Zamalloa y Zamalloa. Antonio. Antonio de la Asunción. Amorebieta (Vizcaya), 17.I.1867 – Roma (Italia), 16.X.1943. Trinitario descalzo (OSTD), cronista y general de la Orden, historiador, teólogo, definidor general, consultor pontificio.
Nació en el seno de una familia de honda tradición carmelitana y trinitaria. En su pueblo natal estudió tres cursos de Latín, en la preceptoría del sacerdote Jorge Inurritegui. Su tío, el padre Bernardino del Santísimo Sacramento (1830-1895), comisario general para la Familia Hispana de la Descalcez Trinitaria y restaurador de la Orden en España, fue quien invitó a su sobrino a entrar en la Orden Trinitaria, en el Convento romano de San Carlino de las Cuatro Fuentes. El 19 de noviembre de 1881 tomó el hábito (cambiando su nombre de pila por el de Antonino de la Asunción), emitiendo su profesión el 18 de enero de 1883. Cursó Filosofía, Teología y Derecho canónico en la Pontificia Universidad Gregoriana, teniendo a profesores de la talla de Billot, Bucceroni, De Augustinis, De Mandato, Cornely, Gismondi, Lugari y De Luca. El 7 de julio de 1889 recibió la ordenación sacerdotal. Fue encargado de desempeñar los oficios de maestro de novicios y estudiantes; en 1894 fue elegido definidor general para la Familia Hispana, postulador general y cronista de la Orden. Se afanó por conseguir la unión de las dos Familias de la Orden Descalza, que se verificó en 1900, no sin grandes trabajos y dificultades (especialmente por parte del gobierno español); en el capítulo general de la Unión fue elegido definidor general. En el capítulo general de 1906 resultó elegido ministro general de toda la Orden. Fue reelegido en 1912, ocupando el cargo hasta 1919. En 1931 fue elegido nuevamente para dicho ministerio, siendo renovada la elección en el capítulo general de 1937, muriendo como ministro general.
Pío X lo nombró, en 1912, consultor de la Congregación de Religiosos; Benedicto XV le dio el cargo de consultor de la Congregación de Ritos (1918), y Pío XI el de consultor de Propaganda Fide (1932). Por encargo pontificio, fue consultado para la redacción del Código de Derecho Canónico. Apreciado y venerado por los tres pontífices, su opinión era tenida en gran estima en la Curia romana por su fama de santidad, sabiduría y prudencia. A nivel del trato personal con Pío XI, hay que enmarcar la noticia (de la que hay interesantes testimonios) de que el papa Ratti quiso concederle la dignidad cardenalicia, que Antonino de la Asunción rechazó. Los papas le encargaron personalmente resolver algunas cuestiones delicadas que requerían a una persona de temple espiritual y decidido. Se encargó, en primera persona, de redactar las Constituciones para la Orden, que fueron promulgadas en 1907, adaptándolas al nuevo Código de Derecho Canónico en nueva edición promulgada en 1933, que permaneció en vigor hasta 1969. En un momento de redefinición del carisma y misión específicos de los trinitarios, tras constatar la desaparición de la esclavitud física (suprimida sucesivamente durante el siglo anterior), las Constituciones de 1933 declaran que “el fin peculiar” de la Orden es el culto interno y externo a la Santísima Trinidad, a cuyo honor y gloria debían dedicarse los religiosos con todas las obras de la vida activa y contemplativa, señalando explícitamente la práctica de las “obras de misericordia”; según el pensamiento del padre Antonino, una de las obras de misericordia a la que deberían atender especialmente los trinitarios sería la enseñanza. Estas Constituciones dieron fin a la celebración de los capítulos provinciales, centralizando todas las elecciones en el Definitorio General de la Orden.
Durante su generalato, impulsó el florecimiento de la provincia española del Espíritu Santo y de la italiana de San Juan de Mata, enviando los primeros religiosos a Estados Unidos, germen de la futura provincia del Inmaculado Corazón de María. Su acción fue decisiva para el afianzamiento de la Orden en la República Argentina; su hermano carnal, el carmelita descalzo padre Bonifacio de la Sagrada Familia (viceprovincial), ayudó mucho en los comienzos de la fundación de la Orden en Buenos Aires. En 1916, padre Antonino visitó las casas de América y logró llevar consigo a nueve religiosos, que reforzaran las nuevas fundaciones argentinas y chilenas; comenzó las gestiones ante el arzobispo Espinosa de Buenos Aires, para que la capilla de la calle Republiquetas fuera erigida en parroquia, como lo fue por decreto emanado en 27 de mayo de 1917. Fue también uno de los más decididos impulsores de la misión general de la Orden en Madagascar, asignada a los trinitarios por la Congregación de Propaganda Fide en 1925. En otros aspectos, trabajó con experta pericia por las causas de los santos de la propia familia religiosa, logrando la beatificación del mártir Marcos Criado por vía de culto inmemorial (1899), e impulsando muchas otras, paralizadas por las adversidades que sufrieron los trinitarios durante el siglo xix. Es de destacar el trabajo iniciado en favor del reconocimiento del culto inmemorial de varios religiosos medievales, entre los que se cuentan los inmediatos sucesores de san Juan de Mata como ministros generales de la Orden.
Fue codiciado como director espiritual y confesor, por su profundo conocimiento de la teología, especialmente versado en mística y ascética. Director de grandes almas, como el beato Domingo del Santísimo Sacramento (1901-1927), el venerable Félix de la Virgen (1902-1951), la venerable Teresina Zonfrilli (1899-1934), y los siervos de Dios Sofía Dronda y Domenico Verrinot, muchas personas se beneficiaron de su consejo y orientación espiritual. Gozó de una estrecha amistad personal con el cardenal Carlo Salotti (probablemente la persona que lo conoció más a fondo, entusiasta, tras su muerte, de la idea de iniciar su proceso de beatificación), y fue muy apreciado por el cardenal español Rafael Merry del Val. Entre los institutos religiosos que gozaron de su especial trato y consejo se encuentran las Adoratrices de Santa María Micaela, las Trinitarias de Roma, las Carmelitas de la Caridad y las Hijas de Nuestra Señora del Monte Calvario. Asesoró al padre Enrique Pérez de la Sagrada Familia en la erección de los Agustinos Recoletos como Orden Religiosa (1912).
La labor que desempeñó como historiador fue ingente. Desde su juventud se entregó al estudio de las fuentes históricas sobre la Orden, y a la investigación en archivos y bibliotecas de España, Italia y Francia, extendiéndose su labor a Inglaterra, el Imperio Austro- húngaro y Polonia. En Roma trabajó con particular ahínco en el examen minucioso del Archivo de la Embajada de España ante la Santa Sede, Archivo Secreto Vaticano (especialmente en lo referente a documentación medieval de la Orden), Biblioteca Apostólica Vaticana y Archivo del Capítulo de San Pedro del Vaticano. En España, dada la desaparición completa de las Órdenes Calzada y Descalza, y la dispersión de los archivos conventuales, se dedicó con éxito a la búsqueda de los fondos documentales trinitarios en el Archivo Histórico Nacional, en las delegaciones de hacienda, en los conventos de trinitarias de clausura y en los lugares y entre las personas más dispares.
Inició interesantes relaciones epistolares con historiadores y eruditos, poniéndose en contacto con archiveros y bibliotecarios, procurándose (en original o en copia) importantes documentos para la historia de los trinitarios, con los cuales incrementó y dio forma al Archivo del Convento de San Carlino, el más rico e importante de los archivos históricos de la Orden. Animó la vocación historiográfica de varios y válidos religiosos de su Orden, formando un sólido grupo que dio óptimos resultados; entre estos historiadores cabe citar los nombres de los españoles Domingo de la Asunción (muerto en 1936) y Nicolás de la Asunción (fallecido en 1965). Rechazó el ofrecimiento que le hizo el historiador Fidel Fita de incluirlo entre los académicos de la Real Academia de la Historia.
La historiografía trinitaria era, hasta el padre Antonino de la Asunción, un complicado campo en el que faltaba un trabajo histórico crítico basado sobre fuentes auténticas, labor a la que se dedicó el padre Antonino mediante la investigación y la publicación de fuentes y estudios. Entre sus principales obras cabe destacar Les origines de l’Ordre de la Très Sainte Trinitè d’après les documents, uno de los primeros discursos histórico-críticos sobre la figura de san Juan de Mata y la fundación de la Orden; el Diccionario de escritores trinitarios de España y Portugal, obra de consulta de gran utilidad por los millares de fichas biográficas y bibliográficas que reproduce; Ministrorum Generalium Ordinis Sanctissimae Trinitatis series, con las biografías de los ministros generales de las dos Órdenes (Calzada y Descalza) y útiles apéndices documentales y cronológicos; Synopsis bullarii Ordinis SS. Trinitatis Medii Aevi, en que se editan los documentos pontificios relativos a la Orden desde su fundación (1198) hasta 1535, trabajo ingente que supuso la revisión hoja por hoja de todos los regestos pontificios de los fondos Vaticano, Lateranense, Aviñón y Breves, en que tuvo que ser ayudado por otros religiosos de la comunidad de San Carlino.
De entre las historias locales publicadas, merecen especial mención los Monumenta documentales relativos a las provincias romana, polaca y austro-húngara, la Historia documentada del convento de PP. Trinitarios de Avingaña y San Tommaso in Formis sul Celio. La publicación oficial de la Curia General de la Orden, Acta Ordinis Sanctissimae Trinitaris, iniciada en 1919 por iniciativa del padre François Xavier Pellerin, tuvo su alma en la persona del padre Antonino, que la dirigió durante largos años (siendo en muchas ocasiones su único redactor), y que aprovechó sus páginas para publicar abundante documentación histórica trinitaria inédita. Colaboró también en la revista divulgativa española El Santo Trisagio con artículos de carácter historiográfico y hagiográfico. Fundó la publicación Revista Trinitaria, que se publicó en Roma entre noviembre de 1895 y octubre de 1897, bajo su dirección; desde noviembre de 1897 hasta diciembre de 1898 pasó a publicarse en Madrid, bajo la dirección de otro religioso.
Son muchos los trabajos inéditos del padre Antonino, entre los que destaca su Diccionario de Conventos trinitarios de España y Portugal, compuesto por centenares de fichas e interesantes copias literales de multitud de documentos encontrados en sus pesquisas archivísticas. Igualmente, dejó inédito un tercer volumen para el Diccionario de escritores, obra que fue compuesta y editada en su juventud, susceptible de ser enriquecida con nuevas fichas biográficas y bibliográficas que fue añadiendo con el paso de los años, y de alguna corrección.
Es importante notar el trabajo de crítica realizado respecto a las noticias dadas por los cronicones fabulosos del siglo XVII, que contaminaron con sus errores la producción literaria sobre los trinitarios en los siglos sucesivos, trabajo especialmente explícito en el caso de un autor, Juan de Figueras Carpi, prolífico falsario, cuya obra más famosa y citada es el Chronicon, publicado en Verona, en 1645.
En la producción literaria del padre Antonino de la Asunción se pueden contar hasta cerca de ochenta títulos, entre obras impresas e inéditas, originales, ediciones y traducciones, artículos de carácter historiográfico, canónico, teológico y hagiográfico. Otros escritos, entre los que cabe destacar un rico epistolario y los votos para las Congregaciones romanas de las que fue consultor, se conservan en el archivo romano de San Carlino alle Quattro Fontane. Para su trabajo contó con un extraordinario conocimiento de las lenguas: fue experto latinista desde su niñez, usó perfectamente el castellano, italiano, vasco y francés, y conoció el griego, catalán y portugués.
Después de una larga y dolorosa enfermedad, que consistió fundamentalmente en una parálisis progresiva deformante que lo fue dejando paulatinamente inválido, murió en el Convento de San Carlino el 16 de octubre de 1943. Su extraordinaria fama de santidad, dentro y fuera de la Orden Trinitaria, dio lugar a un fuerte movimiento en pro del inicio de su proceso de beatificación. El consejo general ampliado, reunido en la Casa Madre de la Orden (Cerfroid, Francia) en el año 2002, decidió el comienzo de las prácticas para incoar el proceso.
Obras de ~: Arbor Chronologica Ordinis Excalceatorum Sanctissimae Trinitatis, Roma, 1894; Ceremonial de los Religiosos Descalzos del Orden de la SS. Trinidad Redención de Cautivos, Roma, 1894; Manual Trinitario o Tomo Tercero del Ceremonial de los Religiosos Descalzos de la SS. Trinidad Redención de Cautivos, Roma, 1894; Triduo al B. Giovanni d’Avila, Roma, 1894; Vida del Ven. P. Fr. Tomás de la Virgen, religioso de la Orden de Descalzos de la SS. Trinidad redención de cautivos, escrita en 1719 por el P. Fr. Eusebio del SS. Sacramento, Roma, 1897; Diccionario de escritores trinitarios de España y Portugal, vol. I, Roma, Fernando Kleinbub, 1898; vol. II, Roma, Fernando Kleinbub, 1899; El Apóstol de las Alpujarras. Vida, martirio y culto del [...] B. Marcos Criado de la Orden de la SS. Trinidad Redención de Cautivos, Roma, 1900; Tríduo al B. Marcos Criado, Roma, 1900; Vida del observantísimo P. Fr. Juan de S. José, religioso de la orden de la SS. Trinidad, colegida de las informaciones que en orden a su beatificación se han hecho, Roma, 1901; Regole delle Religiose del Terz’Ordine della SS. Trinità, Roma, 1903; La vie et le martyre du Révérend F. Corneille O’Connor et de frére Eugène Daly, religieux de l’Ordre de la S. Trinité et Rédemption des Captifs du pays d’Hibernie par F. J. de Villette, religieux du même Ordre, Roma, 1906; Monumenta Ord. Exc. SS. Trinitatis Red. Capt. ad Provincias S. Joachim (Poloniae) et S. Joseph (Austriae- Hungariae) spectantia, Roma, 1911; Compendium vitae Rev.mi P. Fr. Gregorii a Jesu Maria Exc. Ord. SS. Trinitatis Ministri Generalis, Roma, 1913; Monumenta Ord. Exc. SS. Trin. Red. Capt. ad Provinciam S. P. N. Joannis de Matha (Italiae) spectantia, Roma, 1915; Historia documentada del convento de PP. Trinitarios de Avingaña, Roma, 1915; Dissertatio qua auctoritas historiae Algerinae a P. Didaco de Haedo editae vindicatur et praecipue Dialogi de martyribus eiusdem operis veracitas adstruitur, Roma, 1915; Opúsculos (inéditos) de S. Miguel de los Santos y del siervo de Dios P. Fr. Francisco de los Angeles, Trinitarios Descalzos, Roma, 1915; Datos para la historia de la Provincia de la Inmaculada Concepción de la Orden de los Descalzos de la SS. Trinidad, Roma, 1916; Synopsis Bullarii Ordinis Sanctissimae Trinitatis Medii Aevi ex variis fontibus praecipue vero ex Regestis Summorum Pontificum collecta atque digesta, Roma, 1921; Les origines de l’Ordre de la Très Sainte Trinité d’après les documents, Roma, 1925; Historia del Origen de la Orden de la Santísima Trinidad, Bilbao, 1925; S. Tommaso in Formis sul Celio. Notizie e documenti, Isola del Liri, 1927; Cenni biografici del servo di Dio P. Domenico del SS. Sacramento, trinitario, Isola del Liri, 1928; Vida angelical del Siervo de Dios P. Fr. Domingo del Santísimo Sacramento, Madrid, 1928; Varia ad Ordinem SS. Trinitatis spectantia, Roma, 1930; Biographie du Serviteur de Dieu P. Dominique du T. S. Sacrement, Trinitaire, Marseille, 1930; Ministrorum Generalium Ordinis SS. Trinitatis series, Isola del Liri, 1936 [N.B.: No se incluyen en el elenco los vota y animadversiones publicados en las positiones de las causas de santos; tampoco los títulos de abundantes artículos en diversas revistas, ni las obras inéditas que se conservan en el Archivo de San Carlino, en Roma].
Bibl.: “In memoriam Rev. mi P. Fr. Antonini ab Assumptione, Min. Generalis Ord. SS. Trinitatis”, en Acta Ordinis Sanctissimae Trinitatis, IV (1945), págs. 121-191; F. S troobants, Un serviteur de Dieu. Le père Antonin de l’Assomption, Marsella, 1959; B. Porres, “Antonio de la Asunción [sic]”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, págs. 71-72.
Pedro Aliaga Asensio, OSST