Cárdenas y Céspedes, Juan de. Sevilla, 1612 – 10.IV.1684. Superior de la Compañía de Jesús (SI), moralista.
Antes de entrar en el noviciado de San Luis de la Compañía de Jesús, había sido alumno del colegio de los jesuitas de San Hermenegildo de Sevilla. Tras concluir el período de probación, prosiguió su formación en filosofía y teología entre 1629 y 1636, mientras permanecía en el colegio granadino de San Pablo. Inició, entonces, sus lecciones en humanidades hasta 1639. En Sevilla, de nuevo, hizo la tercera probación en su casa profesa. Concluida ésta en 1640, fue profesor de filosofía, de nuevo, en el colegio de Granada (hasta 1644). En Écija, solamente en un año, fue además prefecto de estudios menores. En el colegio de la Concepción de Sevilla fue, en otro año, prefecto de colegiales y de la biblioteca, además de consultor y operario. En 1646 se hallaba en Marchena, donde ejerció de prefecto de estudios, además de preceptor de la instrucción intelectual del hijo del duque de Arcos, Manuel Ponce de León. Después recibió la responsabilidad de encargarse de los casos de conciencia; ejerció el oficio de vicerrector (entre 1650 y 1652), además de gobernar el colegio como rector, en dos períodos diferentes: 1655-1658 y 1660-1664. El noviciado donde realizó su segunda probación fue también gobernado por el padre Cárdenas, entre 1666 y 1669. Pasó después, también como rector, al colegio de San Hermenegildo de Sevilla (entre 1669 y 1670). Culminó su condición de jesuita de gobierno, cuando fue nombrado provincial de Andalucía, oficio que ejerció entre 1670 y 1673, y prepósito de la casa profesa sevillana, entre 1673 y 1676. Aquél fue su último domicilio. Todavía sobrevivían en la segunda mitad del siglo XVII algunas de estas casas profesas, donde se pretendía vivir el ideal de pobreza en la Compañía.
Fue un jesuita cercano al arzobispo de Sevilla Ambrosio Ignacio Spínola y Guzmán, cuando fue examinador sinodal de esta archidiócesis hispalense, confesor, además de consultor teólogo de este prelado. Colaboró el padre Cárdenas en la elaboración de los escritos pastorales del arzobispo Spínola. Uno de ellos era un famoso informe, presentado en 1678, donde se permitía conmutar y distribuir parte de una herencia entre los pobres, en medio de una situación de penuria económica. Destacó por algunos tratados ascéticos, además de por la literatura hagiográfica, como la vida del venerable Miguel de Maraña, fallecido en 1679. Con todo, su obra principal se entendía desde su condición de autoridad como teólogo moralista, con su obra Crisis theologica bipartita, en cuyas páginas se muestra muy crítico con Juan Caramuel de Lobkowitz. El tono de sus conclusiones no se hallaba radicalizado, no participando en las interminables controversias de la época. Según indica Francisco de Borja Medina, los juicios del padre Cárdenas, en obras como aquélla, se caracterizaban por la “solidez de sus argumentos, claridad de exposición, erudición y objetividad”. Como probabilista moderado, culminó una crítica a las opiniones laxas del mencionado Caramuel. Eso sí, Cárdenas recibió ataques de diferentes autores que motivaron nuevas adiciones a su obra.
De esta manera, continuó combatiendo el laxismo, por una parte, y el rigorismo, por la otra, entre ellas las posturas defendidas por el también jesuita Miguel de Elizalde, que escribía con el seudónimo de Antonio Celladei. Incluso, en una edición póstuma de su obra, en 1687, se introdujo un comentario a las setenta y cinco proposiciones que habían sido condenadas por el papa Inocencio XI en 1679, un pontífice que parecía dispuesto a ensombrecer el sistema moral del probabilismo, aunque no por una condena explícita de la opinión más probable. El dominico Daniele Concina, en el siglo XVIII, juzgó en sus obras que el padre Cárdenas, siendo jesuita, era el probabilista más destacado que luchó contra el laxismo. Precisamente, aquel sistema moral era tildado por los probabilioristas y por grupos opositores de la Compañía de Jesús como laxista y como imagen moral del propio instituto jesuítico. San Alfonso María de Ligorio consideraba que Cárdenas era toda una autoridad en las cuestiones morales.
Obras de ~: Geminum sidus Mariani diadematis siue Duplex disputatio de infinita dignitate Matris Dei, atque de eius Gratia habituali infinita simpliciter, Hispali, apud Ioannem de Ossuna, 1660; Crisis theologica: in qua pluses selectae difficultates ex morali teología ad Ludium veritatis lapidem reuocantur ex regula forum posita a SS. D. N. Inocentio XI [...] in Diplomate damnante sexaginta quinque propositiones, Lyón, 1670 (Sevilla, typis Thomas López de Haro, 1680; 1687; Venecia, 1694); Historia de la vida y virtudes de la Venerable Virgen Damiana de las Llagas, Sevilla, casa Juan Cabeças, 1675; Breve relación de la muerte, vida y virtudes del Venerable caballero D. Miguel Mañara Vicentelo de Leca, Sevilla, por Thomas López de Haro, 1679.
Bibl.: J. Ortiz de Zúñiga, Anales eclesiásticos y seculares de la ciudad de Sevilla, vol. IV, Madrid, Imprenta Real, 1795-1796, págs. 180 y ss.; I. von Döllinger-H. Reusch, Geschichte der Moralstreitigkeiten, vol. 1, Nördlingen, verlag der C.H. Beck’Schen Buchhandlung, 1889, págs. 39 ss.; C. Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie de Jesús, vol. 2, Bruxelles, Oscar Schepens, 1890, págs. 734-737; J. E. Uriarte-M. Lecina, Biblioteca de escritores de la Compañía de Jesús pertenecientes a la antigua Asistencia de España, vol. 2, Madrid, Imprenta de la Viuda de López de Horno, 1925-1930, págs. 108-113; J. M. Granero, “Informe inédito del P. Juan de Cárdenas sobre conmutación de últimas voluntades”, en Estudios Eclesiásticos, 30 (1956), págs. 81-106; Don Miguel de Mañara, Sevilla, Artes Gráficas Salesianas, 1963.
Javier Burrieza Sánchez