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Gaspar de San Bernardino

Biografía

Gaspar de San Bernardino. Lisboa (Portugal), s. m. s. xvi – ?, p. m. s. xvii. Franciscano (OFM), misionero, viajero y escritor.

Poco se sabe de la vida de este franciscano mas allá de lo que se deduce de su obra publicada. Vistió el hábito en Leiría, el 24 de mayo de 1592 y profesó solemnemente en la misma ciudad y el mismo convento de San Francisco el 25 de mayo del año siguiente.

Partió para la India en 1601, regresando de Goa en una flota de dos naves el 30 de diciembre de 1605.

Ambas naves encallaron cerca de Madagascar el 12 de febrero de 1606, consiguiendo la nave capitana Nossa Senhora de Betancour, en la que viajaba fray Gaspar, levar anclas con dificultad y largar velas el 11 de marzo, viajando hacia Pate, donde pasaron el día de la Ascensión (4 de mayo) y, después de “tres meses y medio”, desde Pemba, llegar finalmente al puerto de Mombaça.

Sin posibilidad de continuar su viaje hacia Lisboa, el franciscano aprovechó la adversidad para satisfacer “unos deseos enormes que siempre tuvo de visitar los lugares santos de Jerusalén” (Itinerário). En barco hasta Ormuz (llegada el 18 de junio de 1606) y caminando con las caravanas a través de Persia (Bandel do Comorão, Lara, Xiraz, Hawiza) y Mesopotamia (Bagdad, Ana), llegó a Alepo a principio de 1607; desde allí partió hacia Alexandría (4 de febrero), desde donde se dirigió por mar a Palestina vía Chipre. Incluso sin el compañero franciscano que le acompañó desde Mombaça, fray Gaspar continuó hacia Jerusalén, donde pasó la Cuaresma.

En los alrededores de Bagdad, vio y describió el arco de Ctesifonte, resto de la sala de audiencias de un palacio sasánida, y el zigurat de Aqarquf, ruinas de la capital Casita construida por Kurigalzu I (c. 1390 a. C.).

Dicho arqueólogo avant la lettre, trajo “el arco y las torres dibujados al natural” y negó la identificación de la “torre” de Aqarquf, “tan grande como la nuestra de Belém”, con la torre de Babel. Partiendo de Jerusalén visitó los Lugares Santos de la ciudad y los alrededores —Santo Sepulcro, valle de Josafat, sepulcro de Nuetra Señora la Virgen María, monte de los Olivos, Belém, río Jordán, desierto de la “Santa Cuaresma”, Ain Kerem (“patria del gran Bautista”)—. Embarcando no se sabe exactamente cuándo ni dónde (probablemente en Jaffa), viajó hacia Chipre y desde allí Creta.

Visitó la isla y continuó hacia Zante y Cephalonia y desde allí para Corfú. Entró en el Adriático, tocó Venecia y desembarcó en Otranto. Atravesó la península hacia Nápoles, “desde donde embarcado para España fui a parar en Cerdeña, y después como consecuencia de una tempestad, a las islas Baleares ó de Mallorca; y después de ver Ibiza desembarqué en Denia, fui a Gandía, entré en la Valencia de Aragón, desde donde caminé por tierra hasta la corte de Madrid, donde me detuve pocos días, hasta que finalmente llegué a este reino de Portugal, donde, con lágrimas de alegría, desembarqué en Lisboa, mi patria, de la que hacía seis años que partí” (prólogo do Itinerário).

Con un periplo de este tipo, el franciscano no debió de llegar a Lisboa antes de mediados de agosto, a principios de septiembre de 1607, seis años después de su partida para la India. Del resto de su vida solamente aparecen otras dos fechas: mayo de 1609, fecha de la “obediencia” (incluso estampada en la 2.ª ed. del Itinerário) emitida por el ministro general de la Orden, incumbiendo a fray Gaspar componer “con presteza y verdad todo el camino que hizo”; 1611, fecha de la impresión del volumen I de la obra pensada para tres tomos: I, De la India a Chipre; II, Estadía en Tierra Santa; III, Regreso de Tierra Santa a Portugal. No se sabe si los dos últimos se perdieron. Lo cierto es que pasaron de intención, ya que el proyecto estaba en marcha al finalizar la primera parte, en la que el autor escribía sobre la segunda: “La que continuo componiendo, y confío en Nuestro Señor que sea aceptada” (Itinerário, cap. XXII). La cantidad de erudición e información del primer tomo, así como la notable altura estilística, hacen lamentar aún más que sólo él haya visto la luz de imprenta.

El relato del viaje, de estilo leve y suelto, elegante en las imágenes y en la adjetivación abundante y apropiada, busca agradar al lector. Buen observador de los pueblos y países que atravesaba, fray Gaspar “repite muchas supersticiones sustentadas por las mejores autoridades”, pero relata “numerosos episodios que aún hoy se leen con vivo interés porque el autor no nos abruma con retórica. Sabe ser sobrio” (Hernâni Cidade). Comparando con los demás, se destacan los defectos de los portugueses: “En esto nos aventajan los Persas, ya que ellos buscan los hombres para los oficios, y nosotros buscamos los oficios para los hombres” (Itinerário, cap. XV).

