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Felipe Ramírez Trujillo

Biografía

Ramírez Trujillo, Felipe. Orán (Argelia), 26.V.1736 – Valencia, 9.VI.1821. Brigadier del Ejército, ingeniero director.

Hijo de Felipe Ramírez, ayudante mayor del Regimiento de Infantería de Orán, ingresó con fecha de 4 de mayo de 1756 como cadete en la unidad de su padre, con la que participó en varias acciones en la costa norte de África, así como contra un jabeque proveniente de Salé (actual Marruecos) dedicado al corso.

Estudió en la Academia de Matemáticas de Orán logrando el ingreso en el Cuerpo de Ingenieros Militares, tras presentar un proyecto de fortificación de una plaza, el 13 de junio de 1763. El 3 de agosto de ese año era nombrado subteniente e ingeniero ayudante, siendo destinado a Orán con la comisión de realizar “el dibujo y reducción del Plano General de la plaza”, asistiendo en obras de fortificación y ejerciendo como director de la citada academia.

El 9 de marzo de 1767, Ramírez ascendía a ingeniero extraordinario, integrado en el Ramo de Caminos con destino en el Camino Real de Valencia, donde trabajaba en Almansa y Mogente (Valencia). En ese año, se había dividido al Cuerpo de Ingenieros en tres Secciones: el Ramo de Academias Militares, el Ramo de Fortificaciones del Reino y el Ramo de Caminos, Puentes, Edificios de Arquitectura Civil y Canales de Riego y Navegación.

Ascendía a ingeniero ordinario el 22 de agosto de 1776 y en ese mismo año formaba parte de la segunda expedición de Cevallos (Pedro de Cevallos Cortés) a la América Meridional (Río de la Plata), en el marco de la guerra con Portugal por la posesión de la banda oriental de Sudamérica. En el transcurso de la contienda, tras la rendición de la guarnición lusa en la isla de Santa Catalina, se le encargaba la formación de un plano general de la citada isla y confines del Brasil. Firmada la paz entre ambas potencias, Cevallos partía de Montevideo para España el 30 de junio de 1778 y con él, Felipe Ramírez.

El 19 de agosto de 1778, un oficio del gobernador de la plaza de Cádiz, donde se encontraba Ramírez, le comunicaba que, por una R.O., se le destinaba al ejército de Valencia, en Alicante, donde debía trabajar en sus fortificaciones. El 21 de febrero del siguiente año pasaba a servir en las obras del Canal de Castilla. Permanecía en su nuevo destino hasta 1782, en que se le destinaba al que sería el último intento de recuperación de Gibraltar. Al finalizar el sitio, en 1783, pasaba a la plaza de Ceuta, donde estuvo encargado de la Comandancia de Ingenieros en dos ocasiones.

Con fecha de 27 de diciembre de 1787 ascendía a teniente coronel e ingeniero en segunda, y un año después se encontraba nuevamente en América, como comandante de las fortificaciones de la isla de Santo Domingo. Había sido enviado a la citada isla para sustituir al ingeniero militar Juan Francisco Mestre, con el encargo de realizar un proyecto de fortificación de la misma. En ese año de 1787, el gobernador le ordenaba practicar un reconocimiento de la iglesia parroquial del pueblo de las Minas: “La declaré ‘ruinosa e indecente’ y presenté un proyecto para una sola capilla que podía costar 17.527 reales”. Una vez aprobado el proyecto, Ramírez efectuaba la construcción de una nueva iglesia, a cargo de la Real Hacienda.

En 1793, Ramírez, dentro de un plan general de fortificación de Puerto Rico y, concretamente, con el objetivo de ampliar y reforzar el castillo de San Felipe del Morro, presentaba un Plano y Perfiles que manifiestan el Proyecto de un frente más capaz que el que tiene en el día el Castillo de San Felipe del Morro de la Plaza de Puerto Rico. También realizaba el Plano y Perfil que manifiesta el Proyecto de una Plaza de Armas atrincherada y Camino Cubierto q.e se propone executar en el Castillo de S,n Felipe el Morro, Puerto Rico, ambos firmados el 16 de noviembre de ese año. Un año después (el 6 de octubre), ascendía a coronel del Ejército (los oficiales de Ingenieros podían ascender en dos escalas distintas: una, la del Ejército, por elección, y otra, en el Cuerpo, por antigüedad) y el 7 de febrero de 1795 lo hacía a ingeniero en jefe, al tiempo que presentaba el Plano y Perfiles del fuerte de La Princesa y un nuevo plano de San Juan de Puerto Rico que “muestra el estado de defensas de la ciudad de San Juan y los espacios más vulnerables de la isla ante un posible ataque enemigo”.

Felipe Ramírez describía detalladamente en 1796 el área del Boquerón, en San Juan, y las obras que se acababan de realizar en el fuerte San Jerónimo: “El Boquerón por donde se comunica la mar del norte con el caño de San Antonio hasta el Puerto, es otro de los puntos que en todos tiempos han dado cuidado a los defensores de esta Plaza, y superioridad, el fuerte llamado San Jerónimo, sobre el islote que está en su entrada, en el que, bien servida su artillería, puede depositarse la confianza de una vigorosa oposición contra los intentos que emprenda el enemigo por esta parte. El Boquerón, que tiene ochenta varas de ancho hasta el islote arrimado a la punta del Condado, es navegable, pero la ensenada que sigue del mismo nombre, lo es solo por un preciso canal hasta el Puente de San Antonio, y fuera de él, ni aún las canoas encuentran fondo suficiente, a menos que un practico consumado los dirija”.

