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Manuel de Prado y Vallo

Biografía

Prado y Vallo, Manuel de. Santiago de Compostela (La Coruña), 1802 – c. 1875. Arquitecto.

Hijo del arquitecto académico Melchor de Prado y Mariño, Manuel realizó junto a su padre su primer aprendizaje en el dibujo y la práctica de la arquitectura. Sus posteriores estudios en la Academia de San Fernando le condujeron en 1839 a presentarse al examen de arquitecto con un proyecto de “Panteón para hombres célebres de artes y ciencias”, todavía en línea con las composiciones del neoclasicismo dieciochesco. Una vez titulado, en 1840 logró la plaza de arquitecto municipal de Santiago de Compostela, encargándose inmediatamente de presentar ante la Academia los planos que, firmados por Faustino Domínguez Domínguez, ya se habían elaborado para el futuro Teatro Principal; Prado dirigió las obras de este teatro, diseñando un año más tarde su académica fachada. Entre otras intervenciones, para el ayuntamiento compostelano proyectó su primer cementerio general (1847), en terrenos del exconvento de Santo Domingo de Bonaval, y el primer mercado de abastos, instalado en la huerta del palacio de Altamira (1853); también dirigió numerosos trabajos de empedrado y alineación de calles, incluyendo el primer pavimentado de la plaza del Obradoiro (1855), la numeración moderna de las casas, y diferentes plantaciones de arbolado. Una singular aportación fue el primer diseño conservado para la fachada efímera de los fuegos del Apóstol, realizado en 1869 con una mezcla de elementos medievalizantes. Su trayectoria profesional se cerró en 1874 con su jubilación como arquitecto municipal, recibiendo al año siguiente una mención honorífica en la Exposición Regional celebrada en Santiago.

Volcado casi en exclusiva en su trabajo como arquitecto municipal de Santiago de Compostela, al margen de esta actividad sólo se le conoce otro proyecto de arquitectura institucional: la cárcel de Partido que en 1851 diseñó para la localidad coruñesa de Ordes, ya desaparecida. Más amplia fue su producción de arquitectura religiosa, siendo autor de los primeros planos para la erección de la capilla de Santa Minia en Brión (1851), luego muy alterada durante las obras, y la remodelación del palacio arzobispal de Santiago de Compostela (1854), al que dotó de su clasicista fachada a la plaza de la Azabachería. En 1858 se le encargó la reconstrucción de la iglesia gótica de Santiago de Padrón, que transformó en un templo de planta basilical con fachada presidida por dos torres y frontón triangular. También dirigió otras reparaciones y reformas menores en templos de toda la diócesis, destacando la reconstrucción de la bóveda del coro de la iglesia monástica de San Martín Pinario, muy deteriorada por su abandono desde la desamortización.

En sus proyectos de arquitectura doméstica se mantuvo inicialmente dentro de las pautas académicas aprendidas en su etapa de formación, para desarrollar desde finales de los años cincuenta, y más claramente en los sesenta, una tímida apertura hacia el eclecticismo. Desde luego el grueso de sus proyectos se localizan en la ciudad de Santiago de Compostela, donde con independencia del lenguaje formal a Prado le cabe el mérito de haber potenciado y extendido un tipo de vivienda caracterizado el regular y homogéneo reparto de los vanos y la claridad y contención en el empleo de los académicos elementos de ornato. El decoro y dimensión urbanística de sus viviendas es apreciable en el gran inmueble que cerró todo el lateral oeste de la plaza do Toural, hoy con el número 1 (1856), con un amplio frente de nueve luces, presidido por balcones en los dos pisos principales. En cambio, la transición hacia el eclecticismo, siempre apoyándose en una base clasicista, está plasmada en el interesante edificio que ocupaba el número 18 de la rúa Nova, lamentablemente desaparecido, conocido como “Café Suizo” (1858), que combinaba el académico almohadillado inferior con los originales ventanales y frontón de la zona superior.

 

Obras de ~: Teatro Principal, Santiago de Compostela, 1840-1841; Cárcel de Partido, Ordes (A Coruña), 1851; Capilla de Santa Minia, Brión (A Coruña), 1851; Palacio Arzobispal, Santiago de Compostela, 1854; Viviendas, plaza do Toural 1, Santiago de Compostela, 1856; Café Suizo, Santiago de Compostela, 1858; Iglesia de Santiago, Padrón (A Coruña), 1859-1867.

Escritos de: “Arquitecturas bizantina y ojival”, en Galicia, Revista Universal de este Reino, año V, n.º 17 (1 de septiembre de 1864), págs. 259-260.

 

Bibl.: P. Costa Buján y J. Morenas Aydillo, Santiago de Compostela, 1850-1950. Desenvolvemento urbano. Outra arquitectura, Santiago de Compostela, COAG, 1989; J. M. López Vázquez, “La arquitectura neoclásica”, en Arte Contemporáneo, proyecto Galicia Arte, t. XV, La Coruña, Hércules de Ediciones, 1995; J. A. Sánchez García, Faustino Domínguez Domínguez y la arquitectura gallega del siglo XIX, La Coruña, Diputación Provincial, 1997; J, “Manuel de Prado y Vallo”, en Artistas Gallegos. Arquitectos. Da Ilustración ó Eclecticismo, Vigo, Nova Galicia Edicións, 2003, págs. 147-169.

 

Jesús Ángel Sánchez García