Díez Gil, Pedro. Pampliega (Burgos), 14.I.1913 – Zaragoza, 14.XII.1983. Religioso escolapio (SChP), pedagogo, siervo de Dios.
Hizo sus primeros estudios en los Escolapios de Tolosa. Comenzó el noviciado en Peralta de la Sal el 15 de julio de 1928, profesando el 12 de septiembre de 1929. Emitió los votos solemnes el 25 de marzo de 1935. Terminados sus estudios sacerdotales y pedagógicos en 1935, fue destinado al Colegio Escuelas Pías de Zaragoza, donde transcurrirán todos los años restantes de su vida. Tras una experiencia breve con los niños pobres del entonces marginado barrio de las Delicias, recibió la ordenación sacerdotal el 10 de abril de 1937, partiendo como capellán de una compañía de “Flechas Azules”, compuesta de soldados hispano-italianos. Vuelto a Zaragoza, armonizó su capellanía con el trabajo escolar en el colegio.
Empiezan a destacar sus dotes de parvulista y su trabajo apostólico.
Hombre incansable en el apostolado sacerdotal con los pobres, enfermos y moribundos de la parroquia de San Pablo, donde llegó a realizar actos heroicos, que le ganaron la admiración de la parroquia, de la policía y de las autoridades eclesiales de la ciudad. Se ocupó, con igual intensidad, de promover el culto litúrgico en la iglesia del colegio, y fue nombrado consiliario del turno XVIII de la Adoración Nocturna de Zaragoza (1956) y de la Conferencia Vicentina San José de Calasanz (1969). Ejerció estos cargos hasta que la enfermedad final minó sus fuerzas.
Pero su trabajo específico y sus éxitos pedagógicos entre 1935 y 1980 tuvieron lugar entre los niños de cinco años del parvulario de su colegio, que él organizó con acertadas medidas didácticas. Con gran intuición, buscó métodos nuevos para enseñarles a leer, escribir y rezar con provecho y facilidad. Cuando intentaron las Escuelas Pías de España publicar textos nuevos para sus alumnos, Textos E. P., la Editorial Bibliográfica Española encargó a los padres Pedro Díez y Joaquín Erviti (Vasconia) la preparación de las cartillas para párvulos y libros de lectura infantil. Cumplieron el encargo, partiendo del método ideológicofonomímico, que venían utilizando en sus respectivos parvularios de Zaragoza y Pamplona. El padre Pedro ya había preparado y publicado años antes una cartilla con ilustraciones en color. El padre Erviti redactó la nueva cartilla, que tomó el sugestivo título de Chiquitín.
El padre Pedro completó Chiquitín con un sistema de fichas, que preparó a mano y consiguió después editarlas. A esas fichas asoció los medios audiovisuales, tras la preparación artesanal de más de diez mil diapositivas. Intervino activamente en la redacción de libros de lectura infantil y particularmente del titulado Sonrisas, ayudado por sus compañeros, el escritor y poeta Benedicto Lorenzo Blancas y el dibujante Ángel Lalinde. Pero no terminó aquí su trabajo.
El padre Pedro formó a nuevas generaciones de maestros en el arte de enseñar a los párvulos, probó la bondad del método ideológico-fonomímico con clases prácticas con soldados en los cuarteles y con niños en escuelas públicas y privadas, y lo difundió en asambleas, jornadas y congresos pedagógicos, desarrollados en Zaragoza, Madrid, Salamanca, Santander, La Rioja, Valencia, Barcelona... Con el mismo fin, fue invitado a viajar a países de Hispanoamérica.
No pudo, o no se animó, apretado por sus muchas ocupaciones.
El 2 de mayo de 1973 firmó el ministro de Trabajo de España el decreto de concesión al padre Pedro la Medalla al Mérito en el Trabajo en su categoría de Plata. Comprada por suscripción popular, le fue impuesta en acto solemne el 24 de junio. El padre Pedro en su homenaje manifestó en su discurso: “Soy un pequeño tornillo de una máquina maravillosa de la educación escolapia y zaragozana. A la hora de bendecir socialmente esa máquina, la gota de honor ha caído casualmente sobre mí, y eso es todo”.
Siguiendo todas las normas canónicas y superado el trámite normal dentro de la Orden Escolapia, el 30 de mayo de 1997 tuvo lugar la apertura del proceso ordinario de beatificación y canonización, instituido en el arzobispado de Zaragoza. El 6 de octubre de 1997 se trasladó el cuerpo incorrupto del siervo de Dios desde el cementerio a la iglesia del colegio Escuelas Pías. El 14 de noviembre de 1998 se clausuró el proceso ordinario. Y el 12 de noviembre de 1999 aprobó el proceso la Congregación Vaticana para las Causas de los Santos, donde está en estudio la heroicidad de las virtudes del padre Pedro, que precede a su beatificación y canonización.
Bibl.: D. Cueva, Sacerdote y Maestro. Biografía del Padre Pedro Díez, Zaragoza, Gráficas Salduba, 2000; Congregatio de Causis Sanctorum, Beatificationis et Canonizationis Servi Dei Petri a Virgine de Carmelo (in saeculo Petri Díez Gil) Sacerdotis Professi ex Ordine Clericorum Regularium Pauperum Matris Dei Scholarum Piarum (1913-1983) Positio super vita, virtutibus et fama sanctitatis, Roma, 2001; F. Ortega Barriuso, Diccionario de la Cultura en Burgos. Siglo XX, Burgos, Editorial Dossoles, 2001, pág. 261.
Dionisio Cueva González, SChP
