Persia, Juan de. Uruch Bec, Ali Guli Bey. Persia, s. m. s. xvi – España, p. s. xvii. Cortesano de origen persa y autor de Relaciones de don Juan de Persia (1604).
Juan de Persia, Uruch Bec, pertenecía a una familia noble de la Corte de sah Abbás I. Su padre fue el Sultán Alí Bec de la familia de los Bayat. La primera noticia que se tiene de Uruch Bec es como acompañante de su padre, en la guerra contra los turcos otomanos. Lo acompañó junto al hijo del sah Jodá Bandé, Hamzá Mirzá, en la toma de Tabriz, en cuyo asalto infructuoso murió su padre en una acción heroica (1585). El sah y el príncipe honraron a Alí Bec por una muerte tan heroica y a su hijo Uruch Bec por la arriesgada acción que había realizado. El mismo Uruch Bec cuenta en sus Relaciones de don Juan de Persia, cómo su padre, en reconocimiento por sus esfuerzos en la guerra contra los turcos, fue retratado en la mezquita de Tabriz una vez que se recuperó la ciudad.
Uruch Bec participó en esta guerra contra los turcos otomanos al mando de un destacamento militar y luchó en la recuperación de diversas ciudades a los turcos.
Después del asesinato del príncipe Hamzá Mirzá, hijo de sah Jodá Bandé, también participó en la guerra para sofocar diversas insurrecciones que asolaban el país. Cuando subió al trono de la dinastía safaví sah Abbás I, continuó tomando parte en diversas empresas militares en un momento crítico para Persia y la dinastía safaví, pues se había producido un vacío de poder y la dinastía estaba amenazada por diversos gobernadores que se habían sublevado. Una guerra importante por lo cruenta que fue y en la que participó Uruch Bec, fue la campaña contra los tártaros. En esta guerra también participaría otro de los integrantes de la embajada ante Felipe III, Alí Qulí Bec, que más tarde sería bautizado con el nombre de don Felipe de Persia.
Tras esta guerra en la que sah Abbás I salió victorioso contra los tártaros, Uruch Bec se integró en la Corte y tras dos años retirado de las armas, fue requerido para participar en una embajada que visitaría las Cortes del pontífice de Roma, el emperador de Alemania, el rey de España, el rey de Francia, el rey de Polonia, la señoría de Venecia, la reina de Inglaterra y el rey de Escocia.
El objetivo era la creación de una alianza contra los turcos otomanos. Sah Abbás I mandó organizar la embajada tras la visita que realizó el aventurero y espía Sir Anthony Shirley a la Corte de Isfahán.
Salió la embajada desde Isfahán en julio de 1599 dirigiéndose hacia el norte, después cruzó el mar Caspio y llegó a Moscú donde los recibió el zar Boris Godunof.
De allí embarcaron hacia Alemania y después por tierra llegaron a Praga a la Corte del emperador Rodolfo II de Alemania. Más tarde llegarían a Italia donde tuvieron varios percances con los guías ingleses que les acompañaban, y tal como relata Uruch Bec en sus Relaciones parece que Anthony Shirley y su hermano Robert, tuvieron mucho que ver en la desaparición de los presentes que sah Abbás I ofrecía a los reyes y autoridades europeas como regalo.
En su estancia en Roma es cuando comenzó a desmembrarse la embajada, pues tres de los criados se quedaron en Roma con intención de convertirse al cristianismo. Uruch Bec no fue menos; se sintió muy interesado durante todo el viaje por las gentes que veía y sus costumbres, pero es en Roma, tras la visita al Papa, donde se sintió muy impresionado y atraído por los católicos. El trato recibido en cada uno de los destinos por los que transcurrió su periplo hispano, también le llamó la atención. Del Vaticano partieron hacia Francia y poco después llegaron a Barcelona donde el virrey, el duque de Feria, había preparado una comitiva que los recibió antes de la llegada a la ciudad para agasajarlos y acompañarlos. Esto ocurrió el 18 de julio de 1601. En Zaragoza los recibió el virrey, duque de Alburquerque y de allí se trasladaron a Valladolid, donde llegaron el 13 de agosto de 1601 a la Corte de Felipe III. Los recibió Luis Henríquez, mayordomo de Felipe III, presentaron a continuación credenciales ante Felipe III y permanecieron dos meses en la Corte de Valladolid.
Durante su estancia fue cuando se produjeron las conversiones al cristianismo de varios miembros de la embajada. Entre ellos, el sobrino del embajador, Alí Qulí Bec. Ante estos acontecimientos, el embajador Uzén Alí Bec resolvió volver a Persia por vía marítima desde Lisboa. Salió la comitiva del embajador, Uruch Bec y el resto de sus integrantes, de Valladolid el 11 de octubre de 1601. Visitaron Segovia, El Escorial, Madrid, Aranjuez, Toledo, etc., hasta llegar a Lisboa.
En Mérida ocurrió un incidente que afectaría directamente a Uruch Bec; allí fue asesinado el alfaquí de la embajada de una puñalada, dándose orden a Uruch Bec, que volviera a Valladolid para notificar la muerte del alfaquí. Al llegar a Valladolid, fue a visitar a su amigo Alí Qulí Bec que se encontraba con los padres de la Compañía de Jesús, y fue entonces cuando tomó la decisión de convertirse al cristianismo. Contactó con Álvaro de Carvajal, capellán mayor y limosnero mayor de Felipe III y, al poco tiempo ambos, Alí Qulí Bec y Uruch Bec, recibieron el bautismo en el Palacio Real, siendo padrinos de ambos los Reyes. El primero fue bautizado con el nombre de “don Felipe de Persia” y Uruch Bec como “don Juan de Persia”. Pronto, “don Juan de Persia” quiso volver a Lisboa para intentar traer a su mujer e hijos, pero el embajador persa se enteró de su conversión e impidió que don Juan Intentara traer a su familia, para lo cual mandó asesinarle, objetivo que no logró. Bien al contrario, don Juan consiguió además que otro miembro de la embajada, Boniat Bec, manifestase su interés por convertirse.
Ambos fueron ayudados por el virrey de Portugal, don Cristóbal de Moura, para que volviesen a la Corte de Felipe III, y en El Escorial fue bautizado Boniat Bec con el nombre de “don Diego de Persia”.
Los tres se quedaron en la Corte de Felipe III con una asignación anual. Más tarde, un hecho sangriento acaecido en Valladolid en el que estuvieron involucrados don Juan y don Felipe de Persia pudo tener consecuencias nefastas para ambos. Don Felipe tuvo unas palabras con el nuevo embajador persa, y de este enfrentamiento resultó muerto el embajador. Don Juan, junto a su compañero fueron retenidos por el alcalde Melchor de Tebes que informó de los hechos al duque de Lerma. Esto ocurrió el 15 de mayo de 1605.
El caso fue llevado ante el Consejo de Estado, aunque pronto fueron liberados.
Don Juan se volvió a casar obteniendo la dispensa —pues estaba casado— con una mujer de Valladolid, Luisa de Quirós, en la parroquia de San Pedro de Valladolid el 25 de enero de 1606, y no hay constancia de que tuvieran hijos. Cuando la Corte se trasladó a Madrid en marzo de 1606, don Juan y sus otros compañeros marcharon también, permaneciendo en la Corte de Madrid con una asignación anual. De su vida posterior y muerte no se tienen datos.
El libro de viajes de don Juan, Relaciones de don Juan de Persia es una crónica de viajes en el que se narran las vicisitudes acaecidas en la embajada desde Isfahán hasta Valladolid. Un viaje muy arriesgado que le llevó a viajar rodeando el imperio turco otomano por el Norte hasta Europa Oriental y de allí hasta España.
La vida y obra de don Juan de Persia, hijo de cortesano y militar de la Corte de safaví de sah Abbás, relatada en parte en su obra Relaciones es además, una visión muy aproximada de la historia de Persia, de sus gentes, de las diversas dinastías persas, especialmente de la dinastía safaví, y de muchos más datos, que dada su singularidad la convierten en una obra imprescindible para entender la percepción que se tenía de Persia en el siglo xvi y del entramado político-militar que constituían las dificultosas relaciones entre Persia y el imperio turco otomano durante los siglos xvi-xvii.
Obras de ~: Relaciones de Don Iuan de Persia. Dirigidas a la Majestad Católica de Don Philippe III. Rey de las Españas, y señor nuestro. Divididas en tres libros, donde se tratan las cosas notables de Persia, la genealogía de sus Reyes, guerras de Persianos, Turcos y Tártaros, y las que vido en el viaje que hizo a España: y su conuersión, la de otros dos Caualleros persianos, Valladolid, por Iuan Bostillo, 1604 (ed. de N. Alonso Cortés, Madrid, Real Academia Española, 1946, Biblioteca Selecta de Clásicos Españoles).
Bibl.: L. le Strange, Don Juan de Persia. A Shi’ah Catholic. 1560-1604, trad. y ed. con notas e intr. de L. Le Strange, Nueva York y Londres, Harper & Brothers, 1926; N. Alonso Cortés, “Prólogo”, en J. de Persia, Relaciones de Don Juan de Persia, op. cit., 1946; J. F. Cutillas Ferrer, “Las Relaciones de Don Juan de Persia: una imagen exótica de Persia narrada por un musulmán shií convertido al cristianismo a principios del siglo xvii”, en Sharq al-Andalus, 16-17 (1999-2002), págs. 211-225; “El siglo xvi y el comienzo de las relaciones diplomáticas con Persia: Carlos V y Sah Ismail”, en Carlos V. Los moriscos y el Islam, Madrid, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V-Universidad de Alicante, 2001; F. Díaz Esteban, “Informe de una misión Carmelita en Persia de 1621 a 1624”, en J. M. Blázquez (ed.), Persia y España en el diálogo de las civilizaciones, Madrid, Ediciones Clásicas, 2002, págs. 185-198.
José Cutillas Ferrer
