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Antonio Casado y Velasco

Biografía

Casado y Velasco, Antonio de. ?, f. s. xvii – c. 1741. Diplomático.

Hijo de Isidro Casado Acevedo de Rosales, marqués de Monteleón y notable diplomático, y de su primera esposa, María Francisca de Velasco. A pesar del amparo paternal, Antonio fue problemático. En la época en que su padre era embajador en Londres (1712- 1718), se fue a América y contrajo cuantiosas deudas de juego en Jamaica. Vuelto a Inglaterra, para saldarlas, libró letras de cambio sin provisión, antes de abandonar apresuradamente Londres por Holanda, en el momento de la ruptura hispano-inglesa (19 de noviembre de 1718). De paso por París, con rumbo a España, aceptó el encargo de llevar algunos despachos comprometedores del embajador Cellamare. Detenido en Poitiers (8 de diciembre de 1718) y conducido a París, fue expulsado con el embajador (13 de diciembre). Algunos años más tarde tuvo la imprudencia de pasar por Londres, donde sus acreedores le hicieron encarcelar (19 de agosto de 1721). Liberado gracias a la intervención del ministro de España, Pozobueno, de forma rauda marchó a reunirse con su padre, entonces embajador en La Haya, donde al año siguiente raptó a la hija de un aristócrata danés con la que huyó a Suecia. Puesto en arresto, recobró la libertad para casarse con su conquista. Se trataba de Margarita Hughetan (1702), hija del banquero protestante francés Juan Enrique Hughetan (1665-1749), naturalizado danés y titulado desde 1717 como conde de Gyldenstein. De este enlace nacieron dos hijas: Isidora (1723) y Enriqueta (1725-1761). Esta última contrajo a su vez matrimonio con el conde Enrique de Reuss-Köstritz.

Tan deplorables antecedentes de Antonio Casado no impidieron a Luis I nombrarle su enviado extraordinario ante el Círculo de la Baja Sajonia y el rey de Dinamarca (15 de abril de 1724), decisión ratificada por Felipe V al retornar al trono (26 de septiembre).

Llegó a Hamburgo el 23 de febrero de 1725, y, ya casado, pasó el 13 de marzo a Copenhague, donde permaneció unos meses. El 9 de agosto, de vuelta en Hamburgo, correspondió con su Corte durante siete años. Cobrando con irregularidad su sueldo y acribillado a deudas, se declaró en la imposibilidad de volver a Copenhague, a presentar su nueva acreditación (2 de junio de 1730). No se sabe cómo acabó su misión: a veces desde Hamburgo, otras desde Bruselas, no paró de pregonar su lamentable situación y solicitar ayuda. El Rey católico acabó pagando sus deudas el 4 de enero de 1734. En 1738 se encontraba en París, desde donde en 1740-1741, escribía al cardenal de Fleury. Después de 1741 no se ha encontrado ningún rastro suyo.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Estado, legs. 6849, 7453, 7454; Archivo Histórico Nacional, Estado, leg. 4814.

D. Ozanam, Les diplomates espagnols du xviiie siècle, Madrid- Bordeaux, Casa de Velázquez-Maison des Pays Ibériques, 1998.

 

Didier Ozanam