Chiriboga y Daza, Ignacio. Quito (Ecuador), c. 1680 – XI.1748. Cura párroco y canónigo de la catedral de Quito, orador sagrado, erudito y bibliófilo.
Estudió en el Colegio de San Luis y la Universidad de San Gregorio, que regentaban los jesuitas en Quito; pero más que en esos planteles su formación la hizo a través de vastas lecturas, muy tempranamente comenzadas, en especial del Teatro Crítico de Feijoo.
“El año de 28 —escribió en la Dedicatoria de su sermón de Santa Rosa— traxo la fortuna a mis manos los primeros tomos del Theatro Crítico, hice tal concepto de ellos y me entregué de tal modo a su lectura, que, como si cada hoja suya fuera la de aquel célebre lotos, cuya dulzura hacía olvidar otras cualesquiera delicias, me obligaron a abandonar cuantos libros habían sido antes mi divertimento o mi estudio.” Admiró en la obra del benedictino la abundancia de importantes noticias, pero, sobre todo, la calidad de sus períodos, de “redondez armoniosa”, que procuraría emular en su oratoria sagrada.
Lector voraz y espíritu abierto a las corrientes culturales de su tiempo, enriqueció estupendamente su biblioteca. Según testimonio de La Condamine, contenía seis o siete mil volúmenes de bellas letras.
Predicador celebrado, publicó en Madrid, en 1739, un tomo con los sermones con que había solemnizado algunas festividades del calendario litúrgico, la mayor parte en la catedral de Quito.
El prestigio del célebre orador y hombre de letras quiteño trascendió las fronteras de la Audiencia. En Madrid, en 1748, apareció impresa una Carta o diario dirigida a él, como a “su más venerado amigo”, por el ilustre José Eugenio de Llano y Zapata.
A su muerte, el gran poeta padre Juan Bautista Aguirre le dedicó una elegía en que exaltaba su ciencia e ingenio. Era, decía en una cuarteta, “Por quien nuestro nuevo mundo / pudo oponer, jactancioso, / a arrogancias europeas / americanos asombros”.
Y años más tarde, el humanista jesuita padre Ayllón escribió del “famoso Dr. Dn. Ignacio Chiriboga y Daza” que fue “archivo de erudición, biblioteca viviente, animada enciclopedia de las artes, lenguas, ciencias y sabiduría: como que él solo equivalía a una entera universidad de maestros y doctores”.
Chiriboga y Daza fue uno de los mayores exponentes del conceptismo reinante en el xviii quiteño.
Obras de ~: Sermones varios que a diversas festividades de el año predicó en la ciudad de Quito el Doct. D. Ignacio de Chirivoga y Daza Canonigo de la Santa Iglesia Cathedral de Quito, y Examinador Synodal de aquel Obispado, Madrid, por Don Gabriel del Barrio Impresor de la Real Capilla de su Magestad, 1739; “Un fragmento de la dedicatoria del panegírico del sermón de Santa Rosa”, en Antología de Prosistas Ecuatorianos, t. I, Quito, Imprenta del Gobierno, 1895, págs. 179-183; “El sermón de la Purísima Concepción de María Santísima, Señora Nuestra, predicado en la catedral de Quito, el 8 de diciembre de 1737”, en Prosistas de la Colonia, Puebla, Cajica, Biblioteca Ecuatoriana Mínima, 1960, págs. 323-344.
Bibl.: Carta, ó diario que escribe D. Joseph Eugenio de Llano y Zapata, a su mas venerado amigo, y Docto Correspondiente, el Doctor Don Ignacio Chiriboga y Daza, Canonigo de la Santa Iglesia de Quito, Madrid, 1748; I. J. Barrera, Historia de la Literatura Ecuatoriana, vol. II, Quito, Casa de la Cultura Ecuatoriana, 1954, págs. 112-113; “Carta al Sr. Dn Luis Andramuño (Fragmento)”, en Los jesuitas quiteños del extrañamiento, Puebla, Cajica, Biblioteca Ecuatoriana Mínima, 1960, pág. 540; H. Rodríguez Castelo, Literatura en la Audiencia de Quito. Siglo xviii, Quito, Consejo Nacional de Cultura-Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, Núcleo de Tungurahua, 2002, págs. 1167-1180.
Hernán Rodríguez Castelo