Ferrer, Vicente. Valencia, m. s. xiv – Poblet (Tarragona), 13.VII.1411. Monje cisterciense (OCist.), abad de Poblet.
Nació en Valencia a mediados del siglo xiv. Tío del santo dominico del mismo nombre, destacó siempre por su bondad y humildad. Maestro en Teología, fue limosnero de Juan I el Cazador o el Amador de la Gentileza, y, mientras estaba fuera de la casa, fue elegido abad. Buen amigo del rey Martín I el Humano, que le encargó la ejecución —carta escrita desde Zaragoza el 17 de febrero de 1398— de un breviario para el que había enviado a Poblet un copista, Vicente Ferrer se preocupó de que tuvieran el pergamino de calidad conveniente. El magnífico manuscrito se conserva hoy en la Biblioteca Nacional de París.
Ya antes, dado el fervoroso deseo del Rey de edificarse un palacio en Poblet, hizo posible que éste construyera su preciosa obra, en delicado estilo gótico florido, fuera de clausura sobre la amplia sala de los lagares del tiempo del abad Copons. El Rey no llegó a ver su obra acabada, sino sólo el exterior, la fachada y una de las escalinatas (la otra es obra del siglo xx), donde es notable el trabajo del maestro Arnau Bargués (autor de la puerta gótica del Ayuntamiento de Barcelona, entre otras obras), ayudado por el fino picapedrero Françoi Salau. La obra, comenzada en 1393, se interrumpió en 1406, a la muerte de la reina María de Luna, de modo que el Rey no llegó a ver nunca su interior, donde figuran su escudo y el de su esposa dentro de sendos rombos.
Se conserva el escudo del abad Ferrer, un rombo también con una herradura, timbrado con el báculo abacial, sobre el capitel de la gruesa columna octogonal que parte el amplio ventanal de arco ojival rebajado de la casa del maestro de novicios. Se debió de construir ésta, como el propio palacio real, durante su abadiato.
Quiso que su tumba, sin figura alguna en la lauda, estuviera fuera del capítulo, en el corredor del claustro mayor para que pudiera ser pisada por los monjes.
Lleva simplemente la inscripción gótica latina.
Había presentado su dimisión al papa Benedicto XIII, entonces en Perpiñán, y envió como procurador suyo al padre Jaime Carbó para obtenerla. Y lo curioso es que volvió como abad nombrado directamente por el papa Luna, sin elección alguna por parte de la comunidad. No es extraño, pues, que, con una comunidad enfrentada, tuviese que dimitir también él en 1413, en Tortosa, en manos del propio Papa, y fue elegido entonces, de acuerdo con la tradición, Juan Martínez de Mengucho (1413-1433).
Bibl.: J. Finestres, Historia de el Real Monasterio de Poblet, vol. III, Cervera, Manuel Ibarra, 1756, págs. 215, 225-226, 236 y 239; P. Guerin, “Ferrer, Vicente”, en Q. Aldea Vaquero, J. Vives Gatell y T. Marín Martínez (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 928; A. Altisent, Història de Poblet, Poblet, Abadía, 1974, págs. 244-245, 339-340 y 367-370 passim.
Alejandro Masoliver, OCist