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José María Pérez de Barradas y Álvarez de Eulate

Biografía

Pérez de Barradas y Álvarez de Eulate, José María. Cádiz, 3.X.1897 – Madrid, 30.I.1981. Profesor, antropólogo, etnólogo, arqueólogo y americanista.

A pesar de su aparente relación con significadas estirpes de la aristocracia, sus circunstancias familiares y primeros estadios vitales son poco conocidos, salvo su temprana afición por la naturaleza a causa de la lectura de obras de naturalistas viajeros decimonónicos.

Ello entonces justifica que estudiara Ciencias Naturales en la Universidad Central, obtuviera una beca en 1917 en el Museo Nacional de Ciencias Naturales y lograra la licenciatura (1923), el doctorado (1933) y el Premio Extraordinario del mismo (1934). No obstante, tres disciplinas, Arqueología, Antropología y Etnografía y, desde esas perspectivas, el mundo americano, modularon su actividad académica y científica a lo largo del tiempo.

Su vínculo con la arqueología comenzó al coincidir con Hugo Obermaier —al que siempre consideró su maestro— y Paul Wernert en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, donde estaban agregados a la Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas desde el comienzo de la Primera Guerra Mundial. Interesado Obermaier por los yacimientos prehistóricos madrileños y su geología, alentó a Pérez de Barradas a que, junto a Wernert, localizase y estudiase los mismos, sobre todo a raíz del descubrimiento de El Sotillo, tarea a la que se dedicaron con ahínco entre 1918 y 1924, con el apoyo del Museo de Ciencias hasta 1919 y, desde 1920, de la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades, siendo el biografiado nombrado delegado-director de esas actividades en los yacimientos de Madrid.

La inestabilidad del proyecto precisaba el soporte institucional, incluso la creación de un centro ad hoc, especialmente si Madrid iba a acoger un Congreso Geológico Internacional en 1926 y otro de Antropología y Arqueología Prehistórica en 1927, y su Ayuntamiento iba a concurrir a los mismos. De modo que entre 1924 y 1928 la corporación municipal contribuyó con los propósitos planteados, encargando a Pérez de Barradas las acciones para llevarlos a cabo: organizar e incrementar las colecciones arqueológicas municipales —y de paso reestructurar el Museo Municipal—, estudiar la geología del valle del Manzanares, preparar las visitas de los congresistas y realizar una exposición en la Casa de la Panadería, la cual fue el germen de otra, patrocinada por la Sociedad de Amigos del Arte, titulada El Antiguo Madrid (1926).

Finalmente, en 1929 se creó el Servicio de Investigaciones Prehistóricas, con las pertinentes provisiones económicas y de personal, pero la plaza de director, luego llamada “investigador, conservador y ordenador de Prehistoria”, sufrió unos avatares administrativos y judiciales, en razón de la neta voluntad por otorgar la plaza a Pérez de Barradas y el correspondiente desagrado de los archiveros y bibliotecarios municipales.

Éste obtuvo la misma por oposición, pero permaneció en calidad de interino hasta la resolución judicial definitiva (1933).

Una vez formalizado el proyecto, el Servicio de Investigaciones Prehistóricas y el Museo se instalaron en el que fuera Hospicio de Madrid, aunque una parte del plan no se llevó a efecto porque se redujo el espacio expositivo para albergar otras instalaciones y, por tanto, no se pudo trasladar todo el material museográfico del anterior edificio, aparte de que el personal se redujo a la figura de Pérez de Barradas.

Todas esas contingencias marcaron la derrota del citado proyecto, salvo puntuales acciones positivas —como la efectuada en 1935 con la creación de un patronato—: es decir, hacia su práctica paralización; y paralelamente indujeron a Pérez de Barradas, que seguía estudiando la prehistoria madrileña, a solicitar una plaza para colaborar en la Universidad de Bogotá.

Esa plaza le fue concedida por las autoridades educativas colombianas en 1936, por lo que se trasladó allí pocos días antes de que estallase la Guerra Civil.

