Sanz, Raimundo. Hecho (Huesca), s. xviii – ?, 1786. Mariscal de campo, escritor y caballero de la Orden de Santiago.
Estudió Humanidades y Filosofía en la Universidad de Huesca y el 7 de julio de 1733 ingresó como cadete en el Regimiento de Artillería, estudiando con gran profundidad todo lo relacionado con la ingeniería militar, y ascendiendo el 29 de octubre de 1733 a subteniente de Minadores.
Como consecuencia del Primer Pacto de Familia firmado en El Escorial (Madrid), entre Francia y España, el 25 de octubre de 1733, se formó una expedición a Italia de 1734, una vez declarada la guerra contra el imperio austríaco, que se encontraba enfrentado a Francia. El subteniente Sanz, formó parte de esa expedición, que salió de Barcelona y de Antibes (Francia) simultáneamente al mando del capitán general conde de Montemar, conquistador de Orán.
La expedición estaba compuesta por veinte batallones de Infantería, treinta escuadrones de Caballería y Dragones, Artillería y oficiales del Real Cuerpo de Ingenieros. Felipe V nombró generalísimo de la expedición, que llegó a Italia a mediados del mes de enero, al infante don Carlos. Sanz tomó parte en la toma del castillo de Bayas, en la Campania, participó en la construcción de minas en Castelnovo y en el sitio del Cartel del Ovo. Más tarde estuvo en la expedición a Reggio di Calabria y en el choque entre las fuerzas españolas y alemanas como consecuencia de la misma, en que se consiguieron apresar un buen número de granaderos enemigos.
Estuvo en la toma del castillo de Schillo en la región de Calabria y en el sitio de Gaeta, en la región del Lazio, donde los austriacos soportaron un asedio de casi cuatro meses, hasta que el 6 de agosto la ciudad fue tomada por las fuerzas de don Carlos, que había sido nombrado duque de Parma.
Desde la península italiana, el subteniente Sanz pasó a la isla de Sicilia a mediados de agosto de 1734, con las fuerzas que, al mando del conde de Montemar, tomaron tierra en Solanto. Participó también en la demolición de Buxop y en el sitio de Cartel-a-Mar, en Palermo. Estuvo en la construcción de la minas del baluarte de Blasco de Terranoba en Mesina, en el estrecho del mismo nombre, y en el sitio de la plaza de Siracusa, al sudeste de la isla, donde los artilleros españoles que efectuaban los asentamientos de las baterías sufrieron numerosas bajas; a pesar de ello, el gobernador de la plaza solicitó la capitulación, antes incluso de que los cañones abrieran fuego. Con esto, finalizó la conquista de Nápoles y Sicilia, formándose el nuevo Reino de las Dos Sicilias, arrojando definitivamente de estas tierras a las fuerzas alemanas.
El 29 de noviembre de 1739 ascendió a teniente de Minadores y en 1743 participó, al mando supremo del teniente general Juan de Gages, que había sustituido a Montemar, en la zona de Rímini en una acción de minas avanzando por los atrincheramientos de la Turvia, tomando veinticuatro cañones de hierro del calibre veinticuatro y consiguiendo junto al resto de las fuerzas al mando directo del marqués de Suva hacer prisioneros al personal de varios batallones enemigos.
Posteriormente, en abril de 1744, estuvo en el sitio de la Ciudadela de Villafranca de Niza, situada en los Alpes Marítimos, ocupada por las tropas del Rey de Cerdeña y en los del Castillo de Dulcelaqua y de Dumont, donde volaron sus fortificaciones.
Participó a continuación en el sitio de la plaza de Coni (Cuneo), en la llamada batalla Madonna del Olmo, única plaza que impedía ya bajar a las llanuras del Piamonte de las tropas de la división franco-española, donde desbarató y volvió a construir en una noche los asentamientos para una batería de seis cañones de calibre veinticuatro, con los que rechazó por dos veces a las compañías de granaderos enemigos. Primeramente se habían construido dichas asentamientos pero por su mala dirección la contrabatieron los enemigos desde la plaza y desde un reducto que distaba medio tiro de fusil de la batería propia. Los mandos que dirigían el sitio decidieron que se abandonase el mismo, pero al comprobar el éxito de la nueva construcción, decidieron esperar.
Desde la plaza arrojaron varias carcasas incendiadas, que cayeron sobre la puerta del mayor repuesto de pólvora que existía para dotar a las piezas de artillería.
