Ruiz Gómez, José. La Rambla (Córdoba), 17.VI.1877 – ?, p. m. s. XX. Militar.
De origen humilde, hijo de Diego Ruiz Pedrosa, empleado, y de Carmen Gómez. Siendo el mayor de cuatro hermanos, debió de aprender a edad muy temprana el oficio de talabartero.
En 1895 se incorporó como voluntario al batallón de Cazadores de Cuba, acuartelado en Córdoba, y ascendió pocos meses después a cabo. A finales del año siguiente fue transferido al batallón de Cazadores Expedicionario de Filipinas n.º 8, integrado en los refuerzos enviados al archipiélago filipino para sofocar la insurrección independentista iniciada en agosto de 1896. Tras su llegada a Manila, partió con destino a la provincia de Bulacán, en el centro de la isla de Luzón, una de las zonas de mayor agitación rebelde, e intervino en varios combates (Bocane, Montes de Araya, Camanciq, etc.), en los que destacó por su valor, por lo que recibió diversas condecoraciones.
Pero fue a principios de 1898 cuando logró, con tan sólo veinte años de edad, la gesta más importante de su hoja de servicios. En febrero se le ordenó tomar el mando del acuartelamiento de Bolinao, pequeña población costera situada en la provincia de Zambales, al noroeste de la isla de Luzón, que entonces contaba con un alto valor estratégico, dado que de allí partía el cable marítimo que enlazaba telegráficamente las Filipinas con Hong Kong, que a su vez la conectaba con España, siendo la única forma de que la metrópoli y su colonia pudieran estar comunicadas. Precisamente, esto hizo que se convirtiera en uno de los objetivos del nuevo levantamiento de los tagalos (una vez roto el Pacto de Biacnabató, firmado en diciembre de 1897, que dio paso a una inestable paz), y que fuera atacada el 7 de marzo. Ruiz Gómez, al frente de una reducida guarnición formada por sólo ocho soldados y cuatro guardias civiles, defendió la estación telegráfica, logrando mantener la posición pese al asedio de cinco días al que le sometieron los numerosos insurrectos.
Esta heroica defensa fue inmediatamente reproducida por los diarios españoles, que convirtieron a Ruiz Gómez en un héroe nacional, glorificando su gesta.
Inmediatamente, como premio a su valor, se le ascendió a sargento, y continuó en operaciones varios meses más; resultó herido al menos en dos ocasiones.
En esta situación, estalló la guerra hispano-norteamericana, que supuso la pérdida de las últimas colonias españolas ultramarinas a finales de 1898. Pese al final de las hostilidades entre los insurrectos filipinos y las tropas españolas, durante un año y medio, desde mayo de 1898 hasta octubre de 1899, Ruiz Gómez permaneció como prisionero de los tagalos, y recibió por ello la medalla de plata de Sufrimientos por la Patria. Finalmente, en enero de 1900 fue repatriado a la Península, donde se incorporó a diversas unidades militares.
Bibl.: F. M. Espino Jiménez, “José Ruiz Gómez: Un rambleño héroe de la Guerra de Filipinas”, en Ámbitos. Revista de Estudios de Ciencias Sociales y Humanidades, 1 (1999), págs. 93-96; “Aportaciones militares de Córdoba a las guerras de emancipación (1895-1898)”, en VV. AA., Actas del 1.er Coloquio Internacional Andalucía y el 98, Córdoba, Publicaciones de la Obra Social y Cultural CajaSur, 2001, págs. 263-301.
Francisco Miguel Espino Jiménez
