Antonio de la Ascensión. ¿Salamanca?, s. t. s. xvi – ?, s. m. s. xvii. Fraile Carmelita Descalzo (OCD), piloto y cosmógrafo.
Realiza estudios —según Portillo— de cosmografía en Salamanca, por ello se puede pensar que nace en Salamanca o en Castilla La Nueva. Sedesconoce la fecha en que ingresa en la orden religiosa de los carmelitas descalzos, aunque Llorente indica que es el 17 de abril de 1558, mientras que Pedro de Sotelo señala haber visto a fray Antonio de la Ascensión, como prior del convento dominicano de Zamora, pero resulta extraño el cambio de orden religiosa, cuando se tiene constancia de forma generalizada que es carmelita descalzo. Estas incógnitas podían resolverlas de acuerdo a Mendiola el estudio realizado por Ferroli sobre Ascensión, pero es inédito y asimismo Mendiola no aclara su contenido, por lo que la vida conocida de Ascensión se reduce a las dos primeras décadas del siglo xvii, y a su condición de eclesiástico y cosmógrafo, aunque San Pío indica que es además piloto. Durante el virreinato del conde de Monterrey Gaspar de Zúñiga y Acevedo (1595-1603) en Nueva España, el marino Sebastián Vizcaíno comanda una segunda expedición de colonización a la Baja California, formada por tres navíos San Diego, Santo Tomás y Tres Reyes y con 200 marinos a bordo, con el almirante capitán Toribio Gómez de Corbán, los cosmógrafos Jerónimo Martín de Palacios (Jerónimo Martí Palacios), Gaspar de Alarcón (como apunta Torres) y fray Antonio de la Ascensión (que ejerce de cosmógrafo, y “practicando las demarcaciones” —indica Navarrete—), aunque según ciertos historiadores también lo hace el ingeniero Enrico Martín (que acompaña en otros viajes a Vizcaíno, a pesar de que León-Portilla señala que le hacen entrega de la información obtenida en el viaje con la que elabora a posteriori una cartográfica de la zona descubierta), mientras que para otros historiadores viajan el almirante capitán Toribio Gómez, los capitanes Alonso Esteban Peguero, Gaspar de Alarcón y Jerónimo Martín —como cartógrafo—) y tres carmelitas fray Andrés de la Asunción, fray Antonio de la Ascensión y fray Tomás de Aquino, que parten el 5 de mayo del puerto de Acapulco hasta llegar al cabo Mendocino y regresan el 21 de febrero de 1603. Ascensión es autor de una “Relación breve” (Relación del viage...) de esta expedición de 1602-1603, donde da constancia del descubrimiento del “mar Sur” desde Acapulco hasta pasado el cabo Mendocino, en el “reino” de California y “de cómo podrá S. M., á poca costa pacificar y incorporar a la corona, y hacer que en él se predique el Santo Evangelio”. Esta relación se conserva en el manuscrito 3203 de la Biblioteca Nacional de Madrid, con el título de el “Derrotero cierto y verdadero para navegar desde el cavo Mendocino que es desde altura de 42 grados hasta el puerto de Acapulco por la costa de la mar del Sur, hecho quando se hizo el descubrimiento desde el dicho cavo Mendocino al dicho puerto de Acapulco que se hizo por horden del Señor Conde de Monterrey, virrey de la Nueva España, el año de 1602, siendo General Sebastián Vizcaíno de la armada que fue a hacer el dicho descubrimiento.
Hecho por padre fray Antonio de la Ascensión, religioso descalso de N.ª S.ª del Carmen, que fue segundo cosmógrafo [el primero o ‘cartógrafo mayor’ es Jerónimo Martí Palacios, según —San Pío— le acompaña el cosmógrafo Gaspar de Alarcón y Navarrete da a entender que lo hace solamente Ascensión] del dicho descubrimiento”. “Gracias a la relación de Vizcaíno, al derrotero que consignó el cosmógrafo y a lo que asimismo escribió el mencionado carmelita [Ascensión], pueden valorarse los frutos de esta salida [expedición] [...]. Más tarde, el famoso Enrico Martínez recibirá, con base en los datos que se le habían proporcionado, el encargo de trazar a escala, y como buen cosmógrafo que era, las cartas o ‘demostraciones’ de las bahías, puertos y lugares principales de las costas visitadas” (León-Portilla). En cambio Mathes indica que este Derrotero [...] lo elabora conjuntamente con Francisco de Bolanos, el 21 de marzo de 1603. Navarrete señala la “relación que dio para enviar à S.M.
juntamente con el Parecer del mismo viaje, por si las que dio en aquel tiempo se hubiesen olvidado. Asimismo “reformó y añadió” (Navarrete) el Derrotero cierto y verdadero, escrito por el piloto Franco de Bolaños, para navegar desde cabo Mendocino, altura boreal de 42º, hasta el puerto de Acapulco, hecho en el viaje del año 1602, y Tres pareceres que adjunta en Valladolid de Mechocan “a virtud” de la real cédula de 2 de agosto de 1628 dirigida a la Audiencia de México, con fecha de 29 de mayo de 1629 “sobre la forma y manera en que se podía hacer el descubrimiento y población de la California”. Posteriormente, el 8 de junio del mismo año, alude “sobre su población, pacificación y conquista, y su importancia para descubrir el estrecho de Anian, que creía que se hallaría cerca del cabo de Mendocino”, y el 22 de marzo de 1632, trata sobre el puerto y “calidades” de California, “ventajas que resultarían de su descubrimiento y conquista, y la forma y manera de hacerla, igualmente que la población del puerto de San Bernabé en el cabo de San Lucas”.
