Ibn al-Ŷayyāb: Abū-l-Ḥasan ‘Alī b. al-Ŷayyāb. Granada, 1274 – I.1349. Poeta (autor de algunos de los poemas inscritos en las paredes de la Alhambra) y alto funcionario de la dinastía nazarí de Granada.
Nació a finales del año 1274. No se conoce su origen familiar, aunque él menciona, en un poema, que su padre fue alfaquí, y de acuerdo con este origen estudió con los más ilustres maestros de ciencias religiosas en su ciudad natal. También se interesó por la mística, y acudió a recibir enseñanzas de esta naturaleza en la ciudad de Málaga, pero no se convirtió en alfaquí, ya que entró muy joven en el Dīwān al-Inšā’ u “Oficina de Redacción” de la corte, donde se redactaba —en prosa rimada— la correspondencia real y se componían las casidas en honor de los emires y con las que se celebraban las fiestas oficiales, las pascuas musulmanas, las campañas y alardes militares e igualmente los acontecimientos familiares de los sultanes nazaríes: bodas, nacimientos, viajes, y fallecimientos. Ibn al-Ŷayyāb aprendió este oficio literario en el Dīwān al-Inšā’, que se parecía mucho a un taller donde sus miembros, a modo de artesanos de la poesía y la prosa rimada, trabajaban el sutil material de la lengua árabe bajo la dirección del arráez —título que tenía el jefe del Dīwān al-Inšā´—, que corregía y pulía las obras de los aprendices y las suyas propias.
Ibn al-Ŷayyāb fue un aprendiz aventajado en su oficio de versificador real, ya que compuso una casida dedicada a Muḥammad II, con motivo de unas algaras en tierras de Jaén, que pueden fecharse entre los años 1295 y 1300. Y desde entonces sus panegíricos acompañaron a los emires nazaríes hasta la última que se ha conservado, dedicada a Yūṣuf I en 1345. Hay que tener en cuenta que en estos cincuenta años se sucedieron en el emirato tras Muḥammad II, Muḥammad III, Naṣr, Ismā‘īl I, Muḥammad IV y Yūṣuf I, y que hubo un cambio de dinastía, multitud de intrigas y asesinatos de los emires, de los ministros y otros miembros de la corte. Ibn al-Ŷayyāb permaneció incólume, tras alabar a casi todos los emires —no se conserva ningún poema dedicado a Muḥammad IV (1325-1333)— y alcanzar el cargo de arráez del Dīwn al-Inšā’ en 1309 tras el derrocamiento de Muḥammad III y el del visir o primer ministro en 1341, acumulando los dos cargos como indica su título de Ḏū-l-Wizāratayn, que muy pocos ostentaron en la Granada nazarí.
Su diván o colección de sus poemas fue recogido por su discípulo y sucesor como arráez, el polígrafo Ibn al-Jaṭīb de Loja (1313-1375), y aunque nos ha llegado incompleto, reveló que Ibn al-Ŷayyāb fue el autor de los poemas árabes inscritos en las paredes del Generalife, en la Torre de la Cautiva de La Alhambra y algunos más que no se conservan. Estos poemas son breves panegíricos escritos como una función más de su oficio de versificador real y al mismo tiempo dan un sentido político a los edificios en los que están escritos, como todos los demás poemas epigráficos de los palacios nazaríes, cuyos autores son el mencionado Ibn al-Jaṭīb y el discípulo de éste, Ibn Zamrak de Granada (1333-1393).
Fuera de su poesía áulica y de un par de epístolas oficiales en prosa rimada, Ibn al-Ŷayyāb compuso poemas de tipo personal, algunos poemas de amor, de amistad y sobre todo poemas de devoción a Mahoma, seguramente para ser recitados o salmodiados en su cofradía mística. De su vida personal sólo se sabe que vio morir a su hijo, al que dedicó un emocionante poema de despedida.
Bibl.: M.ª J. Rubiera Mata, Ibn al-Ŷayyāb. El otro poeta de la Alhambra, Granada, Patronato de la Alhambra - Instituto Hispano-Árabe de Cultura, 1982; E. García Gómez, Poemas árabes en los muros y fuentes de la Alhambra, Madrid, Instituto Egipcio de Estudios Islámicos, 1985; M. J. Rubiera Mata, Ibn al-Ŷayyāb, el otro poeta de la Alhambra, Granada, Patronato de la Alhambra y Generalife, 1994 (reed. ampl.).
María Jesús Rubiera Mata