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Rafael de Mendizábal Allende

Biografía

Mendizábal Allende, Rafael de. Jaén, 10.VIII.1927 – Madrid, 10.III.2023. Juez.

Rafael de Mendizábal, “español con aire de torero”, como gustó definirse, abandonó en edad temprana su ciudad natal para trasladarse con su familia a Madrid, donde inició su vida escolar en el Colegio San Ignacio.

La Guerra Civil estalló cuando se encontraba de veraneo en El Espinar, lo que le impidió regresar a la capital hasta que las armas callaron. Su formación no se detuvo y, entre tanto, superó en Segovia el ingreso al bachillerato y estudió primer curso en “Los Padritos” de Las Palmas de Gran Canaria. Se examinó en el instituto de Burgos, donde también cursó el segundo.

Terminada la contienda, regresó a Madrid y, tras superar el temido “examen de Estado”, fin del bachillerato, adquirió, mediando oposición, la condición de funcionario del Cuerpo general de Administración de la Hacienda Pública, cuyo ejercicio lo llevó a Albacete y Ávila, tras una breve estancia en la Villa y Corte, a la que regresó en 1947 como contador del Tribunal de Cuentas, una vez ganadas con el número uno las preceptivas pruebas. Su quehacer profesional sólo se vio interrumpido por el servicio militar, que prestó como alférez de Infantería de complemento.

Las obligaciones laborales de Rafael de Mendizábal no le impidieron cursar los estudios de Derecho en la Universidad Central ni comenzar a preparar las oposiciones a Judicatura, en cuyo Cuerpo ingresó encabezando la IV promoción. Ya juez, en 1954 se posesionó de su primer destino en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Medinaceli; pasó, más tarde, a los de Castuera y El Burgo de Osma.

En 1961, como integrante de la primera hornada de magistrados “especialistas”, se incorporó a la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia territorial de Burgos —hoy Tribunal Superior—, órgano que presidió a partir de 1966.

Su quehacer jurisdiccional quedó interrumpido para asesorar al presidente de la República de Guinea Ecuatorial, estado independiente desde el 12 de octubre de 1968. En el país africano conoció a la que sería su mujer, Paloma. Reincorporado por un breve período a la Sala burgalesa, se intensificó su colaboración con la Administración, como secretario general de Promoción del Sáhara, catapultado enseguida al Tribunal Supremo a los cuarenta y cuatro años. Fue luego subsecretario de Educación y Ciencia, director general de Justicia y subsecretario de Justicia, teniendo la oportunidad de participar activamente en la transición desde el régimen autocrático al sistema democrático. Fue el autor intelectual de la operación que desembocó en la legalización del Partido Comunista de España y redactó de su puño y letra la Orden del ministro del Interior, a la sazón Rodolfo Martín Villa, para su inscripción en el Registro de Asociaciones, en 1977. En este mismo año pasó a presidir la Audiencia Nacional, tribunal de nueva planta creado a propuesta suya, y fue promovido a tal efecto a la categoría de presidente de Sala del Tribunal Supremo, puesto en el que se mantuvo nueve años. Regresó a la Sala Tercera del Alto Tribunal, que presidió durante otros cinco, hasta que, al refundirse en una las tres Salas de lo Contencioso-Administrativo entonces existentes, se encargó de dirigir la Sección Segunda y fue elegido por sus compañeros vocal de la Sala de Gobierno.

En junio de 1991, el tercer Consejo General del Poder Judicial lo nombró por unanimidad para presidir por segunda vez la Audiencia Nacional. Algo después fue nombrado juez ad hoc del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y, en el mes de junio de 1992, fue elegido, también por unanimidad, para ocupar un Sillón en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.

Fue elegido también —con el apoyo de todos los partidos políticos— magistrado del Tribunal Constitucional por el Congreso, donde destacó no sólo como ponente sino como autor de casi ochenta votos particulares. Una vez agotado el mandato de nueve años, se incorporó en enero de 2002 al Ilustre Colegio de Abogados de Madrid.

Su vasta obra no se limitó al campo estrictamente jurídico, sino que caminó pareja a sus inquietudes intelectuales.

A lo largo de los años obtuvo el Premio de Honor del Liceo Artístico de Córdoba, el de la Fundación Maudes en el Doctorado de la Universidad Complutense de Madrid, el de Documentación Administrativa, el Premio Nacional de Periodismo África por una selección de siete artículos sobre la descolonización de Guinea Ecuatorial y el Premio Nacional de Urbanismo, por los cuales fue designado Personaje Tributario del año por La Gaceta Fiscal.

Su preocupación por el lenguaje jurídico y, en particular, por el de las sentencias, refleja el ejemplo de su padre, Federico de Mendizábal, y el mensaje genético de un lejano antepasado, Francisco de Quevedo. Su verbo es cervantino, llano y sencillo, presidido por la claridad, la rotundidad y el propósito didáctico, modelo para generaciones de jueces que se han formado con la lectura de las decisiones de Rafael de Mendizábal.

 

Obras de ~: España Judicial, Madrid, Reus, 1956; Averroes, un andaluz para Europa, Madrid, Instituto de Estudios Africanos, 1969; Códice con un Juez sedente, Madrid, La Ley-Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, 1999; El Tribunal de Cuentas y el nacimiento de la Administración contemporánea, Madrid, Instituto de Estudios Fiscales, 2001.

 

Bibl.: Anuario de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, Madrid, Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, 2003.

 

Joaquín Huelin Martínez de Velasco