Pérez de Perceval y del Moral, Jesús. Perceval. Almería, 18.IV.1915 – 2.X.1985. Pintor.
Estudió de niño en la Escuela de Artes y Oficios, realizando continuos viajes a Madrid, donde se impregnó de arte cosmopolita. En 1934 obtuvo la Medalla de Oro, Premio de Honor del Presidente de la República en la Exposición Provincial por su obra Los aguilanderos, y ese mismo año fue becado por la Diputación y por el Ministerio del Estado español para ampliar estudios en el extranjero. En 1936 obtuvo un gran éxito en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid con la obra Ha muerto un hombre. Al comienzo de la Guerra Civil, se vio forzado a trasladarse a Valencia y en 1937 se le concedió la Medalla de Oro de la Exposición Universal de París, destacando sus obras La huida de Málaga y Sueño de paz. En su juventud fue un pintor figurativo, trágico, de colores oscuros, fondos negros y alegorías macabras.
Terminada la guerra, volvió a Almería, donde fue nombrado asesor provincial de artes plásticas. Participó activamente en la reconstrucción artística de la ciudad. Conoció a Eugenio D’Ors, quien se convirtió en su principal mentor. A principios de la década de 1940, Perceval constituyó todo un punto de referencia en el mundillo artístico almeriense y su multidisciplinariedad le permitió globalizar todas sus inquietudes en una determinada visión del arte, era un hombre renacentista. Buscaba la compañía de literatos, arqueólogos, filósofos, historiadores, músicos... y en ese mundo abigarrado de ideas y de tertulias surgió una vía de canalización de todas sus inquietudes, el Movimiento Indaliano, que capitalizó junto con un grupo de jóvenes pintores. Tomaron como símbolo una figura rupestre, el Indalo, que pasó a ser el tótem del grupo. Prepararon varias exposiciones “indalianas” que culminaron con la exposición del grupo en 1947 en el Museo Nacional de Arte Moderno de Madrid. El año siguiente fueron seleccionados en el Sexto Salón de los Once que recogía a los once mejores pintores que habían expuesto en Madrid durante el año anterior. Sus obras se basan en la estética indaliana: rostros clásicos con una expresión nueva, con colores vivos y gran plasticidad basada en la luz mediterránea.
A partir de la década de 1950 dibujó cabezas, paisajes insólitos, escenas simbólicas..., y expuso en Múnich, París, Roma, Chile, Bolivia, Argentina, Perú, Cuba, Portugal y en numerosas ciudades españolas.
De esta época surgieron sus obras más destacadas: La familia, Autorretrato y, sobre todo, La degollación de los Inocentes, con la que, en 1951, participó en la I Bienal Hispano Americana de Arte, constituyendo la máxima atracción de la misma. Su técnica de pintar la mayoría de sus cuadros en encáustica (mezcla de pintura fundidas con soplete) causó admiración debido a la gran belleza que imprime a la obra.
La llegada del cine y del turismo a Almería en la década de 1960, junto con el impulso de los medios de comunicación de masas acrecentó su imagen polifacética (pintor, escultor, fotógrafo, tertuliano, filósofo...).
Personaje controvertido, agudo, irónico, verdadero pilar en la cultura almeriense del siglo XX, ha dejado su huella en su ingente obra y en el propio Indalo, seña de identidad de Almería.
Obras de ~: Los aguilanderos, 1933; Sueño de paz, 1937; La adúltera, 1943; Los mellizos, 1949; Autorretrato, 1950; La familia del pintor, 1950; La degollación de los inocentes, 1951; Hasta que se aniquile, 1965; Niño del Pitaco, 1967; Maternidad, 1967; Mojaquera del cántaro, 1970; Amargura, 1973; María del Mar, 1974; Niña con el aro, 1981.
Bibl.: M.ª D. Durán Díaz, Historia y estética del Movimiento Indaliano, Almería, Cajal, 1981; J. L. Ruz Márquez, Perceval, pintor indaliano, Almería, Cajalmería, 1982; A. Fernández Gil, Jesús de Perceval, Almería, Instituto de Estudios Almerienses, 1996; M.ª D. Durán Díaz y J. L. Ruz Márquez, La pintura de Jesús de Perceval, Almería, Instituto de Estudios Almerienses, 2002.
María Dolores Durán Díaz