Según un estudio crítico realizado por Portillo sobre la documentación del viaje de Vizcaíno en 1602, alude al viaje de regreso, desde el cabo Mendocino a Acapulco, realizado por Francisco de Bolaños y fray Antonio de la Ascensión, en cuyo primer párrafo resalta que este derrotero está hecho por “Fray Antonio de la Ascensión, religioso descalzo de Nuestra Señora del Carmen, que fue por segundo cosmógrafo del dicho descubrimiento”, sin embargo al final del mismo escrito indica que “este derrotero se hizo el año de mil seiscientos y tres y seiscientos y dos; hizole el piloto Francisco de Bolaños y le reformó y añadió muchas cosas que faltaban el padre Fray Antonio de la Ascensión [...]”, cuyo texto es “usado” por Torquemada, como señala Ascensión que “la trae impresa el Padre Fray Juan de Torquemada, de su Monarquía Indiana”. Mientras, en el manuscrito 3042, elabora una “Relación breve en que se da noticia del descubrimiento que se hizo en la Nueva España, en la Mar del Sur desde el puerto de Acapulco hasta más adelante del cabo Mendoçino en que se da quenta de las riquezas y buen temple y comodidades del Reyno de California [...] por el Padre Fray Antonio de la Ascensión [...]. Acompaña carta de D. Francisco Ramírez de Arellano remitiendo la Relación, México, 21 de octubre de 1620, Folio 20”. En esta expedición se fijaron la toponimia de las costas de California, que sirvieron de referencia para la navegación hasta fines del siglo xviii, pues según se señala en Las grandes exploraciones “por un mal mapa elaborado [por Ascensión] [...] que perduró hasta principios del siglo xviii”, cuando fray Eusebio Francisco Kino realiza un viaje por tierra que permite redefinir la forma peninsular de California, confeccionando un mapa en 1701, como también lo confirma el capitán Hernando de Alarcón. Aunque, todavía en septiembre de 1717, el padre Jaime Bravo redacta un informe al virrey marqués de Valero, en el cual, ignora o duda del descubrimiento de los jesuitas Kino y Juan María Salvatierra de una ruta terrestre de Sonora a California, cuando “escribió en el punto sexto datos sobre un brazo de mar del Golfo de California que llegaba hasta el Mar del Sur” (Las grandes exploraciones). De igual forma, en Las perlas y el viaje de Vizcaíno se afirma que no todo fueron aciertos en el viaje de Vizcaíno, pues una cosa que inexplicablemente no observan el navegante, aunque la misma omisión puede achacárseles a Cabrillo, Drake y Rodríguez Cermeño, fue el ignorar la bahía de San Francisco, frente a la cual pasaron sin verla y mucho menos penetrar en ella. Pero más grave aún, es que al finalizar el viaje, fray Antonio de la Ascensión manda varios memoriales a Felipe III en los cuales pedía al monarca la colonización de Cabo San Lucas, lugar del que se podría partir en busca del estrecho de Anián, el cual, supuestamente permitiría la navegación directa a España de los galeones procedentes de Manila y Perú, ya que, según él, California era una inmensa isla en cuyo extremo septentrional se encontraba el “multicitado” estrecho. Asimismo, en una de estas cartas se refiere a la actitud de los indígenas de San Diego ante los españoles, señalando que “[...] la gente de la cual nos hablaron los indios pudieran ser extranjeros, holandeses o ingleses, que han hecho el viaje por el Estrecho de Anián y pudieran haberse asentado en la otra costa de esta isla que da al Mar Mediterráneo de California. Puesto que [...] es angosto, [...] puede ser que el otro mar esté cerca de ese lugar [...] es probable que tengan grandes intereses y beneficios allí, puesto que su viaje es tan largo y difícil. Aun así, es cierto que pasando por el Estrecho de Anián y llegando a su tierra por esa latitud, su viaje es únicamente la mitad del que se haga del puerto de San Juan de Ulúa a España... para expulsar de allí a tan peligrosos enemigos y que no contaminen a los indios con sus sectas y libertad de conciencia, de lo cual seguirá gran daño a sus almas” (The Explorers, San Diego Historical Society), pero como igualmente se indica en Las perlas y los viajes de Vizcaíno “estas falsedades, producto de la imaginación del carmelita o tal vez expresadas con el fin de despertar en el monarca el interés por más exploraciones, influyeron en el retraso de la cartografía de la época, al persistir como verdades por más de 100 años”. En cambio, Torres señala que “Fray Antonio de la Ascensión vio desde luego en qué consistía el porvenir de esta productiva tierra. La trascendencia de su viaje hay que apreciarla teniendo en cuenta toda la relación, muy singularmente los pasajes apuntados, y no sólo aquellos relativos á que los expedicionarios debían confesar y comulgar al embarcarse y saltar en tierra. Estaba en la realidad de las cosas, y no contaba sólo para reducir indios con la problemática directa ayuda de la Providencia”. E igualmente, Martín resalta a favor de Ascensión “que en algunos momentos del viaje jugó un papel importante en la pacificación de los indios”, aunque la redacción de Ascensión de 1620 asegurando el descubrimiento del estrecho de Anien es lo que motiva que “surgieron muchos aventureros que pretendían descubrir los lugares indicados por el fraile y deseosos de hacer fortuna con la pesca de las perlas”, y el error cartográfico permanece. Una localidad en México perpetúa el nombre de san Antonio de Ascensión (La Ascensión) en el municipio de san José Iturbide, en el Estado de Guanajuato.
