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Juan de Ibarra y Mallea

Biografía

Ibarra y Mallea, Juan de. Eibar (Guipúzcoa), 1558 – Madrid, 24.XII.1611. Secretario y consejero de Felipe II y de Felipe III.

Hijo de Cristóbal Pérez de Herrera y Magdalena de Mallea, familia con raíces en Ermua y Eibar. Su padre, hijo natural de Pedro Yáñez de Ibarra e Isabel de Cerezo, había desempeñado en Sevilla, donde nació, diversos oficios relacionados con provisiones y mercancías. Posteriormente se asentó en Eibar, donde procuró olvidar sus anteriores ocupaciones, impropias de la hidalguía de la que hizo gala a pesar de su nacimiento, y desempeñó cargos municipales propios de la baja nobleza local. Como tantos hidalgos vascos con vocación de servicio en la Administración real, su hijo Juan se encaminó a la Corte y se incorporó como oficial en la Secretaría de Obras y Bosques, cuyo titular era Pedro del Hoyo. Cuando éste falleció, en 1568, fue nombrado en su lugar el secretario Martín de Gaztelu, y Felipe II decidió que Ibarra permaneciera bajo su mando en los asuntos de palacios, casas, jardines, cotos y demás bienes del patrimonio real de esta índole. Las relaciones entre el secretario y el oficial no fueron amistosas, quizás porque Ibarra también trabajaba en el escritorio de Antonio Pérez. Cuando, en 1579, el famoso secretario aragonés cayó en desgracia y fue apresado, igualmente Ibarra fue enviado durante un mes a la cárcel. La situación fue transitoria y pronto fue rehabilitado. Además, Ibarra supo ganarse el favor de la facción encabezada por Mateo Vázquez, por entonces en la cumbre de su influjo cortesano.

En 1580, tras la muerte de Gaztelu, se produjeron diversas pugnas por acceder a los numerosos oficios que éste dejaba vacantes. Felipe II, que se encontraba en Badajoz dispuesto a entrar en Portugal, decidió no adoptar una determinación definitiva, pero encargó a Ibarra que interinamente comenzara a dirigir la Secretaría de Obras y Bosques. Al mismo tiempo, Ibarra se encargaba de los papeles de Italia en la Secretaría del cardenal Granvela, que había regresado a la Corte en agosto de 1579 y recibió de Felipe II la responsabilidad de permanecer en Madrid como regente (15801583). Tras demostrar su valía en estos cometidos, el 18 de noviembre de 1585 Felipe II le despachó título de secretario real, con destino en el Consejo de Indias. Con el paso de los años la experiencia e influencia de Ibarra en la materia fue creciendo, y participó en diversas comisiones y juntas. En 1589 fue enviado a Sevilla con misión de negociar un empréstito con los mercaderes sevillanos, pero no tuvo éxito y su actuación despertó evidentes recelos. En 1591 fue incluido en la Junta Grande de Hacienda, que había recibido la orden de estudiar las maneras de incrementar los ingresos. Ibarra actuó como su secretario, encargado de comunicar directamente a Felipe II los medios que se proponían (empréstito general, maquila sobre la harina, erarios, etc.). Dos años después, Felipe II propuso su ingreso en el Consejo de Hacienda, pero diversas circunstancias motivaron que éste no llegara a producirse, como las reticencias del presidente Laguna sobre el lugar y precedencia que ocuparía, o la posterior promulgación de las Ordenanzas de El Pardo. En el tránsito de la centuria, Ibarra intervino en la Junta de Armadas, en la Junta de Guerra de Indias, y en diversas juntas mixtas de Indias y Hacienda. Cuando en 1601, finalmente, se creó la Cámara de Indias, encargada de proponer los nombramientos y mercedes, se le incluyó como secretario con voto consultivo.

En los albores del nuevo reinado, Ibarra había sabido ganarse la confianza del duque de Lerma. Así, en 1604 solicitó ser exonerado del oficio de secretario, y el 20 de noviembre Felipe III le nombró consejero de capa y espada del Consejo de Indias, también con entrada en la Cámara. Sus salarios, por entonces, ascendían a 4.400 ducados anuales (1.650.000 maravedís, distribuidos de la siguiente manera: 100.000 por la Secretaría de Obras y Bosques, 500.000 como consejero de Indias, 50.000 por la Cámara de Indias, y 1.000.000 en concepto de merced por haberse desprendido de la Secretaría del Consejo. Además, recibía importantes rentas sobre ingresos coloniales, como 2.400 pesos sobre los repartimientos de indios al menos entre 1603 y 1608. Durante su vida, Ibarra había procurado mejorar continuamente su prestigio social y su patrimonio. El 20 de febrero, sin que fuera obstáculo la bastardía de su padre, obtuvo el título de caballero de Calatrava, la encomienda de Moratalaz, y una renta de 6.000 ducados sobre los repartimientos de indios del Perú. En noviembre de este año se hizo con un nombramiento de regidor en el Ayuntamiento de Madrid. Contrajo matrimonio con Catalina de Rojas y Aguilera, de buena y noble familia, que aportó un importante mayorazgo y dote, que incluía el señorío de Congosto, si bien con el enlace se estableció que los hijos del matrimonio heredarían el apellido materno Aguilera. En suma, Ibarra, que hizo testamento el 20 de diciembre de 1611, concentró una considerable riqueza (fincas, casas, juros, artículos de lujo, dinero), valorada en el momento de su muerte en 23.349.710 maravedís. Tampoco era, no obstante, escaso su endeudamiento, evaluado en 9.445.946 maravedís, en concepto de censos e impagos. Su entierro fue costoso, solemne y ceremonioso. Cuando el cronista Cabrera de Córdoba recogió la noticia de su muerte, señaló que había sido “persona de quien se hacía mucho caso en su Consejo, por las buenas partes que tenía”.

 

Bibl.: L. Cabrera de Córdoba, Relación de las cosas sucedidas en la corte de España desde 1599 hasta 1614, Madrid, 1857 (ed. facs., Valladolid, Consejería de Educación y Cultura, 1997); E. Schäfer, El Consejo Real y Supremo de las Indias, Sevilla, Universidad, 1935-1947, 2 vols.; J. A. Escudero, Los secretarios de Estado y del Despacho (1474-1724), Madrid, Instituto de Estudios Administrativos, 1976, 4 vols.; A. Guerrero Mayllo, “Estilo de vida de un burócrata del siglo xvi: D. Juan de Ibarra y Mallea”, en Espacio, Tiempo y Forma, IV, Historia Moderna (1991), págs. 39-56; J. Martínez Millán y C. J. de Carlos Morales (dirs.), Felipe II (1527-1598). La configuración de la Monarquía Hispana, Valladolid, Junta de Castilla y León, 1998.

 

Carlos Javier de Carlos Morales