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Antonio Hurtado y Vasco

Biografía

Hurtado y Vasco, Antonio. Polán (Toledo), 1728 – 29.XI.1807. Militar, teniente general e ingeniero director.

Ingresó como cadete el 11 de mayo de 1745 en el regimiento de Asturias, ascendiendo tres años después a subteniente en dicha unidad.

Estudió las Matemáticas en la Real y Militar Academia de Barcelona, obteniendo el ingreso en el Cuerpo de Ingenieros, con el grado de ingeniero delineador, por una Real Orden de 6 de enero de 1752. Al siguiente año era destinado en Pamplona, donde levantaba varios planos de la plaza y de su ciudadela, siendo promovido a ingeniero extraordinario el 21 de marzo de 1753.

Estuvo posteriormente sirviendo en Ceuta, y en 1762, promovido a capitán e ingeniero ordinario, estaba trabajando en Cádiz a las órdenes de Silvestre Abarca, donde el año siguiente recibía un oficio del gobernador de la plaza trasladándole la Real Orden por la que se le destinaba a servir en su empleo en la Dirección de Ingenieros de Cuba, con residencia en La Habana.

Regresaba a su destino gaditano en 1770 (ascendía a teniente coronel e ingeniero en segunda el 25 de noviembre del mismo año), siendo nombrado vocal de la Real Junta de Fortificaciones de Cádiz. Estuvo a cargo interinamente de la dirección de las obras de la plaza, por ausencia del director Juan Caballero, desde 1775 a 1778, aunque en otra ocasión más (1779) volvería a ejercer la dirección mencionada.

Destinado, con ocasión de una nueva guerra con Inglaterra, al ejército que ponía sitio a Gibraltar, lo abandonaba momentáneamente para formar parte de la expedición que se organizaba para la conquista de Menorca, al mando del duque de Crillón. Era ascendido en el transcurso de la citada operación, en marzo de 1782, por los méritos contraídos en el sitio y rendición del fuerte de San Felipe, al grado de coronel e ingeniero en jefe.

Vuelto a Cádiz, trabajaba nuevamente en sus fortificaciones y de forma especial en el levantamiento de la muralla del Vendaval, y en el baluarte de San Carlos, que, con el fin de proteger la entrada al puerto, construía en 1784 y que contaba en su interior con 55 bóvedas y podía albergar hasta 90 piezas de artillería.

Además de los trabajos para la defensa de la citada ciudad, estuvo realizando la ampliación de la aduana y de la Casa de Contratación.

A partir de 1785 trabajó en Sevilla, donde realizaba varios proyectos de construcción de cuarteles (de Infantería en la puerta del Osario y de Caballería e Infantería en la puerta de la Carne), y de otros edificios como el ensanche del taller de afinos de la Real Fundición de Artillería de Bronce, la “Sala de Armas” de la Maestranza de Artillería, y el parque también de Artillería. En 1789 era promovido a ingeniero director y realizaba el proyecto para un cuartel de dos escuadrones de Caballería en Córdoba.

Entre 1790 y 1791 (año este último en el que se entregaba la plaza de Orán al gobernador de Argel), estuvo destinado en el citado enclave del norte de África, donde se dedicó especialmente en la mejora de sus fortificaciones y de los castillos de Santa Cruz y de San Andrés. Al respecto, en un manual francés, impreso para el uso del ejército expedicionario de ese país en 1830, se dice que Mazalquivir y los cinco castillos de Orán subsistían en buen estado, no obstante los daños ocasionados por los seísmos de finales del siglo XVIII, cuya cuantificación exacta se conoce por el informe remitido a Madrid por Hurtado, en 1790. Por sus servicios en la plaza citada, era promovido a brigadier el 6 de octubre de 1791.

Después de su marcha de Orán, estuvo en Málaga y Sevilla, y en 1793 participaba en la Guerra del Rosellón o de la Convención, asistiendo a la batalla de San Lorenzo de la Muga (13 de agosto de 1794), ejerciendo el cargo de director de Ingenieros del Ejército que había invadido Francia a partir del señalado año de 1794.