Desde ese momento reorientó su actividad profesional hacia la antropología y la etnología, que ya había iniciado con motivo de la defensa de su tesis en 1933, y la experiencia americana le vino, por obvias razones, estupendamente bien. Allí estudió las poblaciones indígenas y sus monumentos arqueológicos, realizó excavaciones en el importante asentamiento de San Agustín, a la vez que dictó conferencias y cursos en varias instituciones del país. Aparte de sus posturas ideológicas, de su temperamento, de sus filias y fobias y de la diáspora de personas tras el final de la guerra, su estancia en Colombia le alejó inicialmente de la misma, y, tras su vuelta en 1938 y el cese de las hostilidades, se convirtió en personaje cardinal de la antropología y el americanismo de la España de la posguerra. Así fue nombrado director del Museo del Pueblo Español (1939-1945), del Nacional de Etnología (1940-1952), catedrático de Antropología de la Universidad Central de Madrid (1941-1970), director del Instituto de Antropología y Etnografía Bernardino de Sahagún del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) (1941-1965). Dimitió en 1943 del cargo que ocupaba en el Servicio Arqueológico y Museo Municipal.

Estuvo casado con Pura Acha, hija de un general que participó en la Guerra de Cuba, con la que tuvo doce hijos.

José Pérez de Barradas fue correspondiente de la Real Academia de la Historia por Talavera de la Reina (30 de enero de 1920), miembro del comité redactor en la sección de Ciencias Naturales de La Gaceta Literaria que dirigiera Ernesto Giménez Caballero (1927-1932), miembro honorario del Centro de Estudios de Pastos y correspondiente de la Academia Colombina de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (1938), socio correspondiente del Museo Canario y correspondiente de la uruguaya Sociedad de Amigos de la Ciencias Naturales Kraglievich-Fontana de Nueva Palmira (1939), vocal de la Comisión Hispano-Americana del CSIC y del Patronato de las Cuevas de Altamira (1940). Asimismo fue académico correspondiente de la malagueña Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, vocal del Patronato del Museo de América (1941), vocal del Pleno de CSIC —Patronato Santiago Ramón y Cajal— (1946), honorario del Instituto de Antropología de la argentina Universidad de Tucumán y miembro de la Sociedad de Americanistas de Buenos Aires (1949), académico correspondiente de la Academia de Ciencias Naturales y Arte de la Universidad Nacional de Tucumán (1950), y honorario de la Sociedad Geográfica de La Paz y de la Sociedad Arqueológica de Bolivia (1951).

Recibió el premio Francisco Franco de Letras del CSIC por su obra Colombia de Norte a Sur (1942), obtuvo una beca de la Junta de Relaciones Exteriores del Ministerio de Asuntos Exteriores y la Fundación Conde de Cartagena de la Real Academia de la Historia para realizar estudios antropológicos y etnológicos en Colombia (1946); así como los premios de la Fundación Duque de Loubat de la Real Academia de la Historia (1951) por su libro Los Mestizos de América, y de la Academia de Ciencias Morales y Políticas de Francia por su obra Les Indiens de l’Eldorado (1955).

Fue condecorado como comendador de la Orden de la Medahuia.

 

Obras de ~: con P. Wernert, “Nuevos yacimientos paleolíticos de superficie de la provincia de Madrid”, en Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural, XIX (1919), págs. 212-216; con P. Wernert, Yacimientos paleolíticos del valle del Manzanares (Madrid), Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades, Memoria 33, Madrid, 1921; con H. Obermaier y P. Wernert, “El Cuaternario de las Canteras de Vallecas de Madrid”, en Boletín del Instituto Geológico y Minero, XLII (1921), págs. 305-332; con H. Obermaier, “Estudios de Economía Prehistórica”, en Revista Nacional de Economía, XIV, 4 (1923), págs. 155-180; “Introducción al estudio de la Prehistoria madrileña”, en Revista de la Biblioteca, Archivo y Museo del Ayuntamiento de Madrid, I (1924), págs. 13-35; “Nuevas civilizaciones del Paleolítico madrileño”, en Butlletí de l’Associaciò Catalana d’Antropologia, Etnología y Prehistoria, II (1924), págs. 1-40; con H. Obermaier, “Las diferentes facies del Musteriense español y especialmente del de los yacimientos madrileños”, en Revista de la Biblioteca, Archivo y Museo del Ayuntamiento de Madrid, I (1924), págs. 143-177; con P. Wernert, “Bosquejo de un estudio sintético sobre el Paleolítico del valle del Manzanares”, en Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, XXVII (1924), págs. 441-465; Prehistoria. Cartilla de Divulgación, Madrid, 1925; Catálogo de la Exposición del Antiguo Madrid, Madrid, Sociedad de Amigos del Arte, 1927; con F. Fuidio, “Nuevos yacimientos neolíticos de los alrededores de Madrid”, en Revista de la Biblioteca, Archivo y Museo del Ayuntamiento de Madrid, IV (1927), págs. 283-293; La infancia de la Humanidad, Madrid, 1928 [2.ª ed. 1932]; Los dólmenes de España, Patronato Nacional de Turismo, Madrid, 1929; “Las villas romanas de Villaverde Bajo (Madrid)”, en Anuario de Prehistoria Madrileña, II-III (1932), págs. 99-124; “El color en el arte y en la vida de los pueblos”, en Memorias de la Sociedad Española de Antropología, Etnografía y Prehistoria, XI (1932), págs. 137-207, y XII (1933), págs. 3-85; Historias de las Religiones, Madrid, 1934; Arqueología y Antropología Precolombina de Tierradentro, Bogotá, 1937; Estado actual de las investigaciones prehistóricas sobre Canarias. Memoria acerca de los estudios realizados en 1938 en el Museo Canario, Las Palmas, 1939; La familia, Madrid, 1941; El arte rupestre en Colombia, Madrid, 1941; Arqueología Agustiniana, Bogotá, 1943, Colombia de norte a sur, Madrid, 1944; Manual de Antropología, Madrid, 1946; Los mestizos de América, Madrid, 1948 [reed. 1976]; Los muiscas antes de la conquista, Madrid, 1950-1951, 2 vols.; Orfebrería Prehispánica de Colombia, Bogotá, 1954, 1958, 1966; Plantas mágicas americanas, Madrid, 1957.

