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Ángel de la Hoz Fernández-Baldor

Biografía

Hoz Fernández-Baldor, Ángel de la. Solares (Cantabria), 1922 – Santander (Cantabria), 23.II.2019. Fotógrafo y pintor.

Desde muy joven manifestó una clara afición por las artes plásticas, que desarrolló de forma autodidacta en los que son sus primeros apuntes, dibujos, acuarelas y monotipos —El bock (1935), El cafetín del puerto (1936), Soldados (1939)—, pero en la que afloran claros referentes expresionistas. Entre 1940 y 1945 comenzó a pintar al óleo, sintiéndose atraído por el impresionismo. Pintaba al aire libre con Miguel Vázquez, con quien compartía en 1946 un estudio de pintura situado en la calle Canalejas, en el que mantenían animadas tertulias de pintura, poesía y literatura. En este año realizó Hombre sentado en la alameda de Puerto Chico, claramente impresionista.

En 1947 se trasladó a Bilbao con el fin de ampliar sus conocimientos sobre la técnica fotográfica. Entró a formar parte del estudio de fotografía Arte Moderna, dirigido por James Rimkeit, y celebró en él la que fue su primera exposición de fotografía. Influenciado por la obra de Solana, realizó una serie de obras, como Votando en el referendum (1945), Un pescador en la calle de Peña Herbosa (1947) y El entierro (1948). A su regreso de Bilbao, abrió en 1948 un estudio fotográfico en la calle Calvo Sotelo de Santander. En ese mismo año publicó en Luna y Sol de Madrid. Conoció a Mathias Goeritz, cuya obra y personalidad se dejan sentir en su obra. En 1949 comenzó a relacionarse con el grupo Proel, participando en sus tertulias y realizando las fotografías para el catálogo de la exposición de Pancho Cossío celebrada en el Museo de Bellas Artes de Santander, organizada por Proel. En 1952 realizó las fotografías para el folleto del Hotel Bahía de Santander, asimismo colaboró en la revista Arte Fotográfico de Madrid y en noviembre de este año tuvo lugar en la Galería Sur de Santander una exposición en la que destacaban los retratos de Cossío, Hierro y Maruri. En 1953 obtuvo el Primer Premio Nacional del Concurso Negtor de Fotografía, y expuso una selección de fotografías en la Biblioteca Popular de Torrelavega.

Siempre vinculado a la actividad artística de la ciudad, fundó, con Fernando Baños, la galería de arte Sala Delta, que dirigió durante tres años. En 1954 realizó las fotografías que ilustran el Libro de Santillana, del que fue autor Lafuente Ferrari, editado en 1955. En 1955 tuvo lugar en la Casa de Cultura de Reinosa una nueva exposición de fotografía, en la que aparecen los retratos acompañados de comentarios de Gerardo Diego, José Simón Cabarga, Pancho Cossío, José Hierro o Joaquín de la Puente.

En 1956 mostró las primeras exposiciones individuales de pintura, realizadas en la Sala Giráldez de Vigo, en la Sala Stella de Gijón y en la Sala Meseta de Valladolid, y colectivas en la Casa de Cultura de Santander y en la Sala Delta. En las obras realizadas en estos años se ve la influencia de la obra de Cossío y el descubrimiento de la pintura matérica. Su pintura se vuelve más gestual, Ave, El pato negro (1955). Realizó también en 1956 el cartel del centenario de Menéndez Pelayo y el cartel del V Festival Internacional de Santander, entidad con la que colaboró en múltiples ocasiones. En 1957 participó en la muestra colectiva Joven Pintura Santanderina, en el Ateneo Jovellanos de Gijón y en la Sociedad Amigos del Arte de Avilés. En este año pintó el lienzo titulado En la ventana, inscrito dentro de la figuración modernizadora madrileña. En 1958 realizó un gran mural fotográfico para Sniace en la Feria de Muestras de Bilbao, y participó en las colectivas Pintura Montañesa Contemporánea, en el Ateneo de Santander, y Arte Montañés, en el Instituto Marqués de Santillana de Torrelavega. En 1959 estableció contacto con el grupo AFAL de Almería, grupo renovador e innovador de la fotografía a nivel nacional. En 1959 de nuevo fue portada de la revista Sol y Luna de Madrid, y volvió a participar en la colectiva Pintura Montañesa Contemporánea en el Ateneo de Santander. En 1961 expuso en la Sala Alerta de Santander dentro de la muestra colectiva Temas de la Montaña. Entre 1965 y 1975 desarrolló una escasa actividad artística.