El 9 de febrero de 1795 ascendía a mariscal de campo con destino en Pamplona, donde levantaba diversos planos correspondientes a un proyecto general de mejoras de sus fortificaciones, con un importante estudio de contraminas, y el año siguiente estuvo trabajando en San Sebastián y en Pancorbo. En el informe que acompañaba al proyecto, relativo a Pamplona, Hurtado señalaba algunos aspectos del anterior, redactado por Martín Cermeño, que consideraba erróneos, por lo que se había demolido el fuerte de San Roque, “por considerarlo perjudicial para la defensa”.

Desde 1800 estaba nuevamente en Cádiz, dedicado a la mejora de sus fortificaciones, como director subinspector de Ingenieros de Andalucía. A principios del siglo XIX se estimó que era necesario adelantar la defensa de la ciudad de Cádiz a la entrada del camino que conducía a la vecina localidad de San Fernando (por aquel entonces isla de León). La cortadura de San Fernando, muralla de Cortadura o castillo de la Cortadura fue un proyecto diseñado en 1801 por Antonio Hurtado para modificar el antiguo reducto de los Dos Mares o fuerte de los Castillejos.

También en 1801, los ingenieros que intervinieron en la guerra con Portugal, llamada “Guerra de las Naranjas”, iban al mando del mariscal de campo Antonio Hurtado. Entre sus acciones, realizaban diferentes mapas e informes con la relación de la artillería e instalaciones militares existentes en la plaza de Olivenza, que había quedado del lado español, como resultado del trazado del río Guadiana como nueva línea fronteriza.

Hurtado era promovido a teniente general el 5 de octubre de 1802, estando destinado como director de la Dirección del Cuerpo de Andalucía con sede en Cádiz donde nuevamente dirigía los trabajos de fortificación de la plaza. Permaneció activo hasta poco antes de su fallecimiento en 1807.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), exps. personales.

P. Aguado Bleye, Manual de Historia de España, Madrid, Espasa Calpe, 1971; H. Capel et al., Los Ingenieros Militares en España. Siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial, Barcelona, Publicaciones y Ediciones de la Universidad, 1983; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; M. G. Cano Révora, Cádiz y el Real Cuerpo de Ingenieros Militares (1697-1847). Utilidad y Firmeza, Cádiz, Universidad, 1994; J. B. Vilar, “Ciudades Fortificadas Españolas en el Norte de África: Orán-Mazalquivir como compendio y modelo de enclave español en el Magreb”, en II Jornadas sobre Fortificaciones Modernas y Contemporáneas, Cartagena, Aglaya, 1999; V. Echarri Iribarren, Las Murallas y la Ciudadela de Pamplona, Pamplona, Gobierno de Navarra, Departamento de Educación y Cultura, 2000; J. R. Barros Caneda y J. C. Hernández Núñez, “Las defensas de la Costa Atlántica Andaluza”, en PH Boletín, 40-41 (2002), págs. 179-188; H. Capel, “Los Ingenieros Militares y el Sistema de Fortificación en el siglo XVIII”, en Los Ingenieros Militares de la Monarquía Hispánica en los siglos XVII y XVIII, Madrid, Ministerio de Defensa - Asociación Española de Amigos de los Castillos, 2006; R. Mendoza Yusta, “El eco de las reformas militares borbónicas en Córdoba: El Proyecto de un cuartel de Caballería”, en Arte, Arqueología e Historia, 14 de abril de 2011 [en línea], disponible en http://www.artearqueohistoria.com/spip/article178.html; A. Martín-Lanuza Martínez, Diccionario Biográfico del Generalato Español. Reinados de Carlos IV y Fernando VII (1788-1833), Madrid, Foro para el Estudio de la Historia Militar de España, 2012; G. Díe Fagoaga, “Verdejo González, Nicolás”, en Real Academia de la Historia, Diccionario Biográfico Electrónico [en línea], disponible en http://dbe.rah.es/biografias/130761/nicolas-verdejo-gonzalez.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño