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Bernardo Martínez

Biografía

Martínez, Bernardo. Valdesoto (Asturias), 1.III.1868 – Almería, 25.VII.1934. Misionero agustino (OSA), historiador y obispo.

Nació en el barrio de Castillejo (“Castiello”), de la parroquia de Valdesoto, del Concejo de Siero, de la diócesis de Oviedo (Asturias). Sus padres fueron Manuel Martínez Palacio y Joaquina Noval Nosti, de condición humilde. Fue bautizado en la iglesia parroquial de San Félix de Valdesoto el 1 de marzo de 1868, según la partida de bautismo, a eso de las cuatro de la tarde por el coadjutor de la parroquia. Fue confirmado al mes y medio de su nacimiento, el 21 de abril de 1868. Por lo tanto, no parece posible situar la fecha de nacimiento el 30 de abril como lo hacen los trabajos de Pérez Jorde, Santiago Vela, Isacio Rodríguez, Teófilo Aparicio, etc.

Bernardo estudió la primera enseñanza en Valdesoto.

Consiguió una beca de latinidad en la preceptoría existente en Pla de Siero, capital del Concejo, donde cursó los cuatro años de Latín. El trato con el preceptor Joaquín Rodríguez Fuente le acercó al agustino Vicente Fernández, de Olloniego (Asturias), influyéndole para que pidiese ingresar en la Orden de San Agustín. En efecto, en la provincia agustiniana de Filipinas vistió el hábito religioso en julio de 1884, para profesar el 18 de julio del año siguiente en el colegio-seminario de Valladolid. En este centro de estudios y formación cursó los dos primeros años de Filosofía, para continuar la carrera eclesiástica en La Vid (Burgos) y San Lorenzo de El Escorial (Madrid), hasta el verano de 1891. Este mismo año fue destinado a las Islas Filipinas, casi en vísperas de guerra y pérdida de la colonia oriental. Una vez concluido el estudio de la Teología, fue ordenado sacerdote en la capilla del palacio arzobispal de Manila (Filipinas), el sábado 24 de septiembre de 1892.

El ministerio pastoral lo ejerció en la parroquia de La Paz, en Tarlac, desde el 1 de septiembre de 1893; en Candaba (Pampanga) desde el 28 de julio de 1894; en Santa Rita, en la provincia de Pampanga, a finales del mismo año; en Porac (Pampanga) desde el 27 de agosto de 1895. En este pueblo cayó prisionero de los catipuneros revolucionarios el 3 de junio de 1898, no recobrando la libertad hasta el mes de diciembre del año siguiente, teniendo que soportar en los dieciocho meses de cautiverio todo tipo de insultos, burlas y privaciones.

En febrero de 1900 se embarcó para Hong-Kong para estudiar Inglés y aquí permaneció hasta julio del año siguiente, en que regresó a Manila. Entonces fue nombrado secretario de la provincia, pasando a España por este motivo el 30 de noviembre de 1901. Ejerció el cargo de secretario durante ocho años, tiempo que aprovechó para obtener el título de lector el 9 de octubre de 1904. Fue nombrado regente de estudios el 21 de octubre de 1907. Escribrió en la revista España y América, y ejerció de redactor desde el día 5 de enero de 1903. Bernardo Martínez promovió obras sociales, primero en calidad de subdirector de los Talleres de Santa Rita desde el 22 de marzo de 1907 y, a partir del día 9 de diciembre de 1907, como director, cargo que ejerció durante catorce años. A su vez, redactó unos Apuntes históricos de la provincia de Filipinas, sintetizando y completando el Catálogo de los Sumos Pontífices, reyes de España y provinciales de esta Santísima Provincia de Jesús desde 1565 hasta 1833, obra que dejó manuscrita Celestino Fernández-Villar. Al final ocupó cuatro volúmenes, uno para la historia de Filipinas (Madrid, 1909), el segundo para América (Madrid, 1909), el siguiente sobre España (Madrid, 1913) y el cuatro y último con la historia de China y Japón (Madrid, 1918).

En 1909 salió nombrado consejero provincial y en 1913 provincial de la provincia del Santísimo Nombre de Jesús de Filipinas. Este mismo año, 9 de enero, el prior general de la Orden, Tomás Rodríguez, le otorgó el título de maestro en Sagrada Teología. Durante el tiempo de su provincialato visitó China y Filipinas en 1914 y las comunidades de América en 1916; se fundaron los colegios de Ceuta y Santander, las residencias de Cádiz y Ribadeo, las iglesias de San José (Bilbao) y San Agustín (São Paulo, Brasil); se abrieron toda una serie de nuevas misiones en los vicariatos de esta provincia religiosa; y se restauró la presencia de los agustinos en Cádiz en 1915, puerto clave para los viajes de los religiosos a las misiones de América Latina. Martínez Noval fundó y sostuvo con su aliento y pluma las revistas Archivo Histórico Hispano- Agustiniano (1914), España y América (1916), como anteriormente hizo con el boletín Vestir al desnudo (1908), de los Talleres de Santa Rita de Casia.

Concluido su mandato de provincial en 1918 residió en la comunidad de San Manuel y San Benito (Madrid), ocupándose de tareas apostólicas y literarias hasta su nombramiento episcopal. En febrero de 1921 el presidente del Gobierno, Eduardo Dato, por medio del ministro de Gracia y Justicia le presentó al nuncio para la sede episcopal de Oviedo. Sin embargo, algunos agustinos de su provincia de Filipinas tachaban a Bernardo Martínez de ser “no muy prudente y de haber sostenido al grupo asturiano” y, por lo tanto, no era recomendable su nombramiento para la diócesis de Oviedo. En marzo, domingo de Resurrección, Vicente Casanova Marzok (1854-1930), preconizado ya arzobispo de Granada, anunció al Cabildo catedralicio de Almería el nombramiento de Bernardo Martínez Noval como obispo de esta diócesis. Alfonso XIII firmó la presentación de este nombramiento el 11 de abril de 1921, según figura en La Gaceta de esta misma fecha. Al día siguiente el pronuncio, Francisco Ragonesi, inició el proceso episcopal. La profesión de fe de Bernardo Martínez tuvo lugar el 21 de abril, delante del arzobispo dimisionario de Manila y Valencia, Bernardino Nozaleda y Villa (1844-1927), y de otros religiosos.

Benedicto XV le preconizó obispo de Almería en el consistorio de fecha 18 de julio de 1921. Antes de lo previsto, en la iglesia de San Manuel y San Benito de Madrid, el 30 de noviembre de 1921, recibió la consagración episcopal. Presidió la ceremonia el obispo de Madrid-Alcalá, Prudencio Melo y Alcalde, asistido por el obispo de Segovia, Manuel de Castro, y por el obispo de Huesca, Zacarías Martínez Núñez, agustino. A la ceremonia estuvieron presente ministros, diputados, senadores, duquesas, marquesas, condesas, religiosos y numerosos fieles.

Bernardo Martínez tomó posesión de la sede episcopal de Almería el 10 de diciembre de 1921, por poderes concedidos al deán Antonio Prieto Paupariñas.

Y el 30 de diciembre de 1921 hizo la entrada solemne en la catedral de Almería el nuevo obispo según el rito tradicional, en compañía de autoridades civiles y religiosas. Muy pronto, el 5 de marzo de 1922, inició la primera visita pastoral a la diócesis para el conocimiento del pueblo almeriense. Por una “extrema pobreza” atravesaba la diócesis en este tiempo, viviendo con estrecheces y dificultades económicas, incluida la Iglesia, hasta el punto de “no poder poner como texto en el seminario el Catecismo Católico del cardenal Gasparini”.

La labor pastoral de Bernardo Martínez se dirigió fundamentalmente a la prensa católica, los sindicatos católicos en la diócesis, el apostolado obrero, el culto a la Virgen del Mar y la formación del clero. De todo ello informó el obispo Martínez a la Santa Sede en la visita ad limina, cursada a finales de octubre de 1925, con salida de Almería el 21 y regreso a la diócesis el 14 de noviembre. Luego vendría la fundación del colegio de las Hijas de la Caridad, en la rama francesa, el 26 de enero de 1926, en Garrucha; el establecimiento de las Hijas de la Caridad de San Vicente, en Antas; y la inauguración, por los padres franciscanos, de la iglesia de San Agustín (1929), cuyo titular fue puesto al templo en honor al padre espiritual del prelado agustino. En 1926 logró que se constituyeran en la ciudad de Almería algunas asociaciones católicas: la Acción Católica de Mujeres, la Pía Unión de las Damas del Sagrado Corazón de Jesús y las Juventudes Católicas. Un día inolvidable para la ciudad de Almería fue el 27 de abril de 1930, fecha de la bendición del monumento al Sagrado Corazón de Jesús en el cerro de San Cristóbal. Durante años ha sido el lugar de encuentro de los católicos almerienses.

Los días 18 al 20 de junio de 1929, en la catedral de Almería, el obispo celebró un sínodo diocesano, en sesiones de mañana y tarde, con el fin de impulsar la vida pastoral de la diócesis. Una treintena de pastorales en los trece años de obispo de la Iglesia de Almería dirigió a sus fieles, principalmente en el tiempo litúrgico de adviento y cuarema. Con estilo literario y contenido teológico-pastoral exhortaba a profundizar en la vida cristiana según las enseñanzas de la Iglesia.

Abundaban las citas de la Sagrada Escritura, san Agustín, santo Tomás de Villanueva y otros escritores, principalmente, de la Orden Agustiniana. También escribió en momentos difíciles, como en los días de la Segunda República, dirigiéndose a los fieles para que mantuviesen el orden, la serenidad, la prudencia y la discreción. “Ninguna forma de gobierno rechaza la Iglesia”, escribió Martínez Noval, para continuar afirmando: “Las timideces y los egoísmos abundan, mi posición es delicada y apenas hay quien me ayude con las obras. Es una población religiosísima, o lo era hasta hace poco; ahora se limitan los fieles al interior de las iglesias. Sufro y padezco muchísimo. Hay tranquilidad, pero no me basta; la pena me destroza al ver cómo se desmiembra lo hecho en el orden religioso en los ocho o nueve últimos años”.

Al final de su pontificado en Almería se plantearon las consecuencias de la desamortización. El 5 de febrero de 1932 el nuncio apostólico Federico Tedeschini envió una circular a todos los obispos de España en la que les refería la intervención del Ministerio de Justicia oponiéndose a la dotación por parte del Estado de la partida dedicada a culto y clero. Para ello argumentaba que no se daba en razón de la compensación de los bienes de la desamortización, ya que la Iglesia había recibido mucho más de los bienes incautados.

Por ello el nuncio insistía en la necesidad de fijar con precisión todos los bienes que pertenecieron al clero (segular y regular) y a las cofradías de las que se apoderó el Estado. Martínez Noval dio oportuna respuesta de los bienes eclesiásticos incautados por el Estado en Almería, aunque su informe tenía que ser necesariamente incompleto al no disponer de inventarios.

Murió en Almería el 25 de julio de 1934. Los restos mortales reposan en la capilla de San Indalecio, de la catedral almeriense.

 

Obras de ~: Apuntes históricos de la Provincia agustiniana del Santísimo Nombre de Jesús. Año 1909. Filipinas, Madrid, Imprenta de los Hijos de Gómez Fuentenebro, 1909; Apuntes históricos de la Provincia agustiniana del Santísimo Nombre de Jesús. Año 1909. América, Madrid, Imprenta de los Hijos de Gómez Fuentenebro, 1909; Apuntes históricos de la Provincia agustiniana del Santísimo Nombre de Jesús. España, Madrid, Imprenta de los Hijos de Gómez Fuentenebro, 1913; Historia de las misiones agustinianas en China, Madrid, Imprenta del Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús, 1918; Primera carta pastoral que dirige a sus diocesanos con motivo de su toma de posesión (Madrid, 27 diciembre 1921), Madrid, Imprenta Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús, 1921; Carta pastoral que dirige a su clero y fieles con motivo de los centenarios de la canonización de los santos españoles y en particular del de la propagación de la fe (Almería, 15 mayo 1922), Almería, Imprenta Peláez, 1922; Carta pastoral que dirige a todos sus fieles con motivo de haber terminado la Santa Visita (Almería, 30 noviembre 1922), Almería, Imprenta Peláez, 1922; Carta pastoral que dirige a todos sus fieles con motivo de la Santa Cuaresma. La Confesión, su necesidad y sus efectos (Almería, 22 febrero 1923), Almería, Imprenta Peláez, 1923; Carta pastoral que dirige a sus diocesanos en el presente Adviento. La fe cristiana, principio de la regeneración social (Almería, 15 diciembre 1923), Almería, Imprenta Peláez, 1923; Carta pastoral que dirige a todos sus diocesanos. Noble y justificada actitud del Episcopado español ante el anuncio de la reforma del artículo once de la Constitución del Reino (Almería, 22 mayo 1923), Almería, Imprenta Peláez, 1923; Carta pastoral que dirige a todos sus fieles en el tiempo santo de Cuaresma. Peligros ciertos y precauciones tibias (Almería, 1 abril 1924), Monachil (Granada), Tipografía Santa Rita, 1924; Carta pastoral que dirige a todos sus fieles en el presente Adviento. Cómo Dios castiga nuestras infidelidades (Almería, 30 noviembre 1924), Monachil (Granada), Tipografía Santa Rita, 1924; Exhortación pastoral dirigida a todos sus fieles en el tiempo santo de Cuaresma. “Verdadera regeneración. Excesos del Carnaval. Santa Cuaresma y celo pastoral” (Almería, 1925), Monachil (Granada), Tipografía Santa Rita, 1925; Carta pastoral que dirige a todos sus fieles en la Pascua de Pentecostés. El Espíritu Santo en la Iglesia de Dios y en las colectividades humanas. Deberes de todos (Almería, 5 mayo 1925), Monachil (Granada), Tipografía Santa Rita, 1925; Carta pastoral que dirige a todos sus fieles en el presente Adviento. La ignorancia religiosa y sus efectos en relación con la decadencia de los Estados (Almería, 1925), Monachil (Granada), Tipografía Santa Rita, 1925; Carta pastoral que dirige a todos sus diocesanos en la Pascua de Resurrección de N. S. Jesucristo. Renovaciones peligrosas, libertades falsas y esclavitudes ciertas (Almería, 26 abril 1926), Almería, Imprenta Peláez, 1926; Carta pastoral que dirige a todos sus diocesanos en el presente Adviento. La persecución religiosa en Méjico y sus enseñanzas (Almería, 30 noviembre 1926), Almería, Imprenta Peláez, 1926; Carta pastoral que dirige al clero en el tiempo de cuaresma. Si no se contienen los avances de la irreligión ¿A dónde iremos a parar? (Almería, 2 marzo 1927), Almería, Tipografía Peláez, 1927; Carta pastoral que dirige a sus diocesanos en el presente Adviento. La voz de la Iglesia. El vicio reinante, la pornografía, su difusión y sus estragos (Almería, 30 noviembre 1927), Almería, Tipografía E. Orihuela, 1927; Carta pastoral que dirige a todos sus fieles al aproximarse el tiempo santo de Cuaresma. El paganismo que revive. Santa Cuaresma labor sacerdotal. La oración por los pecadores (Almería, 11 febrero 1928), Almería, Tipografía E. Orihuela, 1928; Exhortación pastoral que dirige a todo su clero y fieles. Día del Seminario. Fomento de vocaciones eclesiásticas (Almería, 10 noviembre 1928), Almería, Tipografía E. Orihuela, 1928; Carta pastoral que dirige a sus diocesanos con motivo del próximo Adviento. La paz huye de las almas, cuando Dios no es glorificado: Algunos toques a sistemas de perversión moral (Almería, 30 noviembre 1928), Almería, Tipografía E. Orihuela, 1928; Carta pastoral que dirige a sus diocesanos con motivo de la Santa Cuaresma. Dios reclama una recta y fiel administración de los dones que se nos conceden, y de lo contrario se nos despojará de todos ellos (Almería, 8 marzo 1929), Almería, Tipografía E. Orihuela, 1929; Carta pastoral que dirige a todos sus diocesanos. Nuestro futuro destino. La oración y sufragios por las almas benditas del Purgatorio (Almería, 23 octubre 1929), Almería, Tipografía E. Orihuela, 1929; Carta pastoral que dirige a sus diocesanos con motivo de la Santa Cuaresma. La nave portadora de la fe y de las buenas costumbres combatida. La voz de la Iglesia contra el vestir inmodesto. Cooperación necesaria (Almería), Almería, Tipografía E. Orihuela, 1930; Carta pastoral que dirige a todos sus diocesanos con motivo de la solemne inauguración del monumento erigido a la Realeza del Sagrado Corazón de Jesús. Triunfo de la constancia y de la fe en Dios (Almería), Almería, Tipografía E. Orihuela, 1930; Sínodo diocesano de la diócesis de Almería. Actas y Constituciones aprobadas y promulgadas en el sínodo celebrado los días 18, 19 y 20 de Junio de 1929, Almería, Tipografía E. Orihuela, 1930; Carta pastoral. Recuento ilusorio de las fuerzas disponibles para la lucha, si se carece de la unión que la Iglesia pide a sus hijos (Almería, 1930), Almería, Tipografía E. Orihuela, 1930; Exhortación pastoral dirigida a los fieles al fin del año 1930 (Almería, 1930), Almería, E. Orihuela, 1930; La Iglesia ciudad de los pobres y protectora de las clases humildes. La encíclica ‘Casti connubii’ y su aplicación a los hogares cristianos (Almería, 1931), Almería, E. Orihuela, 1931; Exhortación pastoral que dirige a todos sus diocesanos en los momentos actuales. I. La Iglesia y la forma de Gobierno. Nuestra actitud. II. ¡Fuera temores, confianza en Dios! III. La Virgen Santísima y la Nación española. IV. Lo que hemos de hacer (Almería, 27 abril 1931), Almería, Tipografía E. Orihuela, 1931; Carta pastoral que dirige a todos sus diocesanos en el Adviento de 1931. XV Centenario de la muerte de San Agustín. Santa Mónica modelo de madres cristianas; Aurelio-Agustín los amores terrenos trocados en amores celestiales (Almería, 1931), Almería, Tipografía E. Orihuela, 1931; Carta pastoral que dirige a sus diocesanos en la Santa Cuaresma de 1932. A la tempestad sucederá la calma, si la fe no está dormida (Almería, 21 febrero 1932), Almería, Tipografía E. Orihuela, 1932; Carta pastoral que dirige a todos sus diocesanos en el próximo Adviento de 1932. Difusión del ateísmo y sus consecuencias. O con Dios o contra Dios (Almería, 21 noviembre 1932), Almería, Tipografía E. Orihuela, 1932; Carta pastoral que dirige a todos sus diocesanos en la Santa Cuaresma de 1933. La Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo: Aplicación de las lecciones y de las enseñanzas que de ellas se desprenden (Almería, 19 marzo 1933), Almería, Tipografía E. Orihuela, 1933; Carta pastoral que dirige a todos sus diocesanos con motivo de la Ley de Confesiones y Congregaciones Religiosas. Contra el laicismo escolar un apostolado intenso de acción católica (Almería, 15 agosto 1933), Almería, Tipografía E. Orihuela, 1933; Carta pastoral que dirige a todos sus diocesanos con motivo del próximo Adviento (Almería, 1933), Almería, Tipografía E. Orihuela, 1933; Carta pastoral que dirige a todos sus diocesanos en la Cuaresma (Almería, 1934), Almería, Tipografía E. Orihuela, 1934. Más referencias de su obra literaria pueden consultarse en I. Rordíguez y J. Á lvarez Fernández, Labor científico-literaria de los agustinos españoles, I, Valladolid, Editorial Estudio Agustiniano, 1992, págs. 345-352.

 

Bibl.: E. Pérez Jorde, Catálogo Bio-Bibliográfico de los religiosos Agustinos de la Provincia Agustiniana del Santísimo Nombre de Jesús de Filipinas, Manila, Tipografía Santo Tomás, 1901, págs. 662-663; G. de Santiago Vela, Ensayo de una Biblioteca Ibero-Americana de la Orden de San Agustín, V, Madrid, 1920, págs. 259-266; I. Monasterio, Místicos agustinos españoles, II, El Escorial (Madrid), Editorial Agustiniana, 1929, págs. 386-388; P. Álvarez, “El Excmo. Sr. D. Fr. Bernardo Martínez Noval, obispo de Almería”, en Archivo Agustiniano, 42 (1934), págs. 8-10; I. Rodríguez, Historia de la Provincia Agustiniana del Santísimo Nombre de Jesús de Filipinas, Manila 1968, págs. 473-475; T. Aparicio, Agustinos españoles en la vanguardia de la ciencia y la cultura, I, Valladolid, Editorial Agustiniana, 1988, págs. 353-359; I. Rodríguez y J. Álvarez Fernández, Al servicio del Evangelio. Provincia Agustiniana del Santísimo Nombre de Jesús de Filipinas, Valladolid, Editorial Estudio Agustiniano, 1996, págs. 292-293; J. López Martín, La Iglesia en Almería y sus Obispos, Almería, Instituto de Estudios Almerienses, Caja Rural de Almería, 1999, págs. 1139-1214.

 

Rafael Lazcano González

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