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Francisco de la Reyna

Biografía

Reyna, Francisco de la. ?, ¿1506? – ¿1562? Albéitar.

Es muy poco lo que se sabe sobre Francisco de la Reyna, fuera de lo que él mismo expresó en su Libro de Albeytería. Nicolás Casas supone las fechas de nacimiento y defunción que se señalan. Lo que sí está confirmado es que era vecino de Zamora, pero hay autores que le suponen nacido en Burgos o en alguna de las Villa-Nuevas de Aragón. Asegura también el propio autor que trabajó para el conde de Alba de Liste, su señor con quien dice vivía. A lo que parece, debió de ser un hombre culto, ya que tradujo a Alberto el Magno del latín al romance. Perteneció a una familia de albéitares, lo que explica que fuera un hombre experimentado en el diagnóstico y cura de los caballos y de las restantes especies, aunque el libro sólo se refiera, con preferencia, a los primeros.

Su Libro de Albeytería, del que se hicieron más de quince ediciones, gozó en su tiempo de un gran prestigio entre albéitares, caballeros y herradores. En el subtítulo de la obra escribe: “En el que se verán todas quantas enfermedades y desastres suelen acaecer a todo genero de bestias y la cura dellas. Assi mesmo se veran las colores y faciones para conocer un buen cavallo y una buena mula. El mas copioso que hasta agora se ha visto, hecho y ordenado por el honrado varon Francisco de la Reina, herrador y albeytar: vezino de la ciudad de Çamora agora nuevamente hecho por su mano con intento de dar claridad a todos los Albeytares que son y fueren en estos reynos de España. Año de MDXLVII. Con privilegio”. Ésta es la primera edición hasta ahora conocida, impresa en Astorga por Agustín de Paz el 11 de enero de 1547.

El hecho de que diga “agora nuevamente hecho” induce a confusión, ya que pudiera haber otra anterior o una reimpresión en el mismo año. A partir de ésta, impresa en Astorga, la obra fue reeditada, según Agustín Palau Claveras (1973), en los siguientes lugares: en Burgos, la dudosa de 1548; en Zaragoza (1551), en Mondoñedo (1552), la dudosa de Zaragoza (1553), Baeza (1556), Burgos (1562 y 1564), Salamanca (1580), Alcalá de Henares (1582), y tres ediciones en 1583, una en Zaragoza y dos en Alcalá.

Hubo otra en Alcalá de 1603. A partir de esta fecha, las de 1617 en Madrid y las de Alcalá de Henares de 1623 y 1647 están glosadas por su compañero el albéitar Hernando Calvo.

La obra contiene numerosos datos referidos a la patología y la terapéutica de los équidos, así como acerca de los defectos de los remos, la acción curativa de ciertos medicamentos y la elaboración de ungüentos y otros preparados. Los colores o pelaje de los équidos y las cualidades que debe reunir un buen caballo conforman uno de los apartados del libro. Lo más sobresaliente del mismo es la observación que hace, en forma de preguntas y respuestas, del movimiento circulatorio de la sangre, donde describe la circulación general y de retorno cuando escribe: “Por manera que la sangre anda en torno: y en rueda por todos los miembros y venas: tiene por oficio de llevar el nutrimiento por las partes de fuera y otras tienen por oficio de llevar el nutrimiento por las partes de dentro hasta el emperador del cuerpo que es el coraçon: al qual todos los miembros obedescen”. A partir de la opinión del padre Benito Jerónimo Feyjoo, formulada en una de sus Cartas eruditas, se suscitó una viva polémica entre partidarios y detractores del albéitar sobre la prioridad del descubrimiento, disputa que ha llegado hasta nuestros días. De la Reyna conoce la existencia de la circulación, pero la describe genéricamente y no con exactitud, puesto que admite la antigua teoría de que las venas salen del hígado y las arterias del corazón. Sin embargo, la descripción de Luis Lobera de Ávila es más completa que la de De la Reyna, ya que en su Libro de Anatomía (1542) hace una descripción bastante exacta de la circulación pulmonar.

El libro de Francisco de la Reyna tiene además otros valores desde el punto de vista veterinario que hacen que deba ser considerado en muchos aspectos como una obra clásica e históricamente imprescindible para llegar a conocer la evolución de la medicina veterinaria de su tiempo. Los capítulos son cortos y en ellos figuran la definición de la enfermedad, las causas, las que llama insignias y señales con que se manifiesta, es decir, los síntomas, para concluir con el tratamiento y en ocasiones con la alimentación recomendable durante la convalecencia.

No es menos interesante la inclusión que hace en el libro de dos “Artes de Herrar”, uno original suyo, “hecho con nuevo estilo con sotil ingenio” y el segundo, original de Juan de Vinuesa, añadido y enmendado por Reyna. Al ser el caballo durante muchos años el animal de más valor que sirvió de modelo en los estudios de anatomía comparada, en la fisiología y en parte de la patología, el estudio y cuidado de las extremidades constituían una de las materias esenciales de la ciencia veterinaria. Un caballo con defectos o enfermedades en los remos quedaba depreciado y, en ocasiones, era inservible para su utilización en la guerra o como medio de transporte. De aquí el interés que tenía no sólo la terapéutica de las dolencias de las extremidades del caballo, sino también el herrado higiénico, que los veterinarios han venido ejerciendo hasta hace bien poco tiempo.

Como ha escrito Cesáreo Sanz Egaña, historiador de la veterinaria española, el libro de Francisco de la Reyna es “el texto más autorizado del siglo xvi que inicia las publicaciones de los albéitares españoles”.

 

Obras de ~: Libro de Albeytería, Astorga, Agustín de Paz, 1547.

 

Bibl.: B. J. Feijóo, Cartas eruditas y curiosas, t. III-carta 28 y t. IV-carta 7, Madrid, Imprenta de A. Pérez de Soto, 1765; A. Chinchilla, Anales históricos de la medicina en general y biográfico-bibliográficos de la española en particular, vol. II, Valencia, López, 1841; A. Hernández Morejón, Historia bibliográfica de la medicina española, vol. III, Madrid, Jordán e Hijos, 1842; N. Casas, “Sobre el descubrimiento de la circulación de la sangre”, en Boletín de Veterinaria (Madrid), 19 (15 de diciembre de 1845), págs. 289-299; C. Sanz Egaña, Historia de la Veterinaria española. Albeitería-Mariscalería-Veterinaria, Madrid, Espasa Calpe, 1941; R. Sancho de San Román, “Estudio crítico de la obra de Francisco de la Reyna”, en Cuadernos de Historia de la Medicina Española, vol. II, cuad. 1 (enero-junio de 1963), págs. 23-42; J. M.ª López Piñero, Th. F. Glick, V. Navarro Brotons y E. Portela Marco, Diccionario histórico de la ciencia moderna en España, Barcelona, Península, 1983; B. Bachmeier, Veterinärhistorische Untersuchung über das “Liebro de Albeytería” des Spanischen Tierarztes Francisco de la Reyna (16. Jh), tesis doctoral leída en la Facultad de Veterinaria de Ludwig-Maximilians, Universidad de Múnich, 1990; B. Madariaga de la Campa, En torno a Francisco de la Reina y su Libro de Albeytería, León, Celarayn, 2002.

 

Benito Madariaga de la Campa

Relación con otros personajes del DBE

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