Fernández García-Monteabaro, Ricardo. Abate Morón. Merás (Asturias), 1.IV.1860 – ?, p. m. s. xx. Militar y escritor.
En 1880 ingresa en la Academia de Administración Militar. Cuando en 1882 se licencia, es destinado a la Intervención Militar de Vitoria. Cuatro años más tarde solicita el traslado a Cuba, y antes de emprender viaje a la isla contrae matrimonio en Vitoria con María Blanca Rota y Zononan. En Cuba presta servicio en la Intervención Militar de La Habana.
En 1891 marcha a Filipinas, donde se vive con crudeza una insurrección más de los tagalos; su comportamiento en los combates le valdrán varias cruces rojas.
Estalla luego la guerra con los Estados Unidos, y, vencida España, Ricardo Fernández se encarga de la repatriación de las tropas españolas, motivo por el cual visita varias islas para recoger sus guarniciones.
Ya en España, pasa a la Dirección General de Cría Caballar y Remonta. En 1904 es comisionado, junto con otros, para comprar “yeguas y sementales árabes en la Turquía europea y asiática y Persia”. Comienza entonces un periplo por el Imperio Otomano que le llevará a Palestina, Siria... hasta la misma Constantinopla; no regresa a España hasta 1905. En el mismo año, los comisionados emprenden un nuevo viaje a Turquía, Oriente Medio y el Egeo, también de larga duración. Y en 1906 se dirigen a Rusia, donde permanecerán varios meses, convirtiéndose en involuntarios testigos de los prolegómenos de la Revolución bolchevique.
Más adelante, en 1915, Ricardo Fernández pasa destinado a África, a Larache concretamente, donde presta servicios de intendencia durante el conflicto con Marruecos y se hace acreedor de varias condecoraciones más.
En 1920, ya viudo, contrae matrimonio con María Cruz González y Jiménez, y es ascendido a coronel.
Cuando, en 1922, Alfonso XIII emprendió un viaje a Las Hurdes a instancias de Gregorio Marañón, Ricardo Fernández es encargado de su organización. En el transcurso de la visita, el Rey le envía un telegrama de felicitación “por el admirable comportamiento, entusiasmo en servicio difícil, disciplina y espíritu militar en todo momento, de la tropa de la Comandancia (de la que era jefe Ricardo Fernández), que le acompañó para el transporte e instalación del material de campamento en aquella demarcación”. A su regreso de Las Hurdes, el Rey, en una audiencia privada, le reitera su felicitación.
En 1926, tras cuarenta y seis años de servicio y cincuenta y tres computados, con sesenta y seis de edad, Ricardo Fernández se retiró del servicio activo. En 1932, el Gobierno de la República le concedió el ascenso a intendente general honorario y la Gran Cruz del Mérito Militar.
Ricardo Fernández había reunido los recuerdos de sus viajes, que, junto con las fotografías que él mismo había tomado, fueron apareciendo en Asturias, Revista Ilustrada. Órgano del Centro Asturiano de Madrid, bajo el seudónimo de Abate Morón.
Sus artículos, que constituyen un auténtico libro de viajes, abundan en anécdotas, descripciones de itinerarios insólitos (en busca de criadores de caballos), escenas costumbristas y personajes pintorescos, dibujados con un notable sentido del humor, haciendo gala de una cultura selecta y un espíritu abierto a las novedades.
Obras de ~: “Impresiones de un viaje a Oriente”, en Asturias, Revista Ilustrada. Órgano del Centro Asturiano (ARI) (Madrid), 1905-1906; “Algo de Rusia”, en ARI (Madrid), 1907-1908; “Impresiones de un viaje a Oriente” (segunda parte), en ARI (Madrid), 1908, 1909 y 1910.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Hoja de Servicios; Archivo del Palacio Real (Madrid), Viaje a Las Hurdes, el manuscrito inédito de Gregorio Marañón y las fotografías de la visita de Alfonso XIII, Madrid, Fundación Gregorio Marañón, El País-Aguilar, 1994; M. A. Serrano Monteavaro, “El Intendente General Fernández Monteabaro”, en La Comarca del Eo (Ribadeo), 6 de abril de 1996.
Miguel Ángel Serrano Monteavaro