El capitán Sanz extinguió el fuego, arrojándole su capa y poniéndose encima de él, por lo que recibió otra vez el agradecimiento en nombre del Felipe V.
En el sitio del castillo de Sarrabod, construyó un asentamiento para una batería de seis cañones de calibre veinticuatro a menos de un tiro de fusil del castillo; la comenzó a las ocho de la mañana y a las seis de la tarde ya se encontraba en condiciones de hacer fuego con lo que se consiguió la rendición del castillo a las seis horas.
Participó más tarde en la construcción de la batería contra la ciudad de Tortona, en el Piamonte, con la que se batió la ciudad hasta su rendición; en la construcción de una batería de veintiséis cañones de veinticuatro contra su castillo y construyó también una mina para facilitar el acceso al mismo.
Estuvo en la acción por sorpresa sobre Pavía y en el sitio de la Ciudadela de Plasencia (Piacenza) y posterior enfrentamiento contra los atrincheramientos alemanes. Participó en una acción realizada contra dos compañías de granaderos apostadas en el Genovesado (Liguria) en una zona cuyo dominio era necesario para conseguir la misión final. En dicha acción se hizo fuerte y pasó con sus cañones y treinta y seis soldados minadores con setenta y dos cargas que conducían para reponer los caminos haciéndolo a fuerza de fuertes acciones de fuego que Sanz realizó.
En 1745 estuvo en el puerto de Cete (Francia), participando en la extinción del fuego que habían provocado emisarios ingleses en un almacén de aguardiente refinado, para que se comunicase a otro almacén contiguo con cinco mil quintales de pólvora. Logró extinguir el incendio sufriendo diversas quemaduras en su cuerpo. Este hecho del capitán Sanz fue comunicado al gobierno de Francia por su jefe inmediato, lo que provocó una respuesta francesa con muchos elogios hacia el teniente Sanz dándole el título de Libertador de la ciudad de Cete. El 8 de marzo de 1746 ascendió a capitán de Minadores y el 24 de septiembre de 1752 fue nombrado comandante jefe del Segundo Batallón.
El 14 de junio de 1753 fue nombrado comisario provincial y el 16 de noviembre de 1756 ascendió a teniente coronel del regimiento. Había ejercido el empleo de minador durante dieciséis años.
El 22 de julio de 1760 recibió el grado de coronel y el 12 de enero de 1762 ascendió a coronel del Real Cuerpo de Artillería.
Estuvo en el Ejército de Operaciones en la guerra contra Portugal que comenzó en enero de 1762, cuando se intentaron tomar por sorpresa Campo Mayor, en el Alentejo, y Arronche, aunque no se logró cumplir con el intento.
El 27 de diciembre de 1773 fue ascendido a brigadier de los Ejércitos y pasó, por Real Orden, destinado a la plaza de Ceuta donde permaneció durante dieciocho meses, poniendo en estado de defensa todas sus baterías.
En 1775, fue nombrado por Real Orden para pasar a las órdenes del teniente general conde de O’Reilly, en las acciones de la toma de Argel, por cuyo desempeño fue felicitado. El 4 de febrero de 1776 fue ascendido a mariscal de campo de los Reales Ejércitos.
Siguió después perteneciendo al Ejército de Castilla, prestando servicio de guarnición, hasta que pasó voluntariamente a retiro, en la plaza de Sevilla, por sufrir las consecuencias de la enfermedad de perlesía cerebral, que le dejó imposibilitado. El conde de Lacy, Salvador de Lacy y Arbeloa, en septiembre de 1780 solicitó se le diese un destino acorde con los merecimientos habidos por Sanz durante su carrera, pero dicha solicitud no fue atendida por lo que permaneció retirado hasta su muerte en 1786.
En sus últimos años, obtuvo merced de hábito de la Orden de Santiago.
Obras de ~: El Diccionario Militar, Barcelona, 1749; Principios Militares que se explican en las operaciones de la guerra subterránea, o el modo de dirigir, fabricar y usar las minas y contraminas en el ataque y defensa de las plazas: dispuestos para la instrucción de la ilustre juventud del Real Cuerpo de Artillería, Barcelona, 1776.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Hoja de Servicios.
M. Fernández de Navarrete, Biblioteca Marítima Española, Madrid, Viuda de Calero, 1851, 2 vols.; M. Lafuente, Historia General de España, Barcelona, Montaner y Simón, 1930 (ed. facs.).
Carlos Riñón Aguilar