Fernández de la Cámara y Pita, Mayor. María Pita. La Coruña, c. 1560 – Cambre (La Coruña), 21.II.1643. Heroína.
Mayor Fernández Pita, conocida popularmente como María Pita, se hizo famosa a raíz del ataque sufrido por la ciudad de La Coruña, en mayo de 1589, a manos de una gran flota inglesa comandada por Francis Drake.
Aunque la debilidad defensiva de la localidad gallega facilitó el desembarco de los invasores y la destrucción de sus arrabales, su intento de acceder al recinto amurallado acabó siendo rechazado merced a la providencial intervención de la heroína. Según la tradición, cuando se encontraba en lo alto de la muralla junto a muchos otros vecinos ayudando a los soldados a defender la ciudad, se produjo la muerte de su marido. Fue entonces cuando María Pita se dirigió contra el abanderado inglés, al que logró derribar provocando la reacción de los defensores y la expulsión de los asaltantes.
Aunque algunas etapas de su vida siguen presentando importantes lagunas, su biografía ha podido reconstruirse en líneas generales gracias a la documentación que sobre ella se conserva en el Archivo General de Simancas, el Archivo Notarial de La Coruña y el Archivo del Reino de Galicia, en particular los memoriales que María Pita elevó al Consejo de Guerra en solicitud de una recompensa por sus servicios, algunas escrituras notariales y una veintena de procesos judiciales. Precisamente los numerosos pleitos a los que tuvo que hacer frente a lo largo del tiempo y su agitada vida matrimonial, pues se casó un total de cuatro veces, otorgaron al personaje un halo legendario que la moderna investigación se ha encargado de matizar.
Los primeros años de su vida son los peor documentados, de ahí que se hayan generado algunas controversias sobre su posible origen hidalgo. Sin embargo, en la actualidad está probado que nació en un hogar modesto y que sus padres fueron Simón Arnao y María Pita, la Vieja, propietarios de una pequeña tienda en La Coruña. Aun desconociendo la fecha exacta de su nacimiento, diversos datos permiten situarla entre 1556 y 1562, sin que se sepa casi nada acerca de cómo discurrió su vida en los años inmediatamente posteriores. La única información disponible hasta la fecha certifica que en su primera juventud ayudaba en el negocio familiar a su madre y a una hermana, fruto de un anterior matrimonio de María Pita, la Vieja, con un tonelero.
A partir de 1581 su situación se modificó tras contraer matrimonio con Juan Alonso de Rois, un carnicero que era propietario de dos casas en la ciudad y algunas viñas en la comarca. Aunque la unión no duró mucho tiempo, pues el esposo falleció en torno a 1585 por causas desconocidas, de esta unión nació una niña, María Alonso de Rois. Tres años después de la muerte de su primer marido, María Pita contrajo nuevas nupcias con el también carnicero Gregorio de Rocamonde, una circunstancia en esencia acorde con los usos de una época en que la viudedad resultaba condición especialmente dura para las mujeres.
De este segundo matrimonio no se sabe prácticamente nada, más allá de su escasa duración. Como ya se ha indicado, su marido falleció a causa del asedio inglés de 1589 y con su muerte se inició una nueva etapa en la vida de María Pita, un período difícil por encontrarse nuevamente viuda y con una hija pequeña a su cargo. Tanto esa circunstancia como las difíciles condiciones en las que iba a quedar la ciudad tras el paso de los invasores, ayudan a explicar la rapidez con que la heroína contrajo un nuevo matrimonio. Su tercer esposo fue el capitán Sancho de Arratia, un marino que había llegado a Galicia en 1590 procedente de Sanlúcar de Barrameda a cargo de una flota de tres buques, que transportaba armas y pertrechos para la Armada real fondeada en los puertos gallegos. Bien es verdad que también en este caso se trató de una unión breve, pues el fallecimiento del capitán Arratia se produjo entre mayo y noviembre de 1592 por razones desconocidas y tras haber engendrado una hija a la que se llamó Francisca de Arratia.
No fue este el único contratiempo al que debió enfrentarse María Pita, pues cuatro años más tarde tuvo que responder a la querella interpuesta contra ella por el capitán Peralta, un militar alojado en una casa de su propiedad que la acusaba de haber intentado asesinarlo al frente de un grupo de vecinos durante un asalto para expulsarlo de la vivienda. Como resultado de dicho proceso, María Pita debió pasar unos meses en la cárcel y acabó dictándose contra ella una sentencia de destierro.
Lejos de arredrarse ante tal situación, la heroína aprovechó la circunstancia para dirigirse a la Corte en solicitud de amparo ante el conflicto planteado con el capitán Peralta y de alguna recompensa por los servicios prestados durante el cerco inglés. Con tal motivo dirigió diversos memoriales a Felipe II, peticiones que fueron escuchadas por el Monarca y que le permitieron volver a La Coruña con una licencia real quele autorizaba la exportación de mulas a Portugal y la concesión de un sueldo con cargo a los presupuestos militares coruñeses.
En los años inmediatamente posteriores, la vida de María Pita experimentó una sustancial mejoría. De entrada, en 1598 contrajo su cuarto y último matrimonio con un escudero de la Real Audiencia de Galicia llamado Gil de Figueroa, que además de su condición hidalga aspiraba a ejercer la jurisdicción en un coto cercano a la ciudad. Dicha pretensión iba a generarle importantes problemas legales y dio lugar a varios pleitos con familiares y vecinos, procesos que debió continuar su mujer una vez producido el fallecimiento de Figueroa en 1613. Unos años antes, en 1606, María Pita había vuelto a la Corte, donde permaneció casi un año y donde presentó ante Felipe III nuevos memoriales con relación de sus méritos. También en este caso sus peticiones fueron escuchadas por el Monarca, quien le concedió nuevas licencias para la exportación y un incremento de sueldo.
En todo caso, la última etapa de la vida de la heroína no estuvo exenta de problemas. Además de ocuparse de defender los derechos de los dos hijos nacidos de su último matrimonio, Juan y Francisco Bermúdez de Figueroa, tuvo que hacer frente a numerosos pleitos derivados de la gestión de sus bienes y de los enfrentamientos registrados entre sus descendientes. La violencia que rodeó a algunos de ellos explica que más de la mitad de los procesos judiciales en los que se vio involucrada fueran querellas criminales y que su fama de mujer osada y pendenciera creciera entre sus contemporáneos.
En febrero de 1643 se produjo su fallecimiento en Cambre, un lugar cercano a la capital coruñesa, donde tenía una casa y algunas tierras. En su partida de defunción figuraba su deseo de ser enterrada en el convento coruñés de Santo Domingo, lugar de sepultura del último de sus maridos. Sin embargo, no existe registro de dicho acto y su tumba no ha podido ser localizada hasta la fecha.
Bibl.: A. Martínez Salazar, El cerco de La Coruña en 1589 y Mayor Fernández Pita (Apuntes y documentos), La Coruña, 1889 (ed. facs., La Coruña, La Voz de Galicia, 1988); M. González Garcés, María Pita, símbolo de libertad de La Coruña: siglo xvi, La Coruña, Caixa Galicia, 1989; M. C. Saavedra Vázquez, María Pita y la defensa de La Coruña en 1589, La Coruña, Ayuntamiento, 1989; María Pita. Una aproximación a su vida y a su tiempo, La Coruña, Vía Láctea, 2003.
María del Carmen Saavedra Vázquez