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Martín de Cubas

Biografía

Cubas, Martín de. Cubas (Madrid), c. 1400 – ?, s. m. s. XV. Sacerdote secular, cisterciense (OCist.) en Montesión y elegido sucesor de Martín de Vargas como reformador.

El forjador de la Congregación de Castilla Martín de Vargas murió como fiel discípulo de Cristo en 1446, en defensa del ideal que había tratado de inculcar en los monjes de su tiempo, quienes, según Eugenio IV, “vivían desarreglados, al margen de toda observancia”.

Gracias a él se salvó y se reformó la Orden en España. Pero como la incipiente reforma carecía aún de cauces precisos para proseguir en aquel afán de sacar a las comunidades de la situación lamentable que venían arrastrando, ante la inesperada muerte del reformador, el contado grupo de monjes que le seguía se lanzó a elegir un sucesor en el cargo y puso los ojos en fray Martín de Cubas, sacerdote que había sido en el mundo con un brillante historial. Hacía ocho años que, al comprobar la santidad de vida que aureolaba a los discípulos de Vargas, había solicitado el ingreso en Montesión, y ahora se le juzgaba digno de regir a sus hermanos, señal inequívoca de la seriedad con que había tomado aquella vida que encontró adecuada a sus deseos de santidad.

Le eligieron reformador, mas parece que la elección no estuvo de acuerdo a las normas canónicas, por lo cual Eugenio IV la consideró nula y mandó que se hiciera otra, en la cual los votos fueron para fray Martín de Montalvo. mandó además el Papa que, en lo sucesivo, el que fuera elegido primer superior de la reforma no se llamara “reformador”, sino visitador de la misma.

Algunos han creído que tal determinación del Papa, al declarar nula la elección, refleja un matiz de castigo para fray Martín de Cubas, pero fue todo lo contrario, porque de haber sido cierto, nunca se hubieran acordado de él los capitulares, y en 1458 de nuevo lo volvieron a elevar al primer puesto, que ejerció algunos años, aunque con fatiga. Aquel sacerdote que en Cubas había dejado fama de santo no había buscado el retiro del claustro para figurar, sino que prefería vivir en el anonimato; por eso renunció al cargo y prefirió la vida oculta de monje. En 1462 ya había otro que ocupaba el primer puesto.

La Orden perseguía a Vargas como quebrantador de las leyes establecidas, pero la reforma siguió llena de vigor hasta 1835, produciendo copiosos frutos. Fray Martín de Cubas murió en loor de santidad.

 

Bibl.: A. Manrique, Anales Cistercienses, vol. IV, Lugduni, Hæred G. Boissat y Lavrentii Anisson, 1642-1659, apéndice, passim; E. Martín, Los bernardos españoles, Palencia, Gráficas Aguado, 1953, passim; “Un catálogo de generales de la Congregación de Castilla”, en, Cistercium, año IV (1953), págs. 105-153; Fr. Ceferino, “Un catálogo más de los generales de la Congregación de Castilla”, en Cistercium, año VI (1954), págs. 127 y ss.

 

Damián Yáñez Neira, OCSO

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