Siguiendo con su informe, señalaba: “El fuerte de San Gerónimo, con los siete cañones de su batería y algún otro que puede ponerse a barbeta por el norte y sur, presta una oposición, que puede obligar al enemigo a retirarse, pues no le ha de ser tan fácil forzar un paso de difícil acceso, encontrando una resistencia vigorosa que ha de contrarrestar. Esta batería está dispuesta de suerte que los cuatro cañones del Este defiendan la entrada del Boquerón, y punta del Condado, y los tres del Sur pueden servir para disputar el paso del Puente de San Antonio, batiendo el mismo tiempo toda la campaña por aquella parte, contra las invasiones de tierra”.

A esto, añadía que “al nivel de la plaza baja, en los parajes donde empiezan las subidas de las rampas, se ha dispuesto explanadas para colocar cañones en caso necesario; por el Norte se defenderá (ayudando los que pueden estar a barbeta en la Batería alta) la pequeña Playa y ensenada de las Zalemas, hasta la punta del Escambrón, y Canal de Jorge, y por el Sur la ensenada e inmediaciones del Puente de San Antonio”.

Además, “la longitud que ocupan las rampas por uno y otro lado, tendrán en la parte superior un paradero atronerado, con su correspondiente banquera para la fusilería, y la Gola tendrá el mismo parapeto con su estacada, y rastrillo a la entrada del Puente por donde se comunica el mar, dejando aislada la Batería con sólo el preciso paso de éste.”

Las obras realizadas por Ramírez estaban encaminadas a resistir un inminente ataque inglés, que finalmente se producía en abril de 1797 y que fracasaba. En la defensa y posterior derrota participaba activamente Ramírez contra la escuadra de Harvey y el ejército de Ralph Abercromby. En todas estas operaciones estuvo asesorando al gobernador Ramón de Castro y Gutiérrez, reconociendo el terreno y puente de Martín Peña, y mandando la defensa inmediata del “frente de tierra”.

Ramírez permanecía en San Juan hasta el 25 mayo 1797, fecha en la que embarcaba para España, tras haber llegado su relevo. Antes de su arribada era hecho prisionero por una escuadra inglesa que bloqueaba Cádiz, aunque fue liberado en poco tiempo.

En 1798 era nombrado comandante de Ingenieros de la plaza de Cartagena y el 10 de diciembre del mismo año firmaba el Plano que manifiesta la porción de costa que hay desde la Batería de Navidad a la de la Podadera, con el camino que se propone para tener segura comunicación entre estos dos puntos, la cual, en el día es impracticable. Igualmente, en Cartagena dibujaba, el 25 de octubre de 1799, el Plano y perfil de la cisterna que se propone para la batería de Cal-Negre y El plano y los perfiles del monte San Julián. El 17 de junio de 1799 se le promocionaba a brigadier como premio por la defensa de Puerto rico durante la referida defensa de la plaza.

En 1800 se le destinaba como jefe de la Dirección-Subinspección de Valencia y Murcia, desde donde se le comisionaba para que organizara un nuevo gobierno militar en Almadén (donde además debía mejorar las minas de azogue de esa localidad) y Almadenejos (Ciudad Real). En 1802 era designado gobernador militar de Menorca y plaza de Mahón; en 1808, como gobernador de Mallorca, y, finalmente, con fecha de 29 de octubre de 1809 (en el marco de la Guerra de Independencia), pasaba a Valencia, donde formaba parte de la junta encargada de la “fortificación de campaña”. Al capitular esta plaza el 9 de enero de 1812 caía prisionero, siendo conducido a Francia.

Al terminar la guerra y volver a España, era rehabilitado por la Junta de Generales. En consecuencia, una R.O. de 20 de julio de 1815 aprobaba su “honor y fiel conducta política y militar”, cuestión a la que se sometía a los prisioneros en Francia a su vuelta a España. Después de su reaparición en el Estado Militar, siguió figurando hasta el año de 1822, año en el que debió de fallecer.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Segovia (AGMS), Expedientes Personales.

Estado Militar de España, 1800-1823; R. Alegría, El fuerte de San Jerónimo del Boquerón, San Juan (Puerto Rico), Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1969; H. Capel et al., De Palas a Minerva: la formación científica y la estructura institucional de los ingenieros militares en el siglo XVIII, Barcelona, Serbal - CSIC, 1988; J. M. Zapatero, “Las fortificaciones históricas de San Juan de Puerto Rico”, en Militaria: revista de cultura militar, 1 (1989), págs. 141-178; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993, 2 ts.; M. G. Cano Révora, Cádiz y el Real Cuerpo de Ingenieros Militares (1697-1847). Utilidad y Firmeza, Cádiz, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz, 1994; G. Guimaraens Igual, El último hálito de la Fortificación Abaluartada: El fuerte de San Julián de Cartagena, tesis doctoral, Valencia, Universidad Politécnica de Valencia, 2008; C. Laorden Ramos, Obra Civil en Ultramar del Real Cuerpo de Ingenieros, Madrid, Ministerio de Defensa, 2008, 2 vols.; A. Martín-Lanuza Martínez, Diccionario Biográfico del Generalato Español. Reinados de Carlos IV y Fernando VII (1788-1833), Madrid, Foro para el Estudio de la Historia Militar de España, 2012; N. Hinarejos Martín, “El ingeniero militar Felipe Ramírez y su aportación al sistema de defensas de la plaza de San Juan de Puerto Rico”, en E. Martínez Ruiz, J. Cantera Montenegro y M. de Pazzis Pi Corrales (coords.), La organización de los ejércitosCongreso Internacional de la Cátedra Extraordinaria Complutense de Historia Militar, Madrid, Ministerio de Defensa - Universidad Complutense de Madrid, 2016.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño

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