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Beata María de la Yglesia

Biografía

Yglesia Varo, María de la. Beata María de la Yglesia. Cabra (Córdoba), 25.III.1891 – Madrid, 19.IX.1936. Escolapia (SChP), educadora, mártir, beata.

Nació en el seno de una familia de alta posición social y rica en bienes materiales y espirituales. Su padre, Antonio de la Yglesia y de la Peña, era hijo de un destacado general del ejército y de una rica hacendada natural de Cabra (Córdoba), a donde se retiró a vivir al quedar viuda. Antonio se doctoró en Derecho en Madrid; siguió la carrera diplomática y tuvo como primer destino la embajada de Roma, en el bello palacio de Piazza España. En esta primera misión en Roma, quedó decepcionado del ambiente social y diplomático, y finalizado su destino, el año 1876, abandonó la carrera diplomática, y su fue a vivir con su madre a Cabra. Allí se ocupó de administrar los bienes de su madre, primera propietaria de la ciudad, bienes que heredó él. También ejercía su profesión de abogado, sólo para los pobres y gratuitamente. En 1878 contrajo matrimonio con la joven Elena de Varo, de su misma posición social. Formaron un matrimonio modelo, profundamente cristiano, donde hermanaban el bienestar económico, con la caridad y el amor cristiano a sus servidores y colonos. María fue la décimo primera del matrimonio, todavía nacieron tres más; pero sólo llegaron a adultos ocho. Su infancia y juventud transcurrió en Cabra, y los primeros estudios los hizo en el hogar, como todos sus hermanos. En el otoño de 1899, madre María, a los ocho años, y su hermana María de las Nieves, a los catorce, fueron las primeras alumnas del Colegio Escolapio de Cabra, que había abierto sus puertas el 28 de noviembre de ese mismo año. En las clases, María manifestó pronto su clara inteligencia haciendo notables progresos en todas las materias, especialmente en Matemáticas y rama de Ciencias. Por su carácter franco y sincero y su gracejo andaluz, se ganó la simpatía de las alumnas y de las religiosas, y fue una alumna muy comprometida en la vida del colegio. A los dieciséis años, terminados sus estudios, se integró en la vida del hogar y en todos los compromisos que ello comportaba. El matrimonio de la Yglesia y sus hijos participaban con moderación en reuniones de sociedad en Cabra y en Córdoba. Y fue precisamente, en una de estas reuniones en Córdoba para su puesta de largo, en la primavera de 1908, cuando sintió fuertemente la llamada del Señor y decidió compartir con él su misión apostólica como escolapia.

A los dieciocho años ingresó la joven en el noviciado de Carabanchel (Madrid), el 18 de septiembre de 1909 y tomó el hábito el 8 de diciembre de ese mismo año. Muy amante de la Virgen, lo vivió como una gracia de Dios y así se lo comunicaba a su madre al día siguiente en una carta. Durante los dos años de noviciado se dedicó intensamente a su formación. Fue una novicia muy caritativa, siempre risueña y alegre, y alma de las recreaciones. Pronunció sus votos religiosos el 11 de diciembre de 1911.

Madre María comenzó su apostolado en el Colegio de Carabanchel y allí permaneció hasta 1918. Los primeros años (1911-1913), la encargaron de las clases de primaria, en las materias de Ciencias, y de la formación de un grupo de internas, en horario extraescolar. En el verano de 1912, y en todos los siguientes, participó en los cursos de formación permanente, organizados en Carabanchel, a fin de preparar a las religiosas para las materias de segunda enseñanza. Madre María asistía a las clases de Matemáticas, Física y Química. Pronto se distinguió por la facilidad para el estudio de estas materias. En el curso 1913-1914 se implantaron en el Colegio los estudios de comercio, magisterio y bachillerato. Madre María enseñó Matemáticas y Ciencias a las alumnas de comercio y magisterio, obteniendo las alumnas unas brillantes calificaciones en los exámenes, tenidos en centros oficiales. Entre las alumnas de Carabanchel de aquellos años (1911-1918), se encuentran las hermanas Dolores y Consuelo Aguiar-Mella Díaz, que fueron asesinadas con ella el 19 de septiembre de 1936.

Madre María de la Yglesia llegó destinada al Colegio de Santa Victoria de Córdoba, el 17 de julio de 1918. De 1918 a 1922 fue profesora de Ciencias de las alumnas de primer y segundo grado, y de las alumnas de magisterio.

En septiembre de 1922, madre María fue enviada al Colegio de Madrid, donde fue profesora de Matemáticas, Física y Química y Ciencias.

Con la proclamación de la República la situación educativa de los colegios religiosos fue muy difícil.

Madre María supo actuar con prudencia y normalmente las clases pudieron seguir. En el capítulo de 1935 fue nombrada superiora del Colegio de Madrid.

En su nuevo cargo continuó tan activa y entregada como siempre con una doble responsabilidad: la comunidad y las alumnas.

En mayo de 1936, por indicación de la superiora provincial, viajó a Portugal, acompañada de madre María Echeverría, para ver qué posibilidades había de fundar en Lisboa un colegio, caso de que las religiosas se vieran obligadas a salir de España. Las perspectivas eran buenas, pero a los pocos días de llegar a la capital se fracturó una pierna, y debieron volver inmediatamente a España. En Madrid la sometieron una dura intervención quirúrgica, que le obligó a permanecer en cama sin moverse un mes. Al levantarse ya no pudo andar más por sí sola. En la noche del 13 al 14 de julio se produjo el asesinato de José Calvo Sotelo. La noticia produjo consternación en la comunidad y especialmente en madre María, porque Pilar Calvo Sotelo, su hermana, había realizado todos sus estudios en el Colegio, y mantenía, lo mismo que su familia, amistad con madre María, su profesora de Matemáticas y Ciencias durante varios años. El 19 de julio tuvieron que dejar el Colegio, por la proximidad de los combates que se estaban librando en el cuartel de la Montaña y la metralla llegaba hasta el patio. Las alumnas se fueron a sus casas y las religiosas se alojaron en casas de familiares y conocidos. La madre provincial, Cándida de León, la superiora del Colegio, madre María y otras religiosas buscaron refugio en un piso de la misma calle de Evaristo San Miguel, que en previsión habían alquilado a una exalumna. Durante dos meses permanecieron en aquella vivienda, entre continuos registros, insultos, amenazas y dificultades. Así hasta que el 19 de septiembre en que detuvieron a las ocho de la mañana, en la calle, a Dolores Aguiar-Mella, que vivía con las religiosas y había salido a comprar la leche para el desayuno. Dos horas más tarde los mismos milicianos irrumpieron en el piso, pidiendo a madre María que los acompañase para testificar y poder dejar libre a Dolores. Era un engaño. Se llevaron a madre María, apoyada en el brazo de Consuelo Aguiar-Mella, hermana de Dolores, para poder andar. Ese mismo día murieron a las afueras de Madrid, en la carretera de Andalucía. Fue beatificada por el papa Juan Pablo II, en Roma, el 11 de marzo de 2001.

 

Bibl.: J. Arrarás, “Datos sobre las MM. Escolapias”, en Historia de la Cruzada Española, t. XVIII, Madrid, Ediciones Españolas, 1942; J. Jato Miranda, Madrid, capital republicana, Barcelona, Acervo, 1976, págs. 453-454; Positio super martyrio, Roma, 1991; Positio super Martyrio, Expletio, Roma, 1998; M. Nieto Cumplido, “María de la Yglesia y Varo”, en Persecución religiosa en Córdoba, 1931-1939, Córdoba, Deán y Cabildo de la Santa Iglesia Catedral de Córdoba, 1998; M. L. Labarta, Educadoras y Mártires, Escolapias, 1936, Roma, 2001; María de la Yglesia, profesora de Ciencias y Mártir, Roma, 2001.

 

María Luisa Labarta Araguás, SChP

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