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Agustín Álvarez de Toledo

Biografía

Álvarez de Toledo, Agustín. ?, p. m. s. xvi – Madrid, 23.IV.1601. Consejero de Indias.

En los inicios de su carrera, este letrado aparecía entre los protegidos del cardenal Espinosa, en cuyo libro de apadrinados figuraba. Posteriormente, Agustín Álvarez de Toledo y su hermano Pedro Núñez de Toledo fueron dos personajes estrechamente vinculados a Mateo Vázquez, para quien realizaron una importante labor. Si bien desarrollaron una significativa actividad en la Corte como informadores de su patrón haciendo gala de una estricta discreción, también contribuyeron decisivamente a propagar una imagen positiva del mismo, en la que procuraron resaltar la rectitud como principal característica de su comportamiento. Esta actuación adquirió una especial relevancia a finales de la década de los setenta, cuando ambos hermanos contactaron con los individuos más destacados de la Corte para procurar su vinculación al partido castellanista. Propuesto por Vázquez para ocupar la fiscalía de la Contaduría Mayor en 1578, ese mismo año el secretario se refería a él como a “otro doctor Velasco, aunque mas mirado y templado”, sugiriendo incluso nombrarle sucesor de Covarrubias al frente del Consejo Real. Elegido procurador por Madrid en las Cortes celebradas en 1579, captó la atención del Monarca con su aplicación en las discusiones económicas. De forma simultánea, realizaba diversas maniobras para denunciar la responsabilidad de Antonio Pérez en el asesinato de Escobedo, informaba a Mateo Vázquez de la situación cortesana y propalaba la ineficacia de Pazos en la presidencia del Consejo Real. La postración papista tras la detención de Antonio Pérez se tradujo en un aumento de su protagonismo, pues recibió entrada en la Junta de Cortes y Arbitrios e ingresó el cargo de oidor de la Contaduría Mayor en 1581. Tras ser propuesto en diversas ocasiones, por Hernando de Vega, Barajas y Mateo Vázquez, para que fuera nombrado consejero de Castilla o de Indias, adquirió este último título el 16 de agosto de 1589. Para vencer la resistencia del Rey, anclada en los rumores sobre la escasa limpieza de sangre de Agustín Álvarez de Toledo, acaso había resultado decisiva su denodada elaboración de memoriales en defensa de las contribuciones eclesiásticas a la empresa de Inglaterra. Nada más ingresar en el Consejo de Indias, se distanció de Vega, al discrepar sobre el asunto del matrimonio de la hija del duque del Infantado; este alejamiento coincidió con la decadencia de la facción castellanista, expresada en la visita al Consejo de Indias. Álvarez de Toledo supo adecuarse a la nueva situación, comenzando a adquirir un marcado protagonismo en el tratamiento de los asuntos que competían a la institución, principalmente en las cuestiones hacendísticas, después de que Pablo de Laguna asumiese la presidencia del Consejo.

Así, a finales de 1595, Felipe II trató de buscar un remedio a las dificultades financieras que atravesaba la Monarquía, conformando una comisión para que examinase los medios que se habían de seguir para lograr un aumento de los ingresos procedentes de los territorios americanos. Agustín Álvarez de Toledo fue uno de los convocados para asistir a esta Junta de Hacienda de Indias, junto al presidente Laguna, el secretario Ibarra y el consejero Molina de Medrano.

Por otra parte, seguían sucediéndose los problemas a causa de la intervención del Consejo de Hacienda en los temas referidos a la Casa de la Contratación, situación que se percibía en el Consejo de Indias, como una injerencia en sus atribuciones. Para clarificar las competencias de ambas instituciones, el Monarca ordenó que se reuniesen, en 1597, los presidentes de ambos Consejos, Álvarez de Toledo, el secretario Ibarra y el fiscal del Consejo de Hacienda con la finalidad de establecer un acuerdo sobre esta materia. No obstante, no se alcanzó ninguna solución durante el reinado de Felipe II, por lo que las disputas continuaron produciéndose después de que su sucesor accediese al trono. Integrado en el círculo clientelar del valido del nuevo Monarca, Álvarez de Toledo obtuvo diversos favores derivados de esta relación. Además de proseguir con su señalada actividad como consejero, formando parte de las juntas que Felipe III convocó en 1599-1600 para tratar la cuestión concerniente al servicio personal de los indios, logró la concesión de varias mercedes económicas que le distinguieron del resto de los servidores de la institución, para lo que contó con el apoyo y mediación del secretario Juan de Ibarra. Asimismo, el 19 de enero de 1601, fue designado uno de los miembros de la Cámara de Indias, que, conformada por clientes de Lerma, procuraba a éste el control del organismo. Sin embargo, no pudo disfrutar su favorable situación, pues falleció al poco tiempo.

 

Fuentes y bibl.: Instituto Valencia de Don Juan, envío 16, cajas 27bis, fol. 11r.; envío 21, caja 31, n.os 250 y 259.

G. Marañón, Antonio Pérez (el hombre, el drama, la época), vol. I, Madrid, Espasa Calpe, 1963 (7.ª ed.), págs. 381-382; J. M. Carretero Zamora, “Régimen electoral de Madrid a las procuraciones en Cortes: las ordenanzas electorales de los siglos xvi y xvii”, en Espacio, Tiempo y Forma. Historia Moderna, 4 (1988), pág. 191; I. J. Ezquerra Revilla y H. Pizarro Llorente, “Álvarez de Toledo, Agustín”, en J. Martínez Millán y C. J. de Carlos Morales (dirs.), Felipe II, 1527- 1598. La configuración de la Monarquía hispana, Valladolid, Junta de Castilla y León, 1998, págs. 321-322; I. J. Ezquerra Revilla, El Consejo Real de Castilla bajo Felipe II, Madrid, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 2000, págs. 140, 156-157, 194 y 211; E. Schaefer, El Consejo Real y Supremo de las Indias, vol. I, Madrid, Marcial Pons-Junta de Castilla y León, Consejería de Educación y Cultura, 2003, págs. 289 y 336.

 

Alejandro López Álvarez

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