En 1977, cerrado ya su estudio fotográfico, instaló un taller en la calle Reina Victoria, retomando la actividad pictórica de forma más intensa y orientando su labor hacia el campo de la ilustración y de la publicidad, aunque sin abandonar en ningún momento la fotografía, actividades que realizó desde su nuevo estudio. Comenzó una nueva etapa artística, en la que investigó nuevos procedimientos en óleo y monotipos, al tiempo que reanudó la actividad expositiva en las colectivas Artistas de Cantabria en la Sala del Banco Bilbao de Torrelavega y Artistas de Cantabria en el Museo de Bellas Artes de Santander. Incrementó los contactos con artistas, comentaristas y críticos de arte, surgiendo de dichos contactos en 1978 el colectivo Cagiga, integrado por Fernando Zamanillo, Rafael Gallo, Cecilio Testón, Miguel Vázquez y Ángel de la Hoz. Entre 1978 y 1981 participó con distintas obras en las exposiciones que realizó el grupo en diversos foros. Son obras en las que combinaba las imágenes fotográficas con elementos objetuales y tridimensionales. En 1978 entró a formar parte de la directiva de la Asociación de Artistas Plásticos de Cantabria. En 1979 de nuevo colaboró con la realización de las fotografías para la segunda edición del Libro de Santillana de Lafuente Ferrari. La actividad expositiva se incrementó, participando en las colectivas Claves Cántabras con el Grupo Cagiga en Segovia, Torrelavega y Madrid; Pintores y Escutores Contemporáneos Cántabros en el Centro Cultural de la Villa de Madrid y en la Casa de Cultura de Murcia; y Once Pintores Cántabros en la Sala Botticelli de Santander. En 1981 llevó a cabo los collages fotográficos. Un año más tarde presentó la carpeta de fotomontajes Signos en el Museo de Bellas Artes de Santander, y una serie de collages en la Sala Puntal de Torrelavega.

En 1984 la Fundación Marcelino Botín de Santander le nombró asesor de artes plásticas. Participó en muestras colectivas de fotografía y pintura en Santander y Torrelavega. En 1985 realizó el cartel de la Semana Santa de Santander, que volvería a hacer en años sucesivos, y colaboró en la carpeta de serigrafías A Raba. En 1986 preparó la carpeta de serigrafía Los Animales, con textos de Hidalgo; llevó a cabo las fotografías del trabajo de Enrique Campuzano sobre El gótico en Cantabria y de José Tocino sobre la Historia industrial de Cantabria; participó en la muestra individual organizada por la Sala Garca de Santander y en la colectiva Temblores de la Sala Alerta. Investigador y conocedor de la fotografía de la región, publicó en 1987, junto a Bernardo Riego, Cien años de fotografía en Cantabria.

Desde 1987 participó de forma continuada en exposiciones colectivas tanto de fotografía como de pintura. En 1988 montó, en colaboración con Bernardo Riego, la exposición La imagen de Cantabria y sus fotógrafos, en la Fundación Marcelino Botín de Santander, e impartió conferencias en los cursos de verano de la Universidad de Cantabria en Laredo. En 1989 ilustró el tercer tomo de Apuntes para una historia industrial de Cantabria de José Tocino, colaboró como ilustrador en la revista de teatro Senda, impartió un curso sobre fotomontaje y laboratorio en la Universidad de Cantabria, entre otras actividades.

