1768 a junio de 1769 y de forma definitiva desde marzo de 1770, año en que debió de fallecer.
Como director participó de la nueva política comercial impuesta por los representantes de la Corona en la Compañía Guipuzcoana, basada en el fortalecimiento y expansión del tráfico de manufacturas y productos españoles —tejidos de lana, harinas y aguardientes— destinados a los mercados coloniales. Fue además uno de los artífices del contrato suscrito en el mes de septiembre de 1758 con la casa de comercio Wernier Hartsmick domiciliada en Ámsterdam, que permitió dar salida al excedente de tabaco cosechado en la provincia caraqueña.
Murió soltero, dejando como heredero de sus bienes a su hermano José, agente en Madrid del consulado de Cádiz. Hasta el final de sus días mantuvo abierto un negocio comercial en esta ciudad andaluza regentado por dos apoderados, Juan de Garay y José Francisco Villanueva.
Bibl.: R. Basterra, Los navíos de la Ilustración. Una empresa del siglo xviii, Caracas, Imprenta Bolívar, 1925; R. D. Hussey, The Caracas Company, 1728-1784, Boston, Cambridge University Press, 1934; J. Estornés Lasa, La Compañía Guipuzcoana de Caracas, Buenos Aires, Ekin, 1948; V. Amézaga, Hombres de la Compañía Guipuzcoana, Bilbao, La Gran Enciclopedia Vasca, 1979; M. Gárate Ojanguren, La Real Compañía Guipuzcoana de Caracas, San Sebastián, Sociedad Guipuzcoana de Ediciones y Publicaciones, 1990; Comercio ultramarino e ilustración. La Real Compañía de La Habana, San Sebastián, Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, 1993.
Juan Luis Blanco Mozo