Ravell y Barrera, Ana. Arenys de Mar (Barcelona), 5.V.1819 – Argentona (Barcelona), 4.VI.1893. Fundadora de las Franciscanas Misioneras de la Inmaculada Concepción.
Ingresó en 1847 en la comunidad religiosa de la Sagrada Familia de Burdeos, y comenzó su carrera como ayudante maestra en el Colegio La Concepción de Masnou. Por causas internas de la Congregación, abandonó el puesto para ejercer magisterio y se tituló en 1852.
Su primo, Pascual Ravell, catedrático del Seminario de Barcelona, le ayudó al presentar al pueblo de La Garriga sus ideas y objetivos de establecerse como maestra de niñas, pues no había ninguna escuela para ellas en la población. Finalmente, en 1857 ella y sus compañeras abrieron la escuela.
Ramón Boldú, franciscano exclaustrado al servicio de la diócesis de Barcelona, participó plenamente desde el primer momento con los ideales y principios de Ana Ravell. Trabajaron en el proyecto encontrando en la Tercera Orden Franciscana, el marco ideal para enmarcar el nuevo Instituto. En 1859 Ana y sus tres compañeras, Dolores Roca, María Parcerisas y Margarita Candelich, ahora novicias con el hábito de terceras franciscanas, fundaron la sociedad Colegio de la Concepción. Pasado el año de noviciado, el 9 de septiembre de 1859 solicitaron al comisario provincial, Miguel Roselló, ser admitidas a la profesión de la Regla, lo que les fue concedido el 11 de octubre del mismo año. El padre Roselló delegó en el padre Ramón Boldú la recepción de la profesión.
El 30 de octubre de 1859 nació el Instituto de Franciscanas Misioneras de la Inmaculada Concepción, aunque en estricto sentido canónico y, por ende, frente a la legislación del Estado, no se había formado ninguna nueva congregación religiosa. El reconocimiento diocesano se hizo más tarde, cuando el Estado abrió la posibilidad a nuevas congregaciones religiosas.
El 12 de marzo de 1868 el obispo de Barcelona, Pantaleón Montserrat, dio el decreto de aprobación del instituto y de las primeras Constituciones.
Aceptó la oferta del Ayuntamiento de La Garriga de ser maestra titular de la escuela de niñas. Ahora, después de tres años de magisterio en su escuela privada, en 1860 Ana Ravell tomaba posesión de la escuela pública. Pero en 1870 era depuesta de su cargo debido a que se negó a firmar la Constitución liberal de 1869, ya que ésta en su artículo 21 proclamaba la libertad de cultos y prohibía la admisión de novicias en los nuevos institutos.
La separación de la escuela pública desembocó en la expansión de su instituto que tuvo lugar en pocos años. Bajo su lema “Toda fundación comenzada con sencillez y santa pobreza tiene segura su firmeza”, Ana Ravell abrió doce casas. El 9 de octubre de 1876 el Instituto recibió la Bendición de la Orden Franciscana, por medio de su ministro general Bernardino de Portogruaro.
En 1883 envió a sus hijas a las misiones de Marruecos.
Cinco años más tarde se dedicaron al cuidado de los enfermos en el Hospital Español de Tánger. El 28 de julio de 1891, el papa León XIII les concedió el decreto de alabanza, y él mismo, el 1 de agosto de 1900 concedió la aprobación pontificia del instituto.
Más tarde, el 3 de enero de 1907, el ministro general de la Orden Franciscana, Dionisio Schuler, firmó el decreto de agregación a la Orden.
Bibl.: Ayuntamieneto de la Garriga, “Acuerdos Municipales n.º 105”, Libro de Acuerdos del Ayuntamiento (acta del 27 de junio de 1869); “La Garriga”, en Revista Franciscana, ts. 3-4 (diciembre 1875), págs. 332-333; M. Font, FMIC, Historia del Instituto de Religiosas Terciarias Franciscanas de la I. C. (ms.), cuad. 1, 12 y ss.; P. Sanahuja, OFM, Historia de la Seráfica Provincia de Cataluña, Barcelona, Editorial Seráfica, 1959; J. Bada i Elias, M. Vázquez Longares, Ana Ravell i Barrera, 1819-1893, Una vida al servicio de todos, Barcelona, Franciscanas Misioneras de la Inmaculada Concepción, 1987; Federación Interfranciscana de España, Convocados por Francisco. Familia Franciscana en España, hoy, Madrid, Federación Interfranciscana de España, 1999.
José Martín Brocos Fernández