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Manuel Azamor y Ramírez

Biografía

Azamor y Ramírez, Manuel. Villablanca (Sevilla), 22.X.1733 – Buenos Aires (Argentina), 2.X.1796. Sacerdote y abogado.

Hizo sus estudios en el Colegio de Santo Tomás de Sevilla; cursó Teología y Leyes hasta obtener el título de abogado y el grado de doctor en Sagrados Cánones.

Desempeñó sucesivamente y en diversas universidades de España las cátedras de Filosofía, Teología y Jurisprudencia. Ocupó varios cargos de importancia hasta alcanzar el rectorado de la Universidad de Osuna. Cuando desempeñaba la dignidad de tesorero de la catedral de Cádiz, fue presentado para la silla episcopal de Buenos Aires; el presidente del Consejo de Indias lo consideró el más apropiado para la mitra porteña, en especial atendiendo a las complejas circunstancias de haberse creado allí recientemente la Audiencia. Se lo tachaba de docto, ejemplar obispo y gran pacificador. El obispo Azamor fue consagrado en Cádiz el 15 de octubre de 1786. A causa de una grave enfermedad que puso en peligro su vida, se vio obligado a demorar su partida hasta el 16 de octubre del año siguiente.

La travesía fue larga y penosa, con carencia de víveres y agua. Llegó a Montevideo el 11 de marzo de 1788 y a Buenos Aires el 10 de mayo siguiente. Desde Montevideo había otorgado poder al deán para que tomara posesión de la diócesis, haciéndolo él personalmente el 19 de mayo de 1788. En el desempeño de su cargo se desarrollaron cordialmente las relaciones con los virreyes Loreto, Arredondo y Melo. Uno de sus biógrafos dice del doctor Azamor que ninguno de sus predecesores lo superaba en ingenio ni en universalidad de conocimientos. Era un versado humanista y excelente teólogo que lograba cautivar la atención de su joven auditorio en las disertaciones de sus cátedras, conmovía a los fieles desde el púlpito y deleitaba con su conversación a quienes lo trataban.

Proyectó la creación de un plantel de enseñanza superior. Se preocupó por mejorar la situación económica de la iglesia, que, por lo precaria, impedía la provisión de muchos cargos. Logró poner fin a las obras de reconstrucción de la catedral porteña, inaugurándola el 25 de marzo de 1791. Poseyó una importante biblioteca que fue utilizada por los estudiosos de la época, y que sirvió luego de base a la actual Biblioteca Nacional de Buenos Aires.

En una de sus visitas pastorales, a fines de 1795, le acometió un síncope a ocho leguas más al norte de Areco, en la provincia de Buenos Aires. El accidente le obligó a regresar de inmediato a la ciudad, adonde llegó visiblemente desmejorado. En agosto de 1796 volvió a sentirse mal, y el 30 de ese mismo mes su médico, el doctor José Capdevila, le diagnosticó una grave afección al hígado. Tres días después el obispo recibía el viático con asistencia del clero y del pueblo.

Fallecía a los sesenta y tres años de edad. Su cuerpo fue embalsamado y sepultado con todos los honores propios de su magistratura.

Actualmente en el edificio de la Universidad de Osuna se conserva su retrato de 1786 y una inscripción que recuerda toda su trayectoria eclesiástica.

 

Bibl.: E. Udaondo, Diccionario Biográfico Colonial Argentino, Buenos Aires, Huarpes, 1945, págs. 121-122; R. D. Carbia, Historia Eclesiástica del Río de la Plata, t. II, Buenos Aires, Casa Editora Alfa y Omega, 1914, págs. 125-129.

 

Sandra Fabiana Olivero