Se refleja la erudición en el abanico de citas bíblicas y en el papel de autoridades, antiguas y modernas, llamadas para apoyar las posiciones del viajero.

Estando en Bagdad, corrige la nomenclatura errada corriente (“Babilonia”) para “Babilonia-la-Nueva” y discurre sobre la emblemática metrópoli de la antigua Mesopotamia con todo lo que le ofrece la Biblia y las autoridades consagradas, Diodoro Sículo, Heródoto, Amiano Marcelino, Plinio, Josefo, san Agustín, Estrabón, Solino, Jenofonte, san Jerónimo, Nicolau de Lira y Aristóteles, citados en los respectivos lugares.

Pasando el Éufrates en dirección a Alepo, fray Gaspar se siente en la obligación de tratar ampliamente sobre los ríos del Paraíso (Génesis, 2,10-14), una vez más apelando a autoridades mejor consideradas. Navegando en el Índico, intercaló dos capítulos sobre “las principales cosas de África, mar Rojo y otros mares”.

Al hablar sobre las pirámides de Egipto se apoya en Amiano Marcelino, Diodoro Sículo, Juan Ravisio y Heródoto, Jerónimo Francino, Estrabón y Pedro Mártir. Sobre el Gran Tamorlán leyó a João de Barros, Antonio Tenreiro, el papa Pío, el cardenal César Baronio, João de Leão, Platina, la História Pontifical, Cambino de Florencia, Vicente Rocca, João Brotero y Francisco do Couto... con los lugares debidamente referenciados (y lamentablemente omitidos en las dos últimas ediciones). Discutió la localización de Nínive, con Heródoto (l. 1, 2), Plinio (l. 6, c. 13) y el “Sagrado Texto” (Libro de Tobías). Se aprecia que la Orden puso una amplia biblioteca a disposición de fray Gaspar.

Limitándonos a la historia antigua, hay que reconocer que la imagen global puede ser legendaria y torcida.

Mas quien se basaba en el Antiguo Testamento, en Beroso, en los clásicos (Heródoto, Jenofonte, Estrabón, Diodoro Sículo, Plinio el Viejo) y en Flavio Josefo pretendía escribir una historia seria. Antes de los descubrimientos arqueológicos de mediados del siglo xix hasta hoy, no había rigurosamente ninguna otra fuente.

 

Obras de ~: Itinerario de India por terra ate este reyno de Portugal, com Descripçam De Hierusalem. Dirigido a Raynha de Espanha Margarita de Austria Nossa Senhora. Primeira Parte. Em Lisboa, Na officina de Vicente Alvares, Anno de 1611. Não tendo sido impressas as II e III Partes, as três edições seguintes adaptaram o título ao conteúdo: Itinerario da India por terra até a ilha de Chypre, Lisboa, tipografia de A. S. Coelho, 1842; Itinerario da India por terra, Lisboa, imprensa de Francisco Xavier de Souza, 1854; Itinerário da Índia por terra até à ilha de Chipre (introdução de Augusto Reis Machado), Lisboa, 1953.

 

Bibl.: H. Cidade, “O Itinerário de Frei Gaspar de S. Bernardino”, in Portugal em África, ano V, n.º 27 (1948), págs. 129- 139; reimpresso em Id., A literatura portuguesa e a expansão ultramarina, II, Coimbra, 1964, págs. 323-328; D. Barbosa Machado, Bibliotheca Lusitana, II, Coimbra, 1966, pág. 337; J. Aubin, “Une autre relation du voyage d’Inde en Chypre, de Gaspar de S. Bernardino”, in Arquivos do Centro Cultural Português, Fondation Calouste Gulbenkian, I, Paris (1969), págs. 209-215; J. Veríssimo Serrão, Un voyageur portugais en Perse au début du xviie siècle: Nicolau de Orta Rebelo, Lisbonne, Fondation Calouste Gulbenkian, 1972, págs. 38-43; J. do Prado Coelho, “Um viajante do século xvii: Frei Gaspar de S. Bernardino”, in Problemática da História Literária, Lisboa, págs. 89-103 (2.ª ed.); Lições de cultura e literatura portuguesas. I, Coimbra, 1975, págs. 369-372; J. Nunes Carreira, “Frei Gaspar de S. Bernardino, o ‘companheiro’ e os plagiários”, in Revista da Faculdade de Letras, 5.ª série, 4 (1985), págs. 79-91; “Frei Gaspar de S. Bernardino-um exegeta ‘itinerante’”, in Didaskalia, 15 (1985), págs. 345-355; “História e Arqueologia pré-clássicas no Itinerário de Frei Gaspar de S. Bernardino”, in Revista da Faculdade de Letras, 5.ª série, 6 (1986), págs. 119-132; Do Preste João às ruínas da Babilónia. Viajantes Portugueses na rota das Civilizações Orientais, Lisboa, Comunicação, 1990, págs. 113-158 (reprodução dos três artigos anteriores, com ligeiras modificações); Outra face do Oriente, Mem Martins, Europa-América, 1997; C. do C. José - P. Mendes Pinto, “A biblioteca virtual de Frei Gaspar de S. Bernardino. Leituras e autoridades”, in Clio, Nova série, 4 (1999), págs. 91-115.

 

José Nunes Carreira

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