Montpalau y Solanell, Francisco de. Argelaguer (Gerona), c. 1600 – Francia, 7.V.1674. Abad benedictino (OSB) y político.
Nacido en el castillo de Argelaguer y de la noble familia de su apellido, tomó el hábito benedictino en el célebre monasterio de Santa María de Ripoll (Gerona), perteneciente a la Congregación Benedictina claustral tarraconense, donde fue sacristán y siéndolo fue síndico del monasterio en el Capítulo General de 1636.
Siendo obrero de Ripio y en plena Guerra de Secesión del principado, por decisión de la Junta del definitorio del 1 de febrero de 1642 fue enviado a Francia como embajador ante el D’Argensin, virrey de Cataluña, a fin de que fueran elegidos monjes de la Congregación claustral para ocupar las abadías vacantes de Sant Cugat, Camprodón y Banyoles. De hecho él mismo fue elegido abad de Sant Esteve de Banyoles (Gerona) por el rey de Francia, Luis XIII, y tomó la posesión el 6 de abril de 1642. De nuevo fue enviado a Francia al canciller Pedro de Marca, para pedirle la revocación del nombramiento de abad de Sant Pere de Roda (Gerona), hecho en el presbítero secular Pere Pont, pero sin éxito. También fue enviado a Roma como embajador de la Generalidad de Cataluña para tratar asuntos eclesiásticos del principado con la Santa Sede (1644).
Asimismo, fue abad electo —nunca pudo obtener las bulas de Roma— de Sant Miquel de Cuixá (Francia) (1648-1660) y secuestrador de las rentas del monasterio de Sant Martí del Canigó (1652-1674), visitador de Cataluña (1645-1648), abad presidente de la Congregación claustral (1648-1651), abad teniente de presidente por indulto papal de los monasterios del Rosellón, a saber: Sant Miquel de Cuixá, Sant Martí del Canigó y Santa María de Arles, que tras el Tratado de los Pirineos habían quedado dentro de Francia (1660- 1662 y siguientes). No asistió al Capítulo General de 1661, al que envió como su procurador al monje ripollense Hugo de Montaner. Murió en Francia, pero fue sepultado en su monasterio de Banyoles, en la misma tumba del abad Antonio de Cartellá.
Fuentes y bibl.: Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores (Madrid), Fondo Santa Sede, leg. 110.
G. de Argaiz, La Perla de Cataluña. Historia de Ntra. Sra. de Monserrate, Madrid, Imprenta de Andrés García de la Iglesia, 1677, pág. 333; A. Merino, España Sagrada, vol. XLIII, Madrid, 1819, págs. 339-340; J. Villanueva, Viage literario a las Iglesias de España, vol. XIV, Madrid, Real Academia de la Historia, 1850, pág. 260; F. Monsalvatje, Noticias históricas, vol. IX, Olot, Sucesores de J. Bonet, 1899, pág. 97; vol. XIV, Olot, Sucesores de J. Bonet, 1904, pág. 158; R. M. Bozzo, “Obituari de la Congregació Benedictina Claustral des de l’any 1672 a 1749”, en Catalonia monastica, vol. I, Montserrat, Monestir de Montserrat, 1927, pág. 102; Ll. G. Constans, “Francesc de Montpalau, abat de Banyoles, ambaixador del General de Catalunya”, en Anales del Instituto de Estudios Gerundenses (1960); A. M. Tobella, “Cronologia dels capítols de la Congregació Claustral Tarraconense i Cesaraugustana (1219-1661)”, en Analecta Montserratensia, 10 (1964), pág. 393; “Catàleg dels monestirs catalans”, en Scripta et Documenta (SD) (Montserrat), vol. 55 (1997), págs. 32 y 89; E. Zaragoza Pascual, “Montpalau i Solanell, Francesc de”, en R. Corts Blay, J. Galtés Pujol y A. Manent Segimon (dirs.), Diccionari d’Història Eclesiàstica de Catalunya, vol. II, Barcelona, Generalitat de Catalunya-Claret, 2000, pág. 668; E. Zaragoza Pascual, Abaciologi Benedictí de la Tarraconense, Barcelona, Balmes, 2002, págs. 71, 121 y 158; “Història de la Congregació Benedictina Claustral Tarraconense i Cesaraugustana (1215-1835)”, en SD, vol. 67 (2004), págs. 178, 181-183, 186-187 y 407.
Ernesto Zaragoza Pascual