En los años noventa se inició la etapa abstracta. Investigó y profundizó en el color y la materia, en una búsqueda de lo estrictamente pictórico. Fruto de ello son los temples sobre papel —series Negro en oposición, Restos y Telas— en los que el color es elemento principal, y las obras matéricas. En 1990 colaboró en la exposición-homenaje a Pancho Cossío en el Museo de Bellas Artes de Santander, comisariada por Esperanza Botella, y publicó junto a Benito Madariaga el libro Pancho Cossío el artista y su obra. Además dirigió el equipo gráfico del V Centenario del Descubrimiento de América, y comisarió la exposición Los cien años de la Plaza de Toros de Santander exhibida en el Centro Cultural Doctor Madrazo de Santander. Entre 1991 y 1992 se encargó del Archivo Fotográfico Municipal, contratado por el Ayuntamiento de Santander. En 1993 ilustró la Guía para visitar los Santuarios Marianos de Cantabria de María del Carmen González Echegaray y trabajó también en la ilustración del Libro de Cantabria, dirigido por Pedro Crespo de Lara. En Caja Cantabria y el Palacete del Embarcadero tuvieron lugar dos muestras retrospectivas de su obra fotográfica. Se publicó el libro Ángel de la Hoz. Fotógrafo, de Manuel Arce. Gran conocedor de la obra de Ricardo Bernardo, comisarió la exposición Centenario de Ricardo Bernardo de Solares e impartió una conferencia sobre el pintor en el Museo de Bellas Artes de Santander en 1997. Este mismo año publicó junto a Benito Madariaga el libro Pancho Cossio y su mundo, impartiendo diversas conferencias sobre el pintor en 1998. En cuanto a la actividad expositiva cabe destacar además de su participación en distintas colectivas, la exposición retrospectiva de su pintura en la ermita de San Roque de Solares y la exposición de obra actual en la Galería Cervantes de Santander, ambas celebradas en 1999, fruto de las cuales es el libro Ángel de la Hoz, pintor, de Manuel Arce.

Fotógrafo creador de nuevas propuestas, que muestran una clara ruptura con el retrato imperante en la sociedad santanderina, convirtiendo la fotografía en una manifestación artística plena de autonomía y modernidad. Aunque el prestigio profesional y social como fotógrafo se debe a su labor como retratista, no se puede obviar el interés de toda su obra como conjunto iconográfico de la actividad social y cultural de toda una época. Pero su labor profesional no puede separarse de su intensa participación en la actividad cultural de la ciudad, formando parte en las tertulias de Proel, de La Isla de los Ratones creada por Manuel Arce, Bar Trueba, La Austríaca, Frypsia, etc., en las que se relaciona con poetas, literatos, artistas, galeristas, etc. Su presencia en la actividad cultural y artística de la ciudad ha sido constante tanto a través de su labor en la Asociación de Artes Plásticas, o en la Fundación Marcelino Botín, como a través de su integración en grupos como la Cagiga o el colectivo fotográfico Imacan. Su obra está siempre enmarcada dentro de postulados de modernidad y de vanguardia, tal y como acreditan las obras realizadas en la década de los cincuenta dentro de una figuración modernizadora. En los años setenta investiga nuevos cauces a través de monotipos y óleos, en los que introduce cantos rodados, maderas, etc., que desembocarán en los años ochenta en las obras mostradas en el Museo de Bellas Artes de Santander en 1982 bajo el título de Signos. Posteriormente ha realizado una obra abstracta, basada en el color y la materia de la que emana en cualquier caso un hondo sentimiento poético.

 

Obras de ~: José Hierro, 1946; Manuel G. Raba, 1951; Antonio Quirós, 1955; Antoni Tàpies, 1956; En la ventana, 1957; Martine, 1959; Ensambles de otoño, 1974; Jesús Otero, 1982; Miguel Vázquez, 1984; Ataque, 1998.

 

Bibl.: L. A. Salcines, El arte como comunicación, Santander, 1977; VV. AA., Plaza Porticada Festival de Santander 1952-1990, Madrid, Cícero, 1991, págs. 213, 277 y 279; M. Arce, Ángel de la Hoz. Fotógrafo, Santander, Caja Cantabria, 1993; S. Carretero Rebés y J. Díaz López, La pintura de Cantabria en la Modernidad (1919-1957), Santander, Museo de Bellas Artes, 1998; M. Arce, Ángel de la Hoz pintor, Santander, Caja de Cantabria, 1999; M. Campo Martínez, “Encuentros de la tertulia Goya con la pintura”, en Pluma y Pincel (Santander), 7 (2000); VV. AA., Santander hace medio siglo, catálogo de exposición, Santander, ZoomCrea, 2004.

 

Salvador Carretero Rebés

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