 

Bibl.: J. Comas, “El indigenismo de J. Pérez de Barradas”, en Revista de Indias, 49 (1952), págs. 547-562; P. Romero de Tejada, “La antropología española y el Museo Nacional de Etnología (1875-1974)”, en M. Rivera Dorado (ed.), Antropología de España y América, Madrid, Dosbe, 1977, págs. 295-322; M. C. Priego, “José Pérez de Barradas: in memorian”, en Estudios de Arqueología y Prehistoria Madrileñas, 1 (1982), págs. 10-18; I. Rus, “El Paleolítico”, en 130 años del Arqueología Madrileña, Madrid, Comunidad de Madrid, 1987, págs. 21-43; A. Sánchez Gómez, “La antropología al servicio del Estado. El Instituto Bernardino de Sahagún. CSIC (1941-70)”, en Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, XLVII (1992), págs. 29-44; C. Ortiz y L. G. Sánchez (eds.), Diccionario Histórico de la Antropología Española, Madrid, CSIC, 1994, págs. 548-551; E. de Carrera Hontana y A. Martín Flores, “Las instituciones arqueológicas del Ayuntamiento de Madrid”, en G. Mora y M. Díaz-Andreu (eds.), La cristalización del pasado: Génesis y desarrollo del marco institucional de la arqueología en España, Málaga, Universidad, 1997, págs. 581-592; J. R. Villarías Robles, “La antropología americanista española y la identidad nacional: el debate entre Juan Comas y José Pérez de Barradas”, en Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, LIII, 1 (1998), págs. 235-258; Redacción, “Dr. D. José Pérez de Barradas: Notas biográficas y bibliografía”, en Revista Española de Antropología Americana, 29 (1999), págs. 309-322; M. Biela de Pérez de Barradas, “José Pérez de Barradas, prehistoriador, arqueólogo, antropólogo, etnólogo y americanista”, en Anales del Instituto de Estudios Madrileños, XXXIX (1999), págs. 427- 452; A. Martín Flores, “Pérez de Barradas y los orígenes de la institucionalización de la arqueología madrileña”, en Estudios de Prehistoria y Arqueología Madrileñas, 10 (2001), págs. 7-22; M. Duque Ossa, F. J. Aceituno Bocanegra e I. D. Espinosa Peláez, “José Pérez de Barradas: americanista y colombianista. I. Apuntes biográficos y su primer viaje a América”, en Archaia, 1 (2001), págs. 56-66; E. de Carrera Hontana y A. Martín Flores, “José Pérez de Barradas. Una biografía intelectual”, en Bifaces y Elefantes. La investigación del Paleolítico Inferior en Madrid, Museo Arqueológico Regional, Zona Arqueológica, 1, 2002, págs. 108-147; A. J. Farrujía de la Rosa y M. C. del Arco Aguilar, “El primer poblamiento humano de Canarias según la concepción ‘españolista’ de José Pérez de Barradas”, en Archaia, 2 (2002), págs. 60-70; I. Peiró y G. Pasamar, Diccionario Akal de Historiadores Españoles Contemporáneos (1840-1980), Madrid, 2002, págs. 475-476.

 

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