Manrique, Diego Antonio. España, p. t. s. XVIII – La Habana (Cuba), 13.VII.1765. Mariscal de campo, gobernador.
Desde su primera juventud, sirvió en el Regimiento de Guardias españolas, e hizo las campañas de Italia como capitán de granaderos. Después de la paz de Aquisgrán (1747), ascendió a coronel, mandó un regimiento, y estuvo de gobernador en varias plazas.
Ascendió a brigadier y a mariscal de campo por las gracias que concedió Carlos III a su subida al trono en 1759. Rota la paz con Inglaterra y Portugal, el marqués de Sarriá, general en jefe del Ejército destinado a atacar a Portugal, nombró a Manrique para el mando de una de sus brigadas y con ella contribuyó a la toma de varias plazas. Reemplazado el marqués de Sarriá por el conde de Aranda, le dio a Manrique la comisión de reunir víveres y acémilas en un país en que sus habitantes huían y lo retiraban todo a la llegada de los españoles, pero “a fuerza de correos y de recios encuentros con las milicias portuguesas y las inglesas que las auxiliaban, Manrique, que los dispersó constantemente, pudo siempre, peor o mejor, abastecer el ejército en trigo, carnes y acémilas” (Pezuela, 1863: 586). Terminada la campaña, se licenciaron muchas tropas y Manrique, que aspiraba a algún gobierno en América, tuvo que permanecer en Madrid, por haber sido nombrado, por el conde de Aranda, vocal del Consejo de Generales, que examinó y sentenció, en febrero de 1765, el famoso proceso formado por la rendición de La Habana el 13 de agosto de 1762.
Cediendo a sus deseos, fue nombrado por el rey Carlos III gobernador y capitán general de la isla de Cuba, por Real Cédula de 17 de enero de 1765. Se dirigió a Cádiz para embarcarse, pero el viaje se demoró algo al acompañarle, en varios barcos de transporte, el Regimiento de Lisboa que iba a relevar en La Habana al de Córdoba.
Viudo y con la única hija que le quedaba, llegó a La Habana y tomó posesión el 30 de junio de 1765, relevando al conde de Ricla, Ambrosio Funes Villalpando.
Unos días después, sin reparar que se estaba en el rigor de la estación cálida, confiado en su fortaleza física, empezó a recorrer todas las obras, manifestando una gran actividad.
Pero el 9 de julio le acometió el terrible mal del vómito negro (así se llamaba entonces a la fiebre amarilla) y murió de esta enfermedad fulminante el 13 de julio, es decir, a los catorce días de su toma de posesión.
Le sucedió interinamente el brigadier Pascual Jiménez de Cisneros, que era su teniente rey, es decir, su lugarteniente o segundo jefe de la isla.
Bibl.: A. de Alcedo, Diccionario Geográfico-Histórico de las Indias Occidentales, ó América [...], vol. I, Madrid, Benito Cano, 1786, pág. 704; J. de la Pezuela, Diccionario Geográfico, Estadístico, Histórico, de la Isla de Cuba, vols. I y III, Madrid, Imprenta del Est. de Mellado, 1863, pág. 197 [de la Introducción] y págs. 586-587, respect.; F. Calcagno, Diccionario Biográfico Cubano, New York, Imprenta y Librería de N. Ponce de León, 1878, pág. 402; J. de la Pezuela, Historia de la Isla de Cuba, vol. III, Madrid, C. Bailly-Bailliere, 1878, págs. 48-49; P. J. Guiteras, Historia de la Isla de Cuba, vol. II, La Habana, Cultural, 1928 (2.ª ed.), pág. 214; Historia de la Nación Cubana, vol. II, La Habana, Editora Historia de la Nación Cubana, 1952, pág. 60; R. Guerra, Manual de Historia de Cuba [...], La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1971, pág. 183.
Fernando Rodríguez de la Torre