Alzina, Juan. Muro, Mallorca (Islas Baleares), 1580 – Campos del Puerto, Mallorca (Islas Baleares), 26.IX.1646. Religioso mínimo (OM) y venerable.
Aunque las diversas fuentes presentan divergencias respecto al año de su nacimiento, imposibles de resolver por haberse perdido parte de los registros de bautismo de su parroquia natal, se da fe generalmente a la afirmación de que contaba sesenta y seis años de edad al fallecer. Hijo de Bartolomé Alzina y Antonia Vinyavella, frecuentó durante su niñez y juventud la iglesia de Santa Ana de Muro, de los frailes mínimos, pidiendo finalmente el ingreso en la Orden. Al final de su noviciado profesó en el convento de San Francisco de Paula de la capital mayoricense el día 3 de noviembre de 1609, en manos de fray Antonio Armengual.
Recibió al año siguiente la tonsura clerical.
Una vez ordenado sacerdote, se le halla en 1612 en el convento de Campos del Puerto cumpliendo el oficio de librero de gasto. Dotado de una habilidad práctica poco común, a partir de 1620 pasó a ejercer en la Orden diversos cargos de gobierno: corrector en Campos (1620, 1624, 1629, 1632, 1634 y 1638), definidor provincial (1626) y colega del provincial (1635).
Su vida y fama van ligadas al desempeño de su ministerio sacerdotal en el convento mínimo de Campos.
Confesor, apóstol y maestro de buenas letras, adquirió mucha popularidad entre la generalidad del vecindario, que acudía a él en sus necesidades y pesares. Tal era el aprecio que los camponenses fueron cobrando a este religioso que, a su muerte, la villa corrió con todos los gastos de entierro, cera, acompañamiento de presbíteros y sepultura; su cadáver fue llevado en procesión por las calles de la población —“siguiendo el itinerario que acostumbra a recorrer la solemne procesión de Nuestra Señora del Roser”, según dicen los testigos— y estuvo expuesto durante tres días en la iglesia conventual, donde fue preciso ponerle guardias, pues muchos vecinos, por devoción, quisieron cortar trozos de su hábito.
En diciembre de 1694 fray Miguel Canals, a la sazón provincial de los mínimos, ordenó a fray Miguel Perelló, conventual de Campos, que recabara información sobre la vida y hechos del padre Alzina. Los testigos refirieron diversos actos prodigiosos llevados a cabo en vida por el mínimo, así como diversas curaciones que, una vez fallecido, se atribuían a su intercesión.
La intención de los que regían la provincia monástica era hacer seguir un resumen de la información al procurador general de la Orden, a fin de ver la posibilidad de introducir la correspondiente causa.
Al parecer, en aquellos tiempos la atención estaba centrada en favorecer el proceso, no poco costoso, del beato Gaspar de Bono, y ello relegó para un mejor momento, que todavía no ha llegado, la tramitación del reconocimiento de la santidad de fray Juan Alzina.
En 1965 su localidad natal le declaró formalmente “hijo predilecto”.
Bibl.: G. M. Roberti, Disegno storico dell’Ordine de’Minimi dalla morte del Santo istitutore fino ai nostri tempi (1507- 1907), vol. III, Roma, Industria Tipográfica Romana, 1922, págs. 546-547; A. Veny Ballester, El P. Fray Juan Alzina, religioso mínimo de San Francisco de Paula, Campos del Puerto, Imprenta Roig, 1964; F. Rodríguez, “Alzina, Juan”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 57.
José María Prunés Casterás, OM
