Peralta Pineda, Ángel. Centauro de la Puebla. Puebla del Río (Sevilla), 18.III.1925 – Sevilla, 7.III.2018. Rejoneador y ganadero.
Hermano del también rejoneador Rafael Peralta (Puebla del Río, 4 de junio de 1933), el llamado Centauro de la Puebla fue, además de un maestro del toreo a caballo, un excelente jinete y uno de los grandes responsables del auge que el rejoneo comenzó a adquirir a partir de las décadas centrales del siglo XX. Ángel Peralta, que fue dueño de un estilo a un tiempo espectacular y clásico, pasa por ser el primero que banderilleó por el lado izquierdo del caballo, el primero que alegró al toro para banderillear con el caballo suelto, el primero que puso banderillas cortas a dos manos y, además de realizar diferentes ejercicios de doma, el primero en clavar las llamadas rosas (banderillas cortas adornadas con papeles simulando una rosa).
Los hermanos Peralta adquirieron una gran popularidad y actuaron durante muchos años en una altísima cantidad de festejos, muchas veces superando las cien corridas. Durante bastantes temporadas, primero Ángel, y luego ambos hermanos, lideraron el escalafón de rejoneadores. Entre otros caballos, Cabriola fue una jaca de gran importancia en la carrera del mayor de los Peralta, que dio nombre a una película del director Mel Ferrer rodada con Marisol en 1965, que murió en el coso de Alicante, en septiembre de ese año, poco antes de ser estrenada. Peralta había cabalgado antes en el cine en la película La novia de Juan Lucero, en 1959, bajo las órdenes de Santos Alcocer.
Tras debutar en público el 19 de febrero de 1945 en la plaza de La Pañoleta, de Sevilla, muy pronto se presentó en los cosos de San Sebastián y Sevilla. En Madrid actuó por primera vez el 19 de abril de 1948, lidiando un astado de la viuda de Molero. A partir de 1970 fue el impulsor, junto a su hermano Rafael, Álvaro Domecq Romero y el portugués José Samuel Lupi, de las corridas de cuatro rejoneadores, con seis toros, lidiando los dos últimos en las llamadas colleras (parejas). A ese cartel, que tuvo una gran fama y trascendencia en la historia del rejoneo, se le denominó los “Cuatro Jinetes del Apoteosis”.
Ganador en varias ocasiones (los años 1979 y 1982), entre otros, del trofeo que concede la Real Maestranza al rejoneador triunfador de la Feria de Abril, su larguísima trayectoria está repleta de éxitos. Todavía en activo, a pesar de contar sesenta y cinco años, en 1990 sufrió un grave percance en Zubia (Granada), al caerle encima su caballo Corinto, y que a punto estuvo de costarle la vida. En 1992 toreó dos festejos, y el 20 de septiembre de ese mismo año, después de haberse recuperado de un grave accidente de automóvil que unos meses antes sufrió con su segunda esposa la ginecóloga Encarnación Rizo de Hurtado, se celebró en Madrid una corrida en homenaje a sus bodas de oro en la profesión, en la que intervinieron doce rejoneadores (además de Manuel Vidrié que, aun estando retirado debido a una lesión, también intervino), que actuaron en collera. En 1994, a punto de cumplir los setenta años, aún intervino en una corrida.
Junto a su hermano Rafael, es propietario de las ganaderías denominadas Peralta y Viento Verde. Aficionado a la poesía, ha compuesto numerosos poemas de corte popular y ha escrito y publicado sus memorias.
Obras de ~: Cabriolas, Sevilla, 1960; Caballo torero, Colonia (Alemania), 1971; Cucharero, Madrid, 1975; Mi sueño con el pájaro y el toro, 1995; Desde mi caballo, pról. de S. Muñoz Machado, Sevilla, Fundación José Manuel Lara, 2005; La sabiduría de un jinete. Cabriolas de mi mente, Córdoba, Editorial Almuzara, 2011; El mundo del caballo y del toro, a cielo abierto. Sobre equitación, el toreo, el rejoneo y sus vivencias, Córdoba, Editorial Almuzara, 2012; El Centauro de las marismas, Córdoba, Editorial Almuzara, 2017.
Filmografía (películas y documentales): J. H. Gan (dir.) Toreo a caballo (1953); T. Young (dir.), La princesa de Éboli (1955); con Juanita Reina en S. Alcocer (dir.), La novia de Juan Lucero (1958); con Marisol en M. Ferrer (dir.), Cabriola (1965); R. Campos de España (dir.), Toros y fiestas (1968); T. Danielewski (dir.), España puerta abierta (1972).
Bibl.: J. L. Ribeiro, Apuntes taurinos: consideraciones y preceptos acerca del arte de rejonear, Lisboa, 1925; Á. Domecq y Díez, El rejoneo, Madrid, Gráficas Valera, 1958; J. M. Cossío, Los toros. Tratado técnico e histórico, vol. IV, Madrid, Espasa Calpe, 1961, págs. 637-639; Á. Domecq y Díez, “El arte del rejoneo”, en C. Orellana (dir.), Los toros en España, Madrid, Oreal, 1969; J. J. Bonifaz, Los toros. Tratado técnico e histórico (Cossío), vols. VI y XI, Madrid, Espasa Calpe, 1981 y 1988, págs. 256-257 y págs. 853-854, respect.; D. Pineda Novo, Centauros de la marisma: Ángel y Rafael Peralta, con juicios de G. Diego y J. M. del Rey Caballero, ilustración de M. Cuixart, Sevilla, Gráficas Santa María, 1988; F. Mira, Medio siglo de toreo en la Maestranza (1939-1989), Sevilla, Guadalquivir, 1990; J. Santos Alonso, Lo válido y lo inválido en el rejoneo, San Luis Potosí (México), ed. del autor, 1991 (trad. al francés, Le rejoneo, Nimes, Edit. Sime, 1994); F. López Izquierdo, El rejoneo, arte de caballeros, Madrid, Egartorre, 1994; J. Santos Alonso, Filosofía del toreo a caballo y otras consideraciones, México, Bibliófilos Taurinos, 1995 (col. Lecturas Taurinas n.º 34); J. M. Sotomayor, Los toros. Tratado técnico e histórico (Cossío), vol. XII, Madrid, Espasa Calpe, 1997, págs. 904-905; G. Moreno Pidal, Doma de campo y rejoneo, Badajoz, 1998; L. Nieto Manjón, La historia insólita del toreo a caballo, Madrid, Tutor, 2001, págs. 36, 46, 58-59, 121-122, 151, 154, 173, 175-176 y 236; J. M. Sotomayor, “Relación de las corridas de toros, novilladas con picadores y festejos de rejones celebrados en la Plaza Monumental de las Ventas de Madrid (17 de junio de 1931-23 de octubre de 2005)”, en VV. AA., Las Ventas. 75 años de historia, Madrid, Centros de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid, 2006; J. M. Martínez Parras, El Rejoneo, Sevilla, Junta de Andalucía, col. Cuadernos de Aula Taurina, 2006, págs. 68, 84-85, y sobre Rafael Peralta, pág. 88.
José Luis Ramón Carrión
