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Diego Jiménez de Enciso y González de Herrera

Biografía

Jiménez [o Ximénez] de Enciso [o Enziso] y González de Herrera, Diego. Marqués de Casal de los Griegos (III). Sevilla, 22.XII.1657 baut. – España, 18.IX.1706 post. Gobernador y capitán general de Venezuela entre 1688 y 1692, maestre de campo, consejero de Indias en 1704.

Bautizado como Diego Antonio Pheliz [sic, por Feliz o Félix] en la iglesia de San Pedro de la capital hispalense, el 22 de diciembre de 1657, nació en el seno de una familia sevillana vinculada al comercio con Indias. Fue su padre Pedro Ximénez de Enciso, marqués del Casal, natural de Sevilla, bautizado en la iglesia de San Pedro el 22 de agosto de 1622, veinticuatro de Sevilla y alcaide mayor de Sacas, alcalde de la Hermandad del Estado Noble de Sevilla (1651), se le devolvió la blanca de la carne en 1655 y su madre Ana Andrea del Águila y Herrera, natural de Sevilla (1625), la cual cuando enviudó entró como religiosa en el convento de Nuestra Señora de la Asunción de la Merced, donde tomó el nombre de sor Ana de la Pasión (1683).

Casó Diego Jiménez de Enciso el 19 de abril de 1677 en la iglesia del Salvador de Sevilla con Francisca Ermenegilda Fernández de Santillán y Villegas (Sevilla, 21 de diciembre de 1651-Madrid, 18 de julio de 1706), hija de Ana Mencía de Villegas (bautizada en el sagrario de la catedral de Sevilla; hermana de Fernando de Villegas, marqués de Paradas, contador de la Casa de la Contratación de Sevilla, se le devolvió la blanca de la carne, gobernador y capitán general de la provincia de Venezuela) y de Francisco Fernández de Santillán, marqués de La Motilla (bautizado en la iglesia del Salvador de Sevilla, poseedor de los mayorazgos de los Santillanes, Quesada, etc., se le devolvió la blanca de la carne y fue alcalde de la Hermandad del Estado Noble); hermana del general Diego Fernández de Santillán y del gobernador Pedro Fernández de Santillán, ambos caballeros de la Orden de Santiago. Fruto de este matrimonio nació en Sevilla, el 16 de noviembre de 1684, José Ramón Jiménez de Enciso y Fernández de Santillán, que por permiso fue bautizado en la iglesia de San Pedro por ser sus padres parroquianos de la de la Magdalena, fue caballero de la Orden de Calatrava y el 29 de octubre de 1700, el rey Carlos II le concedió la merced de conde del Paraíso del Lomo del Grullo. El 6 de abril de 1701 premurió a su padre y no dejó descendencia, por lo cual Diego Jiménez de Enciso acumuló este título nobiliario que había sido concedido a su hijo junto al de marqués del Casal de los Griegos, merced que fue concedida el 27 de febrero de 1627 a su abuelo Pedro Jiménez de Enciso y Zúñiga, hermano del dramaturgo. El matrimonio tuvo además dos hijas: María Teresa —que sucedió en las mercedes y mayorazgos paternos— y María Francisca Jiménez de Enciso y Santillán.

Al marqués de Casal, poseedor del mayorazgo de los Ximénez de Enciso, hijodalgo notorio, la ciudad de Sevilla le devolvió la blanca de la carne, y tomó el hábito como caballero de Santiago en 1674. Fue, como su padre, alcaide mayor de Sacas y Cosas Vedadas de Sevilla, pero también de Cádiz, Lepe, Cartaya y la Redondela por juro de heredad, y más tarde alcaide del castillo y fortaleza de Salobreña.

Cumplida la gobernación de Diego Melo Maldonado en Venezuela, el rey Carlos II, efectuó el nombramiento de sucesor en dicho cargo al marqués del Casal, que había ofrecido 36.000 pesos por el cargo.

La Real Cédula, fechada en Madrid el 6 de septiembre de 1683, se iniciaba con estos párrafos fundamentales: “Don Carlos, etc. Por cuanto en nueve de febrero de mil seisçientos y ochenta y dos hiçe merced a don diego de Melo Maldonado del puesto de Governador y Capitan General de la Provonçia de Venezuela por tiempo de çinco años y conviniendo nombrar persona que le suçeda atendiendio a las buenas partes y meritos que concurren en vos D. Diego Ximenez de ençisso Marques del casal y a lo queme haveis servido en diferentes empleos y esperando lo continuareis como sois obligado he tenido del puesto de mi Governador y Capitan General de la Provincia de Venezuela por tiempo de çínco años que han de correr y contarse desde el dia que tomaredes posesion de dichos cargos que ha de ser después de haver cumplido los suyos D. Diego de Melo Maldonado o antes si vacare por cualquier axcidente de muerte privaxion ascenso o suspensión y no en otra forma y es mi merçed y voluntad que vos y no otra persona algunas los useis y exerzais”.

Tomó posesión el 19 de marzo de 1688 en el Cabildo de Caracas con el ceremonial acostumbrado.

En 27 de agosto de 1690 se le nombró maestre de campo. La gobernación de Jiménez de Enciso fue impopular, por sus nombramientos de tenientes de gobierno en ciudades del interior, enfrentándose a los ayuntamientos, que tenían, por supuesto, el gobierno de sus ciudades. Y los excesos cometidos por los tenientes, verdaderos agentes del gobernador en la extorsión de vecinos ricos (con este método: encarcelamiento bajo pretexto de formarles juicios de residencia, transigiendo luego con ellos por dinero), en burla de la recta administración de justicia, causaron una indignada queja en la provincia, denunciándolo a la Real Audiencia de Santo Domingo por “fraudes, baraterías, composiciones, disimulos, cohechos y ventas de la justicia”.

El Consejo de Indias, enterado del caso, apremió la actuación de la Real Audiencia de Santo Domingo y el 12 de marzo de 1692 se nombró por ésta “en comisión de Rey” al doctor Diego Bartolomé Bravo de Anaya para la inspección adecuada, con todas las facultades.

El 9 de mayo, este juez se presentó ante el Cabildo y oyó sus quejas. Hechas las averiguaciones precisas, procedió de inmediato contra el gobernador Jiménez de Enciso, lo destituyó el 19 de mayo y embargó todos sus bienes. Y junto con los autos de su proceso remitió preso a España a este mal gobernador.

Bravo asumió el mando.

Con el cambio de siglo y de dinastía tras la muerte de Carlos II, el marqués de Casal y conde del Paraíso era el candidato para sustituir a Melchor Portocarrero, conde de la Monclova, como virrey del Perú, como consecuencia de la continua dejación de funciones e inoperancia con que se estaba conduciendo al final de sus años de mandato, dejando arruinado y desabastecido de plata al virreinato, crisis económica a la que se sumó el aumento del contrabando, la disminución de la mano de obra y la interrupción de la regularidad comercial en la carrera de Indias con la nueva alianza con Francia, al tiempo que se desatendía la guarnición de los presidios de Callao, Buenos Aires y Chile, así como las plazas de Panamá y Portobelo, que podían dar como resultado la pretendida invasión de las tierras americanas por parte de ingleses y holandeses.

A pesar del panorama administrativo, económico y social tan desolador para el comercio hispánico, Felipe V no accedió finalmente a relevar al conde de la Monclova, que en su acceso al trono prefirió mantener en un primer momento la administración austracista anterior en sus decretos de 1701. El marqués de Casal al menos por Consulta de 31 de agosto de 1704 fue nombrado consejero del Real y Supremo Consejo de Indias, accediendo al mismo por título de 5 de septiembre de 1704. Se mantuvo en el cargo incluso durante el mes de julio de 1706, cuando la capital de la Monarquía cayó por vez primera bajo la soberanía del archiduque. Precisamente este hecho motivó que fuera cesado el 18 de septiembre de 1706, siendo uno de los catorce consejeros del Consejo de Indias, además de sus dos secretarios, esto es, prácticamente la totalidad del Consejo, que fueron destituidos por el Gobierno borbónico —y también lo fueron ocho de los alrededor de veinte consejeros con que debía contar el Consejo Real de Castilla en estas fechas— una vez recuperado el dominio de la capital. Pese a todo, el marqués de Casal o, si se quiere, su familia se mostró afín al nuevo régimen borbónico, pues, si bien se carece de más datos de su vida, su yerno Pedro Camacho Spínola Villavicencio, señor de Barbaina, caballero de Santiago, asumió el 14 de diciembre de 1706 la coronelía del Regimiento de Caballería de Sevilla, también llamado Regimiento Viejo de Sevilla y usó el título de conde del Paraíso, por estar casado con la tercera titular, María Teresa Ximénez de Enciso y Fernández de Santillán, mandó este Regimiento en la batalla de Almansa, en abril de 1707, lo que hace suponer que para entonces Diego Jiménez de Enciso, III marqués de Casal de los Griegos y II conde del Paraiso había fallecido.

 

Fuentes y bibl.: Archives du Ministère des Affaires Étrangères (Francia), Correspondance Politique, Espagne, t. 93, fols. 485r.-494r.

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Fernando Rodríguez de la Torre y Javier de Solís y Martínez-Campos, Conde de Casa Alegre