Bibl.: J. L. Ferroli, The Missionary Ideal of Fr. Antonio de la Ascensión (inéd., cfr. Zuazua); Relación del viage hecho por las goletas sutil y mexicana en el año de 1792 para reconoce el estrecho de Fuca, con una introducción en que se da noticia de las expediciones executadas anteriormente por los españoles en busca del paso del noroeste de la América, Madrid, Imprenta Real, 1802; J. A. Llorente, Historia crítica de la inquisición de España, t. VII, Madrid, Imprenta del Censor, 1822; M. Fernández Navarrete, Biblioteca marítima española, obra póstuma, t. I, Madrid, Imprenta de la viuda de Calero, 1851, 110-111; R. Torres campos, España en California y en el Noroeste de América. Conferencia, Madrid, Impresores de la Real Casa, Tipografía Sucesores de Rivadeneyra, 1892, pág. 11; Santa Teresa de Jesús, Santa Teresa de Jesús por las misiones, Vitoria, Ediciones El Carmen, 1959, págs. 219-220 (Biblioteca Nacional, manuscrito 3042); M. León Portilla, “El ingenioso Don Francisco de Ortega. Sus viajes y noticias californianas, 1632-1636”, en Revista Estudios de Historia Novohispana, vol. 3, México, Instituto de Investigaciones Históricas, Universidad Nacional Autónoma de México, 1970, págs. 83-128 (http://www.ejournal.unam.mx/ehn/ehn03/EHN00304.pdf, 5); J. de Torquemada, Monarquía indiana: de los veinte y un libros rituales y monarquía indiana, con el origen y guerras de los indios occidentales de sus poblazones, descubrimiento, conquista, conversión y otras cosas maravillosas de la mesma tierra. México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, 1975 (coordinación del texto de Miguel León-Portilla), 3 vols.; A. del Portillo, Descubrimientos y exploraciones en las costas de California 1532-1650, Madrid, Rialp, 1982, págs. 199-201 (2.ª ed.); M. P. San Pío, Exploraciones españolas del siglo xvii. El paso del noroeste, Madrid, Mapfre, 1992; G. de la Beltrán Larolla, “La evangelización de América, la obra misionera de los padres Carmelitas Descalzos”, en Memoria Ecclesiae V. Órdenes religiosas y evangelización de América y Filipinas en los Archivos de la Iglesia. Santoral Hispano- Mozárabe en España. Actas del VIII Congreso de la Asociación de Archiveros de la Iglesia en España, de Agustín Hevia Ballina (edición), Oviedo, 1994, pág. 143; M. Casado Arboniés, “Los carmelitas descalzos del Colegio-Convento de San Cirilo de la Universidad de Alcalá de Henares y su paso a la Nueva España a finales del siglo xvi”, en E. González González y L. Pérez Puente, Permanencia y cambio I. Universidades hispánicas 1551-2001, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2006, 509; D. V. Moreno, Los carmelitas descalzos y la Conquista Espiritual de México, 1585-1602, México, 1966 (www.ocd.pcn.net/mission/LAR-3-ES.htm - 35k); M. Mathes, “The Puerto de Don Gaspar. A Note On An Erroneous California Place Name”, en The Journal of San Diego History, \ Journal of San Diego History.htm; G. Martín García, “Las misiones jesuitas de Baja California”, en //pd-revista-historia.org/archivos/1159135629.PDF, 14-15; A. de la Ascensión, Varias noticias tocantes a las Californias, copiadas del capítulo último de la relación de la segunda entrada de Sebastián Vizcaíno, la cual escribió un religioso carmelita, //biblioteca.universia.net/ irARecurso.do?page=http%3A%2F%2Flyncis.dgsca.unam.
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Miguel-Héctor Fernández-Carrión