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Sancho Dávila y Toledo

Biografía

Dávila y Toledo, Sancho. Ávila, 9.X.1546 – Jaraicejo (Cáceres), 5.XII.1625. Obispo de Plasencia, escritor y bibliófilo.

Sancho Dávila y Toledo fue el último hijo habido del matrimonio entre Sancho Dávila y Carrillo de Mendoza —primogénito y heredero de Gómez Dávila y Dávila de Ribera, I marqués de la villa de Velada desde 1557— y Juana Enríquez de Toledo. Nacido en la ciudad de Ávila, a los pocos meses de haber fallecido accidentalmente su padre, era el menor de cinco hermanos. El primogénito, Gómez Dávila y Toledo, sucedió a su abuelo en 1561 como segundo marqués de Velada. El resto de hermanos, por orden de nacimiento, fueron Fernando de Toledo y Dávila, Diego Enríquez de Guzmán y Teresa de Toledo.

Debido a su precoz orfandad, Sancho permaneció toda su infancia estrechamente tutelado por su madre y sus familiares más directos. Juana Enríquez de Toledo era hermana de la duquesa de Alba, María Enríquez, esposa de Fernando Álvarez de Toledo, ambas hijas del III conde de Alba de Liste, Diego Enríquez de Guzmán. Este ascendiente le vinculo, como al resto de sus hermanos, con el poderoso linaje de los Toledo.

La carrera de Sancho Dávila quedó pronto encaminada al estudio y la oración. Su vocación religiosa fue, en cierta medida, forzada, pues pocas eran las opciones que tuvo al destacarse dos de sus hermanos en la milicia. Su madre puso especial esmero en vigilar su formación, que en todo momento contó con la protección de los duques de Alba, y así, a los ocho años de edad, fue llevado a Salamanca, donde principió sus estudios de Latín, Artes y Teología. Fue rector de la Universidad de Salamanca en cuatro ocasiones, 1570, 1572, 1585 y 1588. Leyó la cátedra de Sagrada Escritura después de fray Luis de León.

Desde muy temprano disfrutó de beneficios eclesiásticos, merced a su poderosa parentela. A los diecinueve años obtuvo una canonjía en Ávila, autorizada por Pío V gracias a la intercesión del duque de Alba.

Posteriormente, cuando ya estaba ordenado, recibió la de Coria, junto con la tesorería y el deanato de dicha iglesia, aunque las disfrutó brevemente al permutarlas por continuar sus estudios en Salamanca.

En 1590 se le concedió la canonjía de penitenciario de la catedral de Ávila. Al año siguiente obtuvo el obispado de Cartagena. No debía de andar lejos la mano de su hermano, Gómez Dávila y Toledo, marqués de Velada, ayo y mayordomo mayor del futuro Felipe III. En 1600 se le proveyó en el obispado de Jaén, donde permaneció tres lustros hasta que fue de nuevo promovido a otra diócesis, la de Sigüenza. En ésta permaneció desde 1615 hasta 1622, cuando se le envió al episcopado de Plasencia, sin duda la mejor diócesis de España después de las metropolitanas.

Estaba de visita pastoral por su obispado cuando le sobrevino la muerte en Jaraicejo, a comienzos de diciembre de 1625. La disposición testamentaria ordenaba el traslado de su cuerpo hasta Ávila, pues era su deseo reposar para siempre en la capilla familiar que él y su hermano, el marqués de Velada, habían comenzado a construir en la catedral de la ciudad del Adaja. Sin embargo, no se llevó a efecto el traslado hasta 1648.

Su actividad pastoral, durante el tiempo que presidió las mencionadas cuatro diócesis castellanas, fue intensa y recordada como ejemplo de dedicación espiritual.

Colaboró activamente en la reforma de Teresa de Jesús, de quien fue su confesor largo tiempo.

Sin duda, la faceta más destacada de la biografía de Sancho Dávila fue su vocación escritora. Su formación universitaria y su ponderada espiritualidad le permitieron dar a la imprenta numerosas obras, entre las que se cuentan varios sermones y constituciones sinodales y una Vida de San Vidal. Otras, por el contrario, permanecieron inéditas. Su especial veneración por las reliquias inspiró su principal obra, De la veneracion que se deue a los cuerpos de los sanctos y a sus reliquias y de la singular con que se a de adorar el Cuerpo de Iesu Christo [...] en el Sanctissimo Sacramento, publicada en Madrid en 1611, en la imprenta de Luis Sánchez. Dedicada a Felipe III, fue impresa con gran lujo tipográfico y alcanzó justa fama.

En relación con su particular gusto por la escritura estuvo también su afán lector. Buena muestra de ello fue su magnífica librería, que donó poco antes de fallecer a su sobrino Antonio Sancho Dávila Toledo y Colonna, III marqués de Velada y I marqués de la villa de San Román. Años antes había acordado donar a su hermano, Gómez Dávila, II marqués de Velada, todos los libros que poseía junto con sus estantes, cuadros, bufetes y otros objetos que componían su espectacular biblioteca. Constaba de más de dos millares y medio de volúmenes y, finalmente, fue instalada en una galería que el marqués Gómez Dávila ordenó construir en el convento franciscano de San Antonio de Padua, en la villa de Velada, próximo a la residencia de los marqueses. Allí permaneció su herencia libraria hasta su total dispersión a comienzos del siglo xix.

 

Obras de ~: La vida de S. Vidal mártir, Baeza, 1601; Relación de la fiesta que en la beatificación del B.P. Ignacio, fundador de la Compañía de Iesús, hizo su Collegio de la Ciudad de Granada en catorze de Febrero de 1610, Sevilla, 1610; De la veneración que se deue a los cuerpos de los sanctos y a sus reliquias y de la singular con que se a de adorar el Cuerpo de Iesu Christo [...] en el Sanctissimo Sacramento, Madrid, Luis Sánchez, 1611; Litaniae in cultum Sanctae Faciei Christi Domini, Baeza, 1613.

 

Bibl.: L. de Ariz, Historia de las grandezas de la ciudad de Avila, Alcalá de Henares, por Luis Martínez Grande, 1607; A. Fernández de Malpartida (OP), Historia y anales de la Ciudad y Obispado de Plasencia, Madrid, Juan González, 1627; M. Jimena Jurado, Anales de la Iglesia de Jaén, Madrid, 1654; P. Díaz Cassou, Serie de los Obispos de Cartagena, Madrid, Fortanet, 1895 (reprod. facs., Murcia, Instituto Municipal de Cultura, 1977); F. Candel Crespo, Un obispo postridentino: Don Sancho Dávila y Toledo (1546-1625), Ávila, Diputación Provincial, Institución Gran Duque de Alba, 1968; S. Martínez Hernández, “La biblioteca del convento de San Antonio de Padua de Velada (Toledo): origen y fortuna de la Librería Grande de los marqueses de Velada”, en Archivo Ibero-Americano, 235 (enero-abril de 2000), págs. 35-68; S. Martínez Hernández, El marqués de Velada y la corte en los reinados de Felipe II y Felipe III. Nobleza cortesana y cultura política en la España del Siglo de Oro, Salamanca, Junta de Castilla y León, 2004.

 

Santiago Martínez Hernández