Mirats Monsonís, Antonio. Montgai (Lérida), 4.I.1848 – Barcelona, 27.X.1928. Escolapio (SChP), maestro, superior, provincial, vicario general de España.
Alumno de la Escuela Pía de Balaguer, ingresó en la Orden Calasancia el 14 de abril de 1865 y emitió los votos temporales el 17 de enero de 1867, después de hacer el noviciado en Sabadell. Estudió tres años en Moià y profesó de votos solemnes el 8 de mayo de 1870; recibió todas las órdenes sagradas, excepto el sacerdocio, del obispo de Vic. Destinado al colegio de Reus, tuvo que abandonar la casa cuando en el mismo 1870 los escolapios fueron expulsados. Pasó temporalmente a Moià y después a Sant Antoni de Barcelona. Fue ordenado sacerdote. Le mandaron los superiores a Igualada para enseñar Ciencias Naturales, Historia Universal y Física.
Empezó la Tercera Guerra Carlista y el padre Mirats, creyendo que su presencia podría ocasionar perjuicios al colegio, se sumó al bando carlista. Es tradición que ascendió a capitán y en una escaramuza apresó a unos oficiales liberales; les condenaron a muerte, pero el padre Mirats intercedió por ellos porque anteriormente uno de los oficiales condenados le había librado de ser fusilado. Al terminar la guerra se refugió en Francia hasta que la amnistía le permitió regresar a Cataluña. Fue enviado a Mataró (1880- 1883) y después a Villanueva y Geltrú, donde enseñó Matemáticas, Física y Química con mucho prestigio.
En 1892 le mandaron a las nuevas fundaciones de América del Sur, como rector de Buenos Aires. Había que empezar de cero: buscó y escrituró terreno, pidió limosnas para levantar el edificio, propuso una especie de sociedad para recabar fondos: se inauguró para el curso 1900-1901. Gestionó la fundación de colegio en Córdoba (1894). Vicario provincial (1897-1899), incardinado a la provincia de Aragón, se esforzó para conseguir, como rector y como vicario provincial, que en todas las comunidades se cumpliese con la observancia regular, difícil en los momentos iniciales de la vida de las casas, pero necesaria para crear ambiente interno que permitiera asentar las fundaciones. Buscó el prestigio externo de los colegios procurando que la enseñanza fuera eficaz. Pidió a los religiosos que fueran ejemplo para las generaciones futuras: era la primera siembra que debía dar fruto.
Regresó a Cataluña en 1899 y el mismo año fue nombrado provincial. Promovió la enseñanza secundaria en los colegios adaptándose a los cambios que imponía la legislación; se preocupó de la primaria ya antes de la carta circular del padre Llanas de 1902. Se puso en marcha el plan de estudios comerciales que tanta fama dio a la Escuela Pía; intentó que en todos los colegios y niveles se mejorasen los métodos acordes a las nuevas orientaciones pedagógicas; se publicaron nuevos libros de texto más acordes con los nuevos tiempos (como los de los padres Joan Ambròs, Tomàs Garí-Montllor, Josep Guañabens, etc.); se puede decir que las observaciones que el padre Llanas propuso para mejorar la enseñanza de los colegios españoles, el padre Mirats ya los practicaba en su provincia catalana.
Propuso a los religiosos que sacaran títulos académicos en centros oficiales (magisterio, licenciatura).
Tuvo que cerrar las casas de Panamá (1900), Palma de Mallorca (1904) y Valls (1905), pero abrió las de Balmes en Barcelona (1899), Tarrasa (1901), San Rafael de La Habana (1904), Caldes de Montbui (1909) y Lovaina (1908). La fundación de Tarrasa tenía como objetivo que fuera además de colegio escuela normal para los jóvenes escolapios: el padre Mirats puso su empeño en ello y facilitó los mejores profesores de que disponía la provincia para que el nivel de enseñanza fuera lo más calificado. La fundación de Lovaina en Bélgica era para abrir una residencia para jóvenes de España y América; pero también sirvió para la formación de jóvenes escolapios que aprovecharon su estacia en Lovaina para especializarse en alguna materia. El impulso cultural que en todos los órdenes dio el padre Mirats a su provincia fue considerable y duradero porque se atendió a la base.
Acabó su mandato en 1909 inmediatamente después de la Semana Trágica: a su sucesor correspondió sanar la herida. La comunidad de Sant Antoni tenía un simio —conocido como El Rayo—, que, igual que los religiosos, huyó del incendio y buscó refugio; a los pocos días el padre Mirats se acercó al edificio quemado y, sin atreverse a entrar, fue merodeando por los alrededores hasta que el simio le descubrió y se arrojó sobre sus hombros: el desolado animal volvía a encontrar a su dueño. Terminado su provincialato pidió retirarse a Villanueva y Geltrú como profesor de Francés. Asistente provincial (1915-1919), en el Capítulo Interprovincial celebrado en Madrid en 1919 fue elegido vicario general de España. Aquel hombre alto y corpulento que había afrontado tantos y tan dispares problemas en la guerra y en la paz, ahora se sentía ya enfermizo, mermado de fuerzas. Le tocó vivir el inicio de la visita apostólica de monseñor Hermenegildo Lucas Pasetto que desagradó a muchos religiosos, la renuncia del padre general de Roma, Tomás Viñas, con toda su Congregación, el golpe de estado de Primo de Rivera y la dictadura implantada.
Procuró sembrar paz, atemperar los golpes, llamar a la esperanza: endulzó su carácter fuerte y autoritario con la prudencia y la templanza. En 1926 renunció el cargo, que le fue aceptado y se retiró al colegio de Sarriá en Barcelona. Los meses que pasó en Sarriá fueron un consuelo para sus hermanos de comunidad, a quienes orientaba, animaba, empujaba a trabajar por la Escuela Pía. Murió la vigilia del domingo de Cristo Rey, fiesta que, como carlista de toda la vida, había defendido virilmente.
Obras de ~: Proyecto para la emisión de obligaciones del Colegio de las Escuelas Pías de Buenos Aires, Buenos Aires, Imprenta de J. Peuser, 1899.
Bibl.: “El Rdmo. P. Antonio Mirats”, en La Academia Calasancia, 728, 30 de noviembre de 1919, págs. 251-255; “Necrología”, en Catalogus religiosorum Scholarum Piarum qui pie in Domino obierunt anno 1928, Barcelona, Tipografía Sant Antoni Abat, 1929, págs. 39-46; C. Vila Palá y L. M. Bandrés Rey (coords. y dirs.), Diccionario Enciclopédico Escolapio, vol. II, Salamanca, Ediciones Calasancias, 1983, pág. 376; E. U. Bischoff, Fecunda siembra de piedad y letras. Centenario del Colegio de Santo Tomás de Aquino (Córdoba), Córdoba, 1990, págs. 219-230; VV. AA., Diccionari dels Catalan D’Amèrica. Contribucio a un inventari biografic, toponimic y tematic, vol. III, Barcelona, Generalitat de Catalunya, 1992, pág. 118; M. Puig i Reixach, “El carlisme i el P. Antoni Mirats”, en Catalaunia, 375 (abril-mayo de 1996), págs. 12-15; R. Corts, J. Galtès y A. Manent (dirs.), Diccionari d’Història Eclesiàstica de Catalunya, vol. II, Barcelona, Generalitat de Cataluña- Claret, 1998-2001, pág. 623.
Joan Florensa Parés, SChP