Mourgeón, Juan de la Cruz. España, 1766 – Quito (Ecuador), 3 u 8.IV.1822. Último capitán general del Nuevo Reino de Granada, ejerció en Quito en vísperas de la Independencia.
De ascendencia desconocida, su figura surgió con la Guerra de la Independencia española, en la que recibió tres veces la Cruz de San Fernando. Se distinguió especialmente en la toma de Sevilla, por la que fue ascendido a mariscal de campo. En 1820 se encontraba en Cádiz, pero se opuso al levantamiento de Riego, aunque sus actuaciones permiten calificarle de constitucionalista.
El nuevo Gobierno del Trienio Liberal le nombró capitán general del Nuevo Reino de Granada y presidente de Quito, aunque todo ello condicionado a dominar los dos tercios de su territorio.
Mourgeón embarcó para Puerto Cabello, acompañando a O’Donojú (que siguió para México), a donde llegó en julio de 1821. Desde allí se dirigió a Jamaica. Allí le pusieron al corriente de la situación real de la Nueva Granada. Casi toda ella era ya independiente, por lo que decidió pasar a Panamá con unos cuatrocientos hombres, en su mayoría enfermos.
Fue reconocido como capitán general del Nuevo Reino de Granada. Mourgeón recurrió a los fondos eclesiásticos y logró reunir el dinero suficiente para alistar unos ochocientos hombres, con los que se embarcó en la corbeta Alejandro para Quito en octubre de 1821. No pudo desembarcar en Guayaquil, que se había sumado a la causa independentista, y siguió por la costa burlando la armada de lord Cochrane, que vigilaba el puerto de Manta, hasta Atacames, donde desembarcó el 23 de noviembre de 1821. Emprendió entonces una espantosa ascensión al altiplano quiteño por las selvas esmeraldeñas, en la que incluso sufrió una caída grave del caballo, que le dejó gravemente herido. Aymerich supo de su llegada al Reino y envió a su encuentro algunas tropas y multitud de indios.
Murgeón manifestó entonces que deseaba ser recibido sin el menor boato, y que en vez de arcos y monumentos florales, colocaran en las calles algunos artículos de la Constitución española de 1812, única que podría unir a los patriotas con los españoles. Entró en Quito el 24 de diciembre del mismo año.
Mourgeón instituyó un gobierno benévolo, tal como se lo había impuesto el orden constitucional.
Ordenó sepultar las cabezas de los patriotas que se exhibían por las calles para escarmiento de los rebeldes, destituyó y castigó al coronel Vizcarra, jefe español de Imbabura, que ejercía de forma sanguinaria, puso en libertad a los prisioneros, declaró la libertad de imprenta, instituyó el Ayuntamiento con personas honorables, y trató de aumentar y organizar el ejército realista.
Para esto se vio obligado a acudir a las riquezas de los templos, cofradías, monasterios e iglesias, que tomó en calidad de préstamo. Lentamente fue atrayéndose los soldados realistas que estaban en diversos lugares del Reino, a los que se sumaron las fuerzas que combatían a Sucre bajo Carlos Tolrá, así como algunos esclavos. Era una tropa insignificante frente a la de Sucre, que logró reunir un ejército de mil setecientos hombres, aprovechando el armisticio firmado con Tolrá. Por otra parte, San Martín había tomado Lima y se preparaba para continuar su campaña hacia Loja, Cuenca y Guayaquil. El 18 de enero de 1822 Sucre partió hacia Cuenca y el 22 del mismo mes las tropas de San Martín, al mando de los generales Andrés de Santa Cruz y Lavayen, se unieron con Sucre en Saraguro.
El 21 de febrero el general Tolrá tuvo que abandonar Cuenca. El 3 u 8 de abril de 1822 falleció en Quito Juan de la Cruz Murgeón, a consecuencia de su antigua caída. Con su muerte acabó el último esfuerzo español en favor de restaurar un régimen constitucional, que los absolutistas repudiaban. Melchor de Aymerich asumió la presidencia de la Real Audiencia en su última etapa, que concluyó con la derrota española de Pichincha el 24 de mayo de 1822.
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Manuel Lucena